La posibilidad de una coalición entre Ciudadanos y PP en las próximas elecciones catalanas viene de lejos y ha tenido sus subidas y bajadas. A día de hoy las posiciones oficiales se mantienen: Ciudadanos la defiende, de hecho, sigue proponiendo una imposible coalición a tres con el PSC que los socialistas han negado reiteradamente, e incluso Carrizosa se ha abierto a no encabezarla. Por su parte el PP mantiene una posición ambigua. Alejandro Fernández dejó la puerta abierta en sus últimas declaraciones, pero la posición oficial de los populares es que hay que ver si la coalición sirve para sumar, el fiasco del País Vasco sigue ahí, y recuerdan las dificultades de pactar con los liberales si finalmente apoyan los presupuestos del Gobierno.
Pero las razones de fondo para la coalición son muy fuertes. En primer lugar, el PP sólo esta absorbiendo muy parcialmente la caída de Ciudadanos. Sube en las encuestas, pero de forma moderada hasta los 10-11 diputados. El ‘sorpasso’ a Ciudadanos podría darse, aunque las encuestas no lo reflejan, y sería una victoria pírrica. Para Casado el apoyo de los naranjas en ayuntamientos y comunidades autónomas, especialmente en Madrid, es decisivo. La capacidad de presión de Arrimadas es muy fuerte. Además el objetivo estratégico de Casado es una refundación del centro-derecha, para alejarse de los problemas que vendrán del caso Kitchen, y para ello cuenta con Ciudadanos y con una Inés Arrimadas que después de su maternidad no parece entusiasmada con la idea de rehacer un partido con escasa vida interna y que todavía tiene abiertas las heridas de la marcha de Rivera. Es una tarea hercúlea y de resultados más que dudosos. Además, la estabilización al alza de VOX no deja espacio para dos partidos de centro-derecha en España. Para Arrimadas un mal resultado en Cataluña le debilitaría profundamente tanto para intentar mantener la autonomía del proyecto como para pactar la fusión con el PP. Por tanto, es de prever que presione al máximo para conseguir la coalición.
Aunque desde el PP catalán el pacto se ve con recelo, desde Génova las cosas se ven de diferente manera
Dicho de otro modo, aunque desde el PP catalán el pacto se ve con recelo, desde Génova las cosas se ven de diferente manera. Para mantener el poder en la Comunidad de Madrid, aún con elecciones anticipadas, Ciudadanos sería determinante según las últimas encuestas, y una futura fusión o coalición en las generales bien merecen un acuerdo en Cataluña sobre todo porqué el resultado de ir solos no es lo suficientemente atractivo. Cataluña no es Galicia. Si la coalición puede incorporar algún independiente para darle un aire superador de una mera coalición de partidos, mejor que mejor. El último obstáculo sería el cabeza de lista de Barcelona. Por eso, y para maximizar el voto en las circunscripciones más difíciles, se ha hablado de presentarse conjuntamente sólo en Girona y Lleida. Pero ello conllevaría más confusión que ventajas. El precedente de Maragall e ICV no dio los resultados esperados. Por tanto. todo indica, a pesar de la posición renuente del PPC, que acabará habiendo fumata blanca. Sin duda es una opción conservadora, pero la presión de Vox y la amenaza de desmovilización del voto constitucionalista son dos elementos a tener en cuenta para adoptar una propuesta que minimice los riesgos y facilite acuerdos a nivel estatal. Todo sea dicho con la reserva de que faltan casi cuatro meses para las elecciones, si finalmente no se retrasan por la pandemia, tiempo más que suficiente para que circunstancias nuevas modifiquen las previsiones. Como siempre las encuestas serán determinantes, pero mucho han de cambiar para que la coalición no sea una realidad.