El COVID-19 ha arrasado con todo y ha traído a nuestras vidas nuevas formas a las que aún no nos hemos terminado de acostumbrar. La sociedad se ha visto obligada a cambiar a marchas forzadas y la economía ha sufrido una convulsión por culpa de la pandemia. El ocio se ha visto especialmente afectado. Y, sobre todo, el nocturno. Los DJ y los productores musicales forman parte de un segmento que genera miles de millones de euros cada año en el mundo entero y en el que España es pionera. Aquí nació la música electrónica. Fue la isla de Ibiza la cuna del llamado Balearic Beat y el escenario en el que el pinchadiscos de toda la vida pasó a ser conocido como DJ. Ha llovido mucho desde entonces y ha sido necesario un virus para que estos profesionales hayan logrado ponerse de acuerdo y crear una asociación a través de la cual defender su imagen, la profesionalización y sus derechos como trabajadores. Presidida por el DJ y profesor Julio Posadas, la Asociación Española de DJ y Productores (AEDYP) cuenta ya con cerca de 500 miembros dispuestos a dejarse la piel por lograr que estos creadores de sentimientos y diversión tengan el lugar que merecen en la sociedad. De la mano de Posadas nos adentramos en el lado práctico y realista de la parte más mágica de la noche.
Acaban de crear ustedes la Asociación Española de DJ y Productores (AEDYP). ¿Cómo nace esta asociación y con qué objetivos?
Es algo que llevaba pidiéndose a gritos desde hace muchos años. Somos DJs y productores musicales de música electrónica. Cuando hablo de música electrónica quiero decir todos los ámbitos de esta música. Siempre ha habido problemas para poder crear una asociación que nos permita tener unos derechos y generar un reconocimiento. Ahora, con todo lo que está pasando y por culpa de la pandemia, nos hemos visto muy perjudicados laboralmente. Esto ha hecho posible un acercamiento entre todos para poder llevar a cabo una asociación que vele por el reconocimiento de nuestro sector. Nuestra profesión se identifica legalmente con técnicos de sonido o de iluminación. Pero como DJs no estamos reconocidos. Y esa es una de las cosas que queremos, la regulación de nuestra profesión.
¿Cuántos asociados tienen ya?
Hemos de tener en cuenta que somos una asociación sin ánimo de lucro y que la estamos moviendo con el tiempo que nos permite nuestro trabajo. Hemos abierto ahora una convocatoria sin pago de cuota para ser socios. Tenemos en cuenta los momentos que estamos pasando. Hay muchos compañeros que no tienen trabajo y, si tuvieran que pagar una cuota, eso podría echarles para atrás. Pero, bueno, tenemos un grupo de Facebook, que es lo primero que pusimos en marcha, y hay ya 3.000 miembros. Esto lo hemos hecho en menos de un mes. Y asociados inscritos, con datos, estamos rondando ya cerca de los 500. Todo esto sin ningún tipo de difusión. Ahora, gracias a El Liberal y otros medios, vamos a intentar tener difusión y llegar a más gente. Imagino que tendremos bastantes más socios para poder tener fuerza y reclamar nuestros derechos.
Es un sector que está enmarcado dentro del ocio nocturno. Y supongo que para el profano es fácil confundir al dueño de la discoteca con el DJ cuando, en realidad, no tienen nada que ver.
Claro, no tienen nada que ver. De hecho, nosotros estamos dentro del ocio nocturno porque es una de las profesiones que hacen falta para que funcione. Y del ocio en general porque también se hacen fiestas de día. Pero también estamos enmarcados en la cultura. Un DJ es el nexo de unión entre la cultura y el ocio. Sin DJ no hay música y, sin música, no hay cultura. Eso lo tenemos que tener en cuenta.
Estamos enmarcados en la cultura. Un DJ es el nexo de unión entre la cultura y el ocio. Sin DJ no hay música y, sin música, no hay cultura.
Julio Posadas
Nos cuesta mucho verlo así. La opinión sobre el DJ suele ser despectiva, no lo vemos como un nexo de unión. Pensamos que es alguien que se aprovecha de lo que hacen otros. Hemos pasado del pinchadiscos de toda la vida al DJ. Es verdad que hay un vínculo porque sin el pinchadiscos tampoco hubiéramos conocido mucha música. Pero es evidente también que hay un cambio y que son figuras diferentes.
