La gestora de Ciudadanos ha eliminado el debate ideológico del orden del día de la próxima Asamblea General. Con ello se pretende evitar que se reproduzca el debate de la anterior Asamblea sobre la definición del partido como liberal-socialdemócrata o liberal-progresista, que acabó con el triunfo amplio de esta definición defendida desde la dirección del partido.
Los militantes eligen la Comisión Ejecutiva y la Presidenta del partido antes de la celebración de la Asamblea. Como no hay oposición a la elección de Inés Arrimadas, que ya ejerce como presidenta, el próximo conclave naranja convocado para el próximo 15 de marzo se centrará en la democratización interna y en aspectos programáticos. En este sentido las enmiendas a los actuales Estatutos, que definen un partido totalmente centralizado, donde todo el poder recae en el Presidente y la Comisión Ejecutiva Nacional, están protagonizando los movimientos precongresuales.
Mayor descentralización
Arrimadas se ha mostrado abierta a una mayor descentralización territorial sin construir «un partido con 17 PSCs». Según cargos medios de Cs en Cataluña, no se trata sólo de que las direcciones autonómicas sean elegidas por las bases, si no de una reforma en profundidad de los Estatutos del partido para que los militantes participen a todos los niveles de la organización.
Los defensores de esta estrategia quieren que el punto de partida sean las agrupaciones locales, acabando con el centralismo y verticalidad actual. Su planteamiento es que una mayor democracia interna daría más presencia en el territorio y una mejor adaptación a las sensibilidades municipales y autonómicas.
En la misma línea, creen que una organización democrática hubiera influido positivamente en la toma de decisiones de Albert Rivera entre las generales del 28A y las del 10N, al tiempo que hubiera evitado la desatención de las agrupaciones locales por parte de las Ejecutivas autonómicas que, al no depender de los votos de los militantes, apenas las tenían en cuenta.
Sin «dedazos» ni «paracaídistas»
Las fuentes consultadas, sean más o menos críticas con el pasado reciente, apuestan por reforzar el liderazgo de Arrimadas y su autonomía para elegir a su ejecutiva sin hipotecas con el pasado. De momento, los acuerdos de la Gestora de cara a la Asamblea no han gustado demasiado a los partidarios de la democratización interna, ni por el peso de los compromisarios natos de la Asamblea, ni por establecer como norma la votación telemática, aunque se haya abierto la posibilidad del voto con urna si lo solicitan un 5% de los militantes.
La líder de Cs considera que urgen los «cambios» en la organización del partido y quiere que los líderes autonómicos «tengan más protagonismo«. «Si Cs cree en el Estado de las autonomías, es lógico que estas tengan peso. Hay que encontrar un término medio entre una dirección totalmente centralizada y que esto sea un reino de taifas», defiende un líder autonómico, que apunta a razones de «eficiencia». Cs está gobernando además en cuatro comunidades, y estas reclaman «autonomía» para decidir sus posiciones «en temas que no entran en colisión con el programa o la política en otras comunidades», pide el vicepresidente de Castilla y León, Francisco Igea. «Un poco más de independencia no son 17 PSCs», concluye. El grupo de militantes Compromiso Ciudadano, que lidera el afiliado Juan Carlos Bermejo, reclama «huir de la actual estructura de dedazos y paracaidistas».
La próxima Asamblea General de Ciudadanos va a ser determinante no solo para la remontada de la formación naranja sino incluso para su supervivencia. Los liberales viven la contradicción de que su espacio político se engrandece por el pacto del PSOE con Podemos y ERC, y por la fortaleza de Vox que tira hacia la derecha de los populares. Una parte importante de la cúpula del partido sabe que se requiere de una profunda renovación y democratización interna, que revitalice un partido que, como se demostró el 10 de noviembre, queda sujeto a los intentos de OPA de todos sus competidores más cercanos.