El gasto de las CC.AA. representa el 49,2% del gasto público español, superior al de estados como Estados Unidos, Alemania o Australia. Los ingresos directos de las CC.AA. suponen el 14,7 % del total de los ingresos de las Administraciones Públicas españolas, proporción próxima a la de EE.UU., Alemania o Australia.
Competitividad fiscal
Este 15% de ingresos públicos regionales las CC.AA. lo recaudan muy desigualmente. Para analizarlo contamos con los estudios del Índice Autonómico de Competitividad Fiscal (IACF). El IACF es un índice compuesto con los datos de los tramos o recargos autonómicos sobre los impuestos de la Administración Central del Estado (IRPF, Patrimonio, Sucesiones, ITP y AJD e Hidrocarburos) y de los impuestos autonómicos propios creados y administrados por las CC.AA. Este índice tiene por objeto analizar la competitividad fiscal de las CC.AA., es decir, cómo cada una maneja la presión fiscal propia.
Nota: En los índices específicos (columnas 2 a 8) dos o más CC.AA. pueden tener valor y puestos iguales. / *: Entre 0 (mínimo) y 10 (máximo). Fuente: Elaboración propia en base a datos de Cristina Enache (2019) y Ministerio de Hacienda (2019)
La Tabla ordena las CC.AA. por su competitividad fiscal. La última de las CC.AA. es ¡Cataluña! Es la menos competitiva fiscalmente. Bien, según el dicho, Cataluña es un infierno fiscal. Por lo menos, es el infierno fiscal de España. Efectivamente, la Generalitat:
- Impuso los tramos y recargos autonómicos más altos. Así, por ejemplo, tanto el tipo mínimo (21,5 %) como el tipo máximo (48 %) del IRPF para los residentes en Cataluña son los más altos entre los establecidos por las CC.AA.
- Estableció 15 tributos propios. Naturalmente, estos impuestos de la Generalitat son adicionales a los de la Administración Central (sobre los cuales la Generalitat también ya estableció y cobra tramos y recargos). Las dos siguientes CC.AA. en vocación fiscal impusieron 6 tributos propios, otras muy pocos, y en el País Vasco sus tres diputaciones no tienen ningún impuesto propio adicional.
La caída de Cataluña en el infierno fiscal -y la merma de competitividad subsiguiente– ha sido un persistente ejercicio vocacional y voluntario de los sucesivos gobiernos autonomistas, soberanistas, independentistas y separatistas de la Generalitat.
Conclusiones
La Generalitat tiene 15 tributos propios. Tiene los más altos tipos impositivos en los tramos o recargos autonómicos de los impuestos estatales.
El infierno fiscal de Cataluña resta competitividad a su economía, perjudica la actividad establecida en esta región y limita su atractividad.