Sí, pero eso es desde fuera. Pero todo está relacionado. De algún modo, esa visión equivocada es responsabilidad nuestra, que no hemos educado a la gente para hacernos ver como otra profesión más. Una profesión que, además, hace un favor a la sociedad y a la cultura. Gracias al DJ transmitimos el mensaje musical asociado a la sociedad de hoy en día. Tenemos que tener en cuenta que la música está intrínsecamente relacionada con el movimiento social. En España estamos un poquito lejos de lo que están haciendo en otros países, pero los DJs siempre han transmitido musicalmente la expresión social del momento. Ahora mismo estamos en un momento crucial de la sociedad. Lo que está pasando es un cambio de era y hace que veamos las cosas de otra manera. Pero hemos de saber que en países como Holanda, que estamos cerca, el Día de los Reyes un DJ como Armin van Buuren, reconocido a nivel mundial, es el maestro de ceremonias. Recibe a los reyes en un barco con música trance. ¡Ojo! Y los reyes le saludan en un acto de reconocimiento de Van Buuren como el maestro de ceremonias que representa al pueblo. Está representando a niños, mayores, jóvenes, a gente de todo rango social. ¿Qúe ocurre? El DJ, que es la máxima expresión musical de la sociedad, hace que todo se una. Aquí, en España, esto no está visto. Y una de las cosas que tenemos que hacer desde la asociación es, precisamente, inculcar los valores de la expresión cultural que tiene un DJ.
Quizás aquí el problema está en que se sigue vinculando al ocio nocturno con algo negativo. Ibiza, por ejemplo, no sería lo que es sin el ocio nocturno y, sin embargo, esta oferta está muy denostada en la isla. Es contradictorio.
Es contradictorio por la opinión pública. Es muy fácil criminalizar a ciertos sectores porque no están protegidos. En el momento en el que tengamos nuestra asociación fuerte y rodada será mucho más complicado señalar a ciertos gremios. Es verdad que han sucedido cosas como lo de la discoteca de Málaga, y es muy fácil desviar la atención de la opinión pública hacia esto y no hacia cómo se está gestionando el PIB o cómo se hará la gestión del dinero de la UE para poder llegar a un acuerdo sobre los Presupuestos Generales del Estado. Incluso, se están poniendo en marcha campañas contra el ocio nocturno desde las administraciones comparando la pulsera de una discoteca con la de un hospital y diciendo “tú eliges”. Sanidad ha hecho otro anuncio con el lema “pim, pam, fuera” y también centrado en el ocio nocturno. Aquí presentan al DJ como el maestro de ceremonias responsable de que la gente se ponga enferma. Fíjese en la diferencia entre el maestro de ceremonias de Holanda y el de España.
En Holanda, el Día de los Reyes Armin van Buuren es el maestro de ceremonias. Y recibe a los reyes en un barco con música ‘trance’.
Julio Posadas
Nadie puede imaginarse a David Guetta como un señor que te incita a enfermar de coronavirus y morirte.
Es que es lo que usted comentaba. Es por la manera en la que se nos ve como profesionales. No estamos reconocidos y es fácil señalar a personas indefensas en cuestión de reconocimiento laboral. Somos los que unimos ocio y cultura. Es más, y en esto quiero incidir, sin ocio no hay oxigenación de la sociedad. Es necesario. El sistema no puede crear autómatas que estén trabajando de lunes a viernes y luego los fines de semana no tengan la manera de divertirse o desahogarse. Está claro que el ocio ha sido de los principales sectores que ha respetado de la A a la Z las normas del Ministerio de Sanidad. Han regulado espacios, se han puesto mesas en las pistas de baile… No ha servido de nada porque el problema no está ahí. Está en las fiestas ilegales, en el botellón… Y el pato lo ha pagado el ocio nocturno. Ahora están todas las discotecas cerradas pero en todas se tomaba la temperatura, había hidrogel por todos los lados, se llamaba la atención al que no tenía la mascarilla bien puesta, había una zona de separación. Y eso se ha hecho en todas salas. Pero, al haber fiestas ilegales en las que se han registrado contagios, ¿a quién han pedido responsabilidad? A los que están relacionados con la esencia en sí de la diversión, el ocio nocturno. Pagan el pato sin ser los responsables y porque alguien tiene que pagarlo. La realidad es que ahora no hay ocio nocturno y seguirá habiendo brotes porque el problema está en la irresponsabilidad de algunos por no cumplir las normas establecidas.
