También Josep M. López de Lerma, en el Diari de Girona, se ha fijado en las últimas tendencias y advierte la empanada mental dels catalans. Sobre la encuesta de Gad3 para la Vanguardia publicada los días 6 y 7 de setiembre, según la cual, a primera vista, el independentismo se fortalece, matiza lo siguiente: «No se había dado cuenta [el editorialista] de que el 51% de los votos y los cerca de 80 escaños adjudicados a ERC, JxCat y CUP venían dados por la considerable bajada en la participación que el estudio recogía: del 82% de 2017 al 69% para este año o el primer trimestre de 2021, así como también por la alta movilización del voto secesionista frente a un pasivo voto favorable a una tercera vía o contrario a la pulsión autodestructiva que de vez en cuando surge en Cataluña, cavernícolament mostrada y desahogada en los hechos de octubre de hará tres años.»
Y prosigue con varios ejemplos, siempre deducidos de la encuesta, de «la empanada mental que nos han dejado». Por ejemplo que, «en el supuesto que se diera la anunciada mayoría independentista, los encuestados digan que el objetivo principal del nuevo gobierno debería ser negociar mejoras en el autogobierno y la financiación autonómica (41,1%) en vez de celebrar el referéndum y obtener la amnistía de los políticos condenados por sedición, nos dice que la olla se está enfriando, por no decir que se les ha ido a más de uno».
Cree López de Lerma que «el independentismo no se fortalece sino que cada casa ha aportado a él al más tonto de los suyos y estos han acabado cansados de hacer el payaso». Aquí tal vez peque de optimismo: hay muchos que todavía no dan muestras de cansancio.