Con muchísimos años de experiencia en la cobertura informativa del Barça, el redactor jefe de El País, Ramon Besa, ofrece su visión sobre la crisis deportiva e institucional en la que está sumido el club desde la derrota contra el Bayern de Munich en cuartos de final de la Champions. Sostiene que la actual situación es consecuencia de la deficiente gestión de Bartomeu pero también señala el escaso rendimiento de los jugadores. Besa, que también es profesor universitario y Doctor Honoris Causa de la Universidad de Vic, ve posibilidades de éxito a la moción de censura y apuesta por recuperar el fútbol asociativo, de toque y veloz, que se ha perdido los últimos años. A su vez, el periodista brinda una mirada crítica sobre su profesión.
Cada vez cuesta más encontrar espacios en los grandes medios que impriman un enfoque literario a sus crónicas deportivas. ¿Por qué se ha perdido el cuidado por las palabras?
Me pregunto si la gente quiere leer o consumir. Estamos acostumbrados a las redes sociales, a miradas rápidas e instantáneas. En cambio, la lectura de una crónica de un partido de fútbol o una carrera de atletismo exige cierta pausa, se asocia a los viejos modos de informarse. En realidad, me pregunto si somos capaces de ver un partido de fútbol entero o sólo queremos disfrutar de los goles y poco más. Ahora se lleva mucho más el análisis con datos estadísticos y las opiniones que sientan cátedra.
El modelo Ibai Llanos, que aprovechó muy bien el parón del fútbol durante el confinamiento.
Antes se escuchaba la radio para informarse, ahora se compran periódicos para que te den la razón y si eso no sucede, es que mienten. El relato de lo sucedido en un partido de fútbol tiene menos impacto que un vídeo en el que se leen los labios de un futbolista que ha mandado a paseo a un compañero. El mundo de papel está en crisis y se impone otro audiovisual, en parte, por nuestra culpa porque los periodistas nos hemos convertido en hooligans. Siempre ha habido un componente de subjetividad, pero en el pasado existía un proceso de objetivación que ahora se ha perdido. En Barcelona, el Real Madrid es el enemigo y el Espanyol, el vecino. Con dichos protagonistas puedes generar los episodios del culebrón que quieras. Por suerte, confío que todos acabemos vendiendo nuestra tarea a través de suscripciones y que se produzca una cierta racionalización.
Es decir, que los muros de pago supongan una recuperación de la calidad perdida.
En parte, sí. Cierto periodismo ha evolucionado hacia el análisis, la interpretación de un partido a partir del Big Data, pero se ha perdido por completo la crónica del partido y todavía más una información rigurosa sobre la crisis de una junta directiva, por ejemplo. Una noticia sobre los posibles precandidatos a la presidencia del Barça no tiene interés, más allá de los eslóganes o la frase más impactante que diga cada uno. Un texto atrevido pero banal tiene más recorrido en redes sociales que uno mejor argumentado. El prestigio no interesa en la actual sociedad populista de consumo. Pero parece que ahora si quieres leer al articulista que te transmite confianza, deberás comprar una suscripción digital o ir al quiosco.
«Un texto atrevido pero banal tiene más recorrido en redes sociales que uno mejor argumentado.»
Ramon Besa
¿Compartes la contraposición entre una época romántica del balompié y otra actual en la que se imponen valores puramente económicos o marketinianos?
Me parece bien que convivan los géneros de la información y el entretenimiento deportivo, lo que no me gusta es que se juegue a la ambigüedad. Debería de haber una línea clara de separación, no se puede vender entretenimiento como si fuera una noticia. Los periodistas deportivos hemos renunciado a un libro de estilo, a un código deontológico, a la exigencia de gestionar la información de manera rigurosa y a escribir sin faltas de ortografía.
El Barça es el club de tus amores. ¿Qué sentiste tras el 2-8 contra el Bayern en Champions?
Que la decadencia del Barça se había plasmado contra un rival que en octubre del año pasado estaba prácticamente desahuciado. Siempre se ha acusado a los periodistas deportivos de llevar la camiseta de un club, mientras que los informadores de política o economía eran supuestamente más objetivos. Discrepo de esta visión, los hechos hablaban por sí solos: el Barça jugó muy mal y punto. De hecho, la política se ha futbolizado en el peor sentido de la palabra, ahora muchos periodistas se ponen la camiseta de un partido político o de una idea. No se trata de esconder tu subjetividad, sino de ser honesto desde un punto de vista periodístico.
