El separatismo no deja de sorprender dentro y fuera de Cataluña. Es ya tradición que cada 11 de septiembre la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural organicen espectáculos que rayan el esperpento. En su última edición, lo hicieron con alusiones al Holocausto y a la Guerra de Bosnia. Pero no son los únicos que dentro del ámbito independentista dicen luchar por la ruptura con España de un modo, cuando menos, peculiar.
El último hit se ha difundido a través de la controvertida red social Tik Tok y tiene como protagonistas a un grupo de jóvenes que, extasiados y con mascarillas, danzan en torno a un gran retrato del líder de ERC, Oriol Junqueras. Lo hacen al ritmo de Els Segadors y, por sus caras, parecen haber entrado en algún tipo de extraño trance mientras se contonean siguiendo los acordes de la «danza del indulto«.
Desconocemos qué éxito tendrá el baile en cuestión. De momento, la palma en seguidores se la llevan dos eventos en los que el separatismo optó por la escenografía religiosa para mostrar su fe ciega en el proyecto independentista. Así, en 2018 algunos separatistas organizaron la «procesión de la santa Urna«, con la que pretendían adorar las cajas en las que habían depositado sus votos en el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017. Un año más tarde, la procesión se convocó en diversas ciudades catalanas para regocijo, sobre todo, de Twitter. E, incluso, se trasladó a Madrid, donde se celebró a las puertas de la sede del PP, en la calle Génova.
Otro de los momentos de éxtasis separatista tuvo lugar durante la «adoración al bolardo«, con ofrenda floral incluida, en Terrassa. En este caso, los separatistas se congregaron para homenajear al bolardo que los Mossos habían roto al chocar contra él durante el registro de la sede de Unipost con motivo de la investigación sobre el referéndum ilegal del 1-O.
No son los únicos gestos que han sorprendido al mundo. A estas alturas, resulta difícil olvidar gestas como el lanzamiento de un playmobil con una estelada a la estratosfera, la plantada de algunos líderes en macetas, la convocatoria cupaire para romper huevos en comunidad o aquel ya lejano intento de pintar de amarillo Poblenou del Delta, mucho antes de que se apropiaran como símbolo del lazo de tal color. Por no hablar de la pancarta gigante que, según la ANC, fotografiarían los satélites de la NASA para hacerle llegar al entonces presidente estadounidense Barak Obama el afán separatista de la mitad de los catalanes. Seguim…
