Un amigo mío belga me contaba hace unos años que el problema de España no era nada comparado con el suyo. Esta persona me recordaba que Flandes ocupaba más de la mitad del territorio belga «es como si Cataluña o el País Vasco llegaran hasta Toledo» decía vehementemente.
Pues bien, desde el pasado martes ya somos Bélgica: Bildu y ERC no se han instalado en un cigarral a orillas del Tajo pero si en el barrio de las Letras de Madrid. Si eso sirve para que «el resto de España», tal como la llaman en Cataluña o el País Vasco, descubran la verdadera faz y la auténtica esencia de los republicanos posiblemente no estemos frente a una mala noticia. Nunca es lo mismo que un problema afecte a alguien cercano que a uno mismo por mucho que aprecies al cercano.
Durante décadas el ruido del nacionalismo para los poderes del Estado y otros poderes fácticos era como los acufenos. Algo molesto pero soportable. Ahora quizás ya no sea tan llevadero.
La dejación, el pacto, el mirar a otro lado, el relativizar, el dejarse embaucar ha permitido que un poltergeist se suba a la nave del gobierno y amenaza con colonizar todo el Estado.
Durante décadas el ruido del nacionalismo para los poderes del Estado y otros poderes fácticos era como los acufenos. Algo molesto pero soportable
Cuando las Flandes de España estaban en el Cantábrico o a 650 kilómetros siguiendo la Nacional II todo parecía tener solución. Incluso tras la aplicación del 155 muchos, en Nuevos Ministerios, en Moncloa y en otras estancias del poder político, institucional, económico y financiero creyeron que ese ruido había llegado a su fin. Su análisis, erróneo, se basaba en no haber sufrido en primera persona cuan pringosa y contumaz es la presión independentista, como afecta a todos los aspectos de la vida de alguien que conviva con ellos: vida personal, profesional, ocio, deporte, etc,.
Con ese ánimo llego la sentencia del Tribunal Supremo (TS) a los políticos sediciosos y con ese ánimo el PSOE abordo la negociación con batasunos y republicanos para la configuración del nuevo gobierno pero he aquí que llego el pleno de investidura.
Los que siguen llevando bien los acufenos afirman que ERC y Bildu sobreactuaron llamando fascista al Rey o torturador a Sánchez. Tienen todo el derecho del mundo al autoengaño al igual que tienen derecho a creer que las pirámides de Egipto las construyeron los extraterrestres llegados en un platillo volante desde Raticulín.La realidad es que ERC y Bildu no sobreactúan. Son simple y llanamente como les hemos visto en el Congreso y, de repente millones de españoles acaban de descubrir: chuletas, bravucones, matones políticos de esquina de esos que convierten al Vaquilla en un aristócrata.
Los que siguen llevando bien los acufenos afirman que ERC y Bildu sobreactuaron llamando fascista al Rey o torturador a Sánchez
La ventaja de que Sánchez haya decidido gobernar no con su enemigo sino con el enemigo de 47 millones de españoles, porque el objetivo de ERC y Bildu no es otro que la destrucción de España, es que hasta el último de nuestros compatriotas conocerá de primera mano no solo que piensan los de ERC y Bildu sino las consecuencias económicas y sociales de sus ideas a no ser que Sánchez consiga tomarles el pelo, cosa que no debemos descartar.
Desde el pleno de investidura del martes los independentismos vasco y catalán ha dejado de ser un problema de los vascos y catalanes no independentistas para ser un problema de todos los españoles. Hoy millones de españoles no lo saben, empieza una etapa inquietante, que estará marcada por la humillación constante a España y a sus instituciones. Afrontamos un tiempo en el que la degradación de las instituciones y su instrumentalización será la misma que han vivido en Cataluña y allí donde Batasuna ha gobernado, por definir de algún modo, la ostentación del bastón de mando. Lo escuchado y visto en el pleno de investidura será una constante, ERC y Bildu necesitan justificarse ante su electorado, no perder cancha frente a sus adversarios y además la voluntad de destrucción de España está en su naturaleza.
Pero también empezamos hoy una etapa que, quizás, solo quizás, sirva para que un número suficiente de españoles, de todas las regiones, en especial, de españoles votantes de izquierdas se den cuenta de que meter al poltersgeist del separatismo dentro del gobierno y de las instituciones del estado es como beber cicuta voluntariamente.
El objetivo de ERC y Bildu no es otro que la destrucción de España
Afrontamos un tiempo que solo puede tener de beneficioso que el resto de España tome conciencia de que significa vivir bajo el yugo de gente con las ideas y praxis de ERC y Bildu y sirva esa experiencia, que será nefasta sí o sí, para que no vuelva a suceder durante décadas.
Ya sabemos que para siempre no será porque los españoles tenemos una tendencia innata a la autodestrucción.