Tras el partido, Bartomeu anunció grandes cambios, pero más allá del nuevo entrenador y algunos fichajes de jugadores prometedores, no se ha avanzado en nada más.
Si no hay dinero es muy difícil que se produzca una revolución deportiva. El problema actual del Barça es que no dispone de dinero y tampoco ha sabido desarrollar la generación de la cantera de Riqui Puig. Históricamente, ha habido momentos en que el equipo no ganaba nada pero la estructura del club aguantaba la situación y viceversa. Piensa que uno de los mejores conjuntos de la historia blaugrana nació cuando Laporta afrontaba una moción de censura. El problema actual es que ambos estamentos, el equipo y el club, están en crisis. Esto se produce porque el club, con Bartomeu al frente, se ha entregado a un grupo de futbolistas y a unos determinados ecosistemas que ya no funcionan. Recomponer la situación necesita tiempo y dinero. Por suerte, pocos clubes disponen de una cosa y de la otra por lo que los blaugranas podrán competir en la liga pero difícilmente se les podrá exigir que ganen la Champions. Luis Suárez, por ejemplo, simboliza lo bueno que era el equipo y lo acabado que está.
En general, ¿Cómo valoras la gestión de Bartomeu?
Le han sobrado unos cuantos años. Personalmente, limitaría los mandatos a cuatro años y no los seis actuales. Creo que cuando convocó las elecciones, en enero de 2015, pensaba que perdería contra Laporta, pero sorprendentemente, un equipo que era carne de cañón tras la crisis de Anoeta acabó ganado un triplete. Todo lo que salió bien en cinco meses acabó mal durante los cinco siguientes años. La candidatura de Bartomeu no estaba preparada para una gestión económica y social del club, su única obsesión ha sido cuidar a los futbolistas para que repitiesen lo mismo, sin percatarse de que no se puede sustituir a Xavi, Iniesta o Neymar. El presidente se ha rodeado de gente que no sabe de fútbol.
«Las próximas elecciones serán clave para saber cómo el Barça va a competir con los denominados clubes de estado o con otros»
Ramon Besa
¿Qué riesgo existe de que el Barça cierre el año con un grave desequilibrio económico?
Bastante riesgo. El club va a tener unas deudas importantes al margen de las pérdidas generadas por la pandemia. El estadio está caduco, nadie sabe cómo se van afrontar las obras, y a su vez tiene que renovar un equipo envejecido. Las próximas elecciones serán clave para saber cómo el Barça va a competir con los denominados clubes de estado o con otros, como el Real Madrid, cuyos estatutos son mucho más laxos a la hora de fiscalizar la tarea de la junta directiva. Espero que los socios apuesten por alguien valiente y clarividente, con intención de levantar el club.
¿Ves posibilidades de éxito en la moción de censura presentada?
Sí, tiene posibilidades. La moción expresa el cansancio de mucha gente, de distintas sensibilidades, respecto a la gestión de Bartomeu. Si se convoca el referéndum, no sé si Bartomeu querrá afrontarlo y convertirse en el primer presidente de la historia en abandonar la presidencia mediante una moción de censura. Diría que los convocantes han lanzado un mensaje claro a la directiva: no toquéis nada más a la espera de que lleguen los nuevos gestores, que ya se encargarán de intentar renovar a Messi, firmar los nuevos patrocinios o avanzar en el proyecto del Espai Barça.
Es decir, que ves probable que Bartomeu se tenga que marchar antes de marzo.
Puede ser. Fíjate que el actual voto de censura no está personificado en alguien, está respaldado por ocho grupos barcelonistas que representan a tres precandidatos. Nuñez y Laporta superaron ambas mociones pero sólo estaban apoyadas por una o varias personas.
La división social es un tendencia histórica en el Barça, ¿por qué es tan difícil alcanzar cierta unidad de acción?
El Barcelona es el reflejo de la sociedad catalana, del seny y la rauxa, del blau y el grana. Son dos fuerzas opuestas que se neutralizan. Cuando el mestizaje funciona, el equipo juega bien y se adquiere cierta paz social. Pero cuando no, el contexto se complica. Piensa que el club no sólo está condicionado por los socios con derecho a voto, hay muchos fans o peñas alrededor del mundo que también forman un estado de opinión. Es complicado conseguir que todos remen en la misma dirección.
