Ochenta años después del fusilamiento de Lluís Companys, que se cumplieron el pasado día 15, se le ha recordado, más bien utilizado, con miras muy estrechas pensando en el inmediato futuro.
Pere Aragonès, presidente en funciones, «Nació Digital, lamenta que constituya uno de los «potentes marcos mentales que, a veces, desenfocan o desfiguran la realidad que nos toca vivir a nosotros»:
«Pocos estadistas y demasiados mártires. He aquí una maldición que los catalanes tendremos que conjurar algún día, antes de ser barridos por la historia. No sé de qué manera, pero ya tocaría.»