Josep Sánchez Llibre, presidente de Foment del Treball, defiende que ha llegado el momento de dar por finalizada la suspensión temporal de actividad económica en comercios, restaurantes, actividades deportivas y equipamientos culturales, a pesar del estado de alarma.
La patronal, a través de un comunicado, sostiene que el regreso a la actividad de los sectores mencionados sería posible si se replicaran las medidas que ya han funcionado «con éxito» en sectores que han mantenido la actividad –desde plantas de producción hasta el sector alimentario- a fin de evitar contagios de Covid-19.
La patronal sostiene que el regreso a la actividad de comercios y restaurantes sería posible si se replicaran las medidas que ya han funcionado «con éxito» en sectores que han mantenido la actividad, a fin de evitar contagios de Covid-19
La decisión de abrir, en manos de los empresarios
Sánchez Llibre asegura que la decisión de apertura deber recaer en cada empresario, ya que conoce a fondo el sector en el que opera. El presidente de Foment del Treball anima a los diferentes sectores a tomar la iniciativa, además de elaborar y adoptar los protocolos de higiene y seguridad adecuados, consensuados con los trabajadores. Ello sería posible si las Administraciones públicas garantizan la obtención de mascarillas, equipos de protección y tests necesarios para retomar la actividad a ciudadanos y empresas. «Deben asumir así, aunque no en exclusiva, la adquisición, importación, producción y puesta a disposición de estos equipos a quien lo necesite».
Una vez adoptados estos protocolos, su homologación por parte de la Administración pública, u organismo regulador y su aplicación por las empresas del sector «permitiría anticipar la reapertura de actividades y equipamientos», en opinión del presidente de la Patronal. Aun así, la decisión final de apertura debería recaer en los sectores y las empresas que los integran, tal y como ha recalcado Sánchez Llibre.
La ocupación, necesaria para reducir la brecha social
Estas medidas servirían para recuperar, de manera gradual, el pulso como sociedad, fracturado tras la irrupción del brote vírico y sus consecuencias, como la declaración del estado de alarma, el confinamiento de la población y el cese de actividad temporal de comercios considerados no esenciales. Cuando no hay ocupación, las personas ven mermados sus ingresos pero también su dignidad: «Es necesario actuar para evitar que la brecha social tenga unas consecuencias imprevisibles más allá de la pandemia», ha afirmado Sánchez Llibre.