¿Cómo valoras el caso Messi y si crees que se marchará gratis a final de año?
Lo lógico hubiera sido un pacto a tres bandas entre el Barça, el jugador y un club comprador, para evitar cualquier pleito. Messi confió en la palabra de Bartomeu, porque hasta ese momento siempre le había complacido, y se equivocó enviando el famoso burofax. Quizá podría haber hecho pública una carta con su particular moción de censura hacia el presidente. Sin embargo, el error de base del club es la firma del nuevo contrato en 2017 con una cláusula que permite al jugador salir gratis cualquiera de las siguientes temporadas. Eso ya demuestra que Messi no se fiaba de Bartomeu.
«Messi confió en la palabra de Bartomeu, porque hasta ese momento siempre le había complacido, y se equivocó enviando el famoso burofax»
Ramon Besa
¿Ves posibilidades de que Messi se quede?
Sinceramente, no tengo ni idea. No pensaba que Messi actuaría de la manera que lo ha hecho… habrá que ver qué relaciones establece el nuevo presidente con Koeman y la plantilla. Si alguien en el club es capaz de convencer al crack argentino que puede ser el cabeza de cartel de los jóvenes, es posible que pueda liderar la revolución para ganar más títulos. Messi tampoco se asegura que pueda levantar, de nuevo, la Champions si se va al Manchester City o a cualquier otro club.
Es decir, será clave que el nuevo presidente comparta la filosofía deportiva de Guardiola y Cruyff.
Dependerá más de si confía en la política deportiva del nuevo presidente. No comparto las etiquetas de guardiolista o cruyffista en el actual contexto. Piensa que Guardiola se va en 2012 no sólo por las malas relaciones con la junta directiva de Sandro Rossell y la secretaria técnica de Zubizarreta, sino por un cansancio acumulado en la gestión del equipo. Messi estaba muy enfadado porque había perdido la liga con el Madrid y la Champions con el Chelsea. Quiere ganar a toda costa. Al final, los jugadores también son responsables de las derrotas en Roma, Liverpool o Lisboa.
¿Qué posibilidades tiene Koeman de convencer al socio del Barça?
Koeman tiene currículum como entrenador, no se casa con nadie y dispone de la credibilidad y carisma de los aficionados del Barça como para revertir la situación. Ahora bien, le falta el apoyo institucional, por lo que no sé cómo aguantará la tormenta si se producen momentos de crisis. Lo que ha conseguido con Holanda tiene mucho mérito, era una selección en decadencia, que no se clasificaba para los grandes torneos y la ha rejuvenecido. Koeman, más que cruyffista, ha absorbido varias mentalidades, las de Van Gaal o Hiddink, por ejemplo. Hay que darle el beneficio de la duda y ofrecerle cierta estabilidad.
¿Consideras que la filosofía Barça debería ser más importante que el pragmatismo deportivo y económico?
Pero, ¿Pragmatismo para qué? ¿Qué quiere el Barça, jugar bien o ganar? El Barça siempre se ha edificado a partir de entrenadores y jugadores de las categorías base, si bien los extranjeros siempre han marcado la diferencia. El Barça tiene un sello futbolístico y nunca correrá de la misma forma que el Liverpool porque su cultura es otra. No se trata de ser veloz de piernas sino veloz con el balón. En realidad, el equipo necesita jugadores con hambre que recuperen los valores perdidos. Sigo pensando que la solución pasa por una actualización del software pero sin cambiar por completo la cultura futbolística. Si compramos jugadores más altos o físicos siempre los habrá en otros clubs que lo hagan mejor en éstos aspectos del juego.
Sin embargo, algunos piensan que será complicado encontrar jugadores con la calidad técnica de la generación que ahora se acaba.
Nunca habrá un nuevo Xavi o un nuevo Iniesta pero saldrá un Eric Garcia o un Ansu Fati. El gran error de Bartomeu ha sido confiar que los jugadores se podían clonar… Fíjate que el club estuvo a punto de quemar a Xavi porque se suponía que tenía que ser el nuevo Guardiola, como mediocentro, y no acabó de funcionar hasta que tuvo una personalidad propia como volante derecho. Lo importante es generar las mejores condiciones para que los futbolistas se expresen. Hay que recuperar el carácter asociativo y una manera de entender el juego que se ha perdido.