Oriol Mitjà, ascenso y caída del científico de cabecera de Quim Torra durante la pandemia de COVID-19

Autor de propuestas como el "semáforo de contagiosidad", el médico está descolocado ante el rechazo de ERC

El epidemiólogo Oriol Mitjà recibiendo un premio de manos del presidente de la Generalitat, Quim Torra.

A pesar de que a finales de enero las noticias que llegaban de la lejana Wuhan eran, cuando menos, inquietantes, en España nadie parecía sentirse especialmente afectado por aquella extraña neumonía que estaba asolando la ciudad china. Los españoles comenzaron a hacerse preguntas cuando las grandes tecnológicas decidieron darse de baja del Mobile World Congress (MWC), que debía celebrarse en Barcelona a finales de ese mes. Desde el Gobierno central y la Generalitat se intentaba mantener la calma y se informaba a los ciudadanos de que el entonces desconocido COVID-19 poco o nada tenía que ver con lo que estaba sucediendo. Algunos científicos apuntalaron este mensaje de calma. A nivel nacional lo hizo Fernando Simón. En Cataluña, el escogido fue Oriol Mitjà, investigador en el Germans Trias i Pujol de Badalona (Can Ruti) y que, a pesar de su juventud, cuenta con un apabullante currículum en lo que a enfermedades infecciosas se refiere.

Negaba Mitjà entonces la gravedad del COVID-19 y aseguraba que se trataba de «un virus muy leve» que, además, no podía afectar a toda la población. Es verdad que apuntó en su momento que el MWC no debía celebrarse, pero también lo es que llegó a afirmar que el virus era «una enfermedad psicológica» achacable a una «alarma» que no compartía.

Cuando estalló la pandemia, muchos pensaron que el Govern buscaría el asesoramiento de uno de los mejores epidemiólogos de España, el doctor Antoni Trilla, catedrático de Medicina Preventiva, decano de la Facultad de Medicina de UB y hoy asesor del Gobierno central en todo lo relacionado con la crisis sanitaria del COVID-19. Sin embargo, no fue así y, sin que se sepa muy bien ni el por qué ni el cómo, el elegido fue Mitjà. Y dado que en la Cataluña del procés todo se politiza, el joven se convirtió rápido en ídolo del separatismo cuando exigió la dimisión de Fernando Simón y del resto del Comité de Gestión Técnica del Coronavirus del Ministerio de Sanidad. El delirio llegó al difundirse que Oriol Mitjà había plasmado su firma un año antes en un manifiesto en favor de Carles Puigdemont. Algo que desmintió rápidamente y que obligó a JxCat a retirar la rúbrica de dicho documento. Pero ya daba igual, el héroe que necesitaban había triunfado.

Torra-Mitjà, la extraña pareja

Durante la primera ola de la pandemia, Mitjà formó tándem con el entonces presidente Quim Torra. Una extraña pareja si se tiene en cuenta que lo lógico hubiera sido vincularle a la titular de Sanidad catalana, la republicana Alba Vergès. Algo que nunca sucedió y que, como se ha visto ahora, tiene más que ver con la lucha fratricida que mantienen JxCat y ERC que con motivos meramente sanitarios. Si algo ha quedado claro es que Oriol Mitjà asesoraba a Torra, mientras que Vergés y ERC iban por libre en la gestión de la crisis en Cataluña. Todos ellos con unos resultados en muertos y contagiados que van más allá de lo trágico.

El presidente de la Generalitat, Quim Torra, durante una reunión telemática (Europa Press).

Uno de los logros de Mitjà como asesor de Torra fue activar un decálogo para la desescalada que, entre otras cuestiones, proponía clasificar a los ciudadanos en función de su «contagiosidad». Quería también un pasaporte que demostrara que su titular estaba libre de COVID-19, desaconsejado anteriormente por la OMS, así como una sistema que permitiera controlar parcialmente los móviles de los catalanes. Ninguna de estas propuestas, como se ha visto posteriormente, acabó saliendo adelante. Y Mitjà, a principios de verano, cayó en desgracia y desapareció de la escena política de la noche a la mañana sin que nadie en el Govern ofreciera ninguna explicación.

Volvimos a saber del doctor a raíz de unas polémicas declaraciones en un programa de TV3 emitido recientemente. Oriol Mitjà ajustó cuentas con quien se destapó como su aparente enemiga en el Ejecutivo autonómico, Alba Vergés. De la consellera dijo cosas como que «le faltan conocimiento médico y en salud pública y humildad para escuchar a los expertos». No se quedó ahí la crítica del otrora héroe separatista. Tildó de «incompetentes» a los responsables de la toma de decisiones en la gestión de la crisis sanitaria en Cataluña y pidió que no se permita que «en unas futuras elecciones mantengan sus puestos de trabajo». Todo un aldabonazo contra ERC, responsable de las áreas de Sanidad y de Asuntos Sociales.

El presidente en funciones de la Generalitat, Pere Aragonès, junto a la consellera de Salut, Alba Vergés, durante un pleno sobre la crisis sanitaria en el Parlament. Foto: Europa Press.
El presidente en funciones de la Generalitat, Pere Aragonès, junto a la consellera Alba Vergés (Europa Press).

Los republicanos le respondieron por periodista interpuesta y Mitjà no se amilanó. Insistió en sus críticas y tuiteó que la autora de la opinión, la presentadora de El Matí de CatRàdio, Laura Rosel, pensaba igual que él porque así se lo había dicho en alguna ocasión. No contento con esto, el médico ha vuelto a utilizar Twitter estos días para ejercer lo único que le queda en estos momentos: el recurso al pataleo. Al parecer, y según él mismo ha explicado, fue invitado por el Govern a participar en una reunión de expertos celebrada a principios de esta semana. «He corroborado», ha explicado, «que alguien vetó mi participación«. Y se ha preguntado: «¿Quién debe haber sido? Puede ser alguien que no responde con palabras y honestidad sino con medidas vejatorias y maquiavélicas«.

En otro tuit, Mitjà ha subrayado que «es muy diferente ser vetado o no ser invitado». Y ha señalado que su mensaje es para «denunciar las malas artes» que, en su opinión, hay que «erradicar del país». Y como aún sigue teniendo una legión de seguidores, durante algunas horas estos han difundido la etiqueta #JoSocOriolMitja, bajo la cual se han lanzado todo tipo de críticas contra ERC. Algunos, además, han recordado que el propio Quim Torra se ha ofrecido para asesorar al Ejecutivo que presidió hasta su inhabilitación mientras que muy pocos le han recomendado que abandone su acercamiento a los políticos para centrarse en su carrera profesional.

Así las cosas, Oriol Mitjà, salvo que la situación cambie, será protagonista de la primera parte de la historia de la pandemia del COVID-19 en Cataluña. Pero más por sus encendidos ataques a quienes desde la política no le han apoyado que por su contribución a la resolución de una crisis que, en plena segunda oleada de la enfermedad, está aún lejos de resolverse y que casi todos auguran será algo más que dura.

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