La pandemia ha arrasado con el ocio nocturno. ¿Cuál es la situación hoy?
La situación ahora es que no hay trabajo. Hay 700.000 personas vinculadas al sector. Han creado un movimiento que se llama Alerta Roja y que nace para expresar la indignación por el momento que están pasando. Hablamos de discotecas, festivales, conciertos… es un sector que mueve muchísimo dinero, que genera empleo. Si se están haciendo las cosas como se tienen que hacer, ¿por qué lo cortan de golpe? ¿Por qué no buscan otras formas de intentar evitar la irresponsabilidad de unos pocos que hacen fiestas ilegales? Todo viene por ahí.
Ahora no hay ocio nocturno y seguirá habiendo brotes de COVID-19 porque el problema está en la irresponsabilidad de algunos.
Julio Posadas
¿Se da la misma situación en otros países de nuestro entorno?
No. En el momento más álgido de la pandemia, se cerraron algunas salas y luego se han reabierto de forma más controlada. El único país ahora mismo que está teniendo un mayor corte de derechos a los trabajadores del sector es España.
Es una salvajada porque, al no estar reconocidos legalmente, tampoco tienen sindicatos, patronales… No tienen una tabla a la que agarrarse.
Es que llevamos décadas sin regularnos. Desde que nació la profesión de pinchadiscos, ha habido algún intento para que haya una reconocimiento legal. Hace 20 años esta profesión era algo que se veía como de corto recorrido. No se veía a un DJ de 40 años poniendo música. Es lo que sucedía en los años 90.
Lo normal eran DJ de fin de semana que trabajaban por poco y como forma de completar su trabajo habitual. O estudiantes que lo hacían por gusto.
No estaba considerado como una profesión hasta la jubilación. Y por eso no se ha velado por nuestro derecho a tener unas condiciones laborales dignas. Pero, gracias a los avances tecnológicos y a la necesidad cada vez mayor de consumir música, el DJ está siendo reconocido mundialmente como alguien que aporta algo a la sociedad. Ahora se ha visto que hay DJ de talla internacional trabajando con 50 y con casi 60 años. Y ahora, por fin, nos hemos puesto de acuerdo para, al menos, tener la asociación. Necesitamos socios para que, entre todos, podamos decir que estamos aquí y que no estamos solos.
Gracias a los avances tecnológicos y a la necesidad cada vez mayor de consumir música, el DJ está siendo reconocido como alguien que aporta a la sociedad.
Julio Posadas
Aparte de la falta de regularización, tampoco hay unos estudios que te habiliten como DJ.
Claro, pero es porque la profesión no está reconocida. Es verdad que hace cuatro o cinco años ya salió en el BOE la profesión de DJ pero asociada a técnico de sonido. Antes de mí no había profesores que se dedicaran a enseñar. Ahora ya hay varias academias de DJ. No olvide que en la asociación también hay productores musicales, y eso es todo lo que engloba la creación y la producción de música electrónica. Hay academias de DJ que están dando títulos privados pero hace mucha falta que sean certificados por el Estado. Y ese es uno de nuestros objetivos también como asociación, poder obtener el respaldo del Gobierno como profesión y, a través de academias, otorgar unos títulos convalidados por el Estado y que eso sirva para tener un CV y lograr un trabajo de forma más segura y profesional.
Evidentemente, no es lo mismo estar en una categoría de técnico de sonido o camarero que como DJ con todos los derechos laborales reconocidos.
Es que, cuando te das de alta en la Seguridad Social, en muchísimos casos la profesión de DJ está vinculada a la de camarero. No podía cobrar como un DJ.
No podemos pensar que todos los DJ son como Carl Cox. Hay miles de personas trabajando como DJ en salas o discotecas pequeñas que solo abren un par de días a la semana.
Es que como Carl Cox hay 50 en el mundo. Pero en niveles de andar por casa hay miles. Y eso porque es una profesión que muchos tienen como hobby. Es una profesión muy agradecida porque el transmitir sentimientos a través de la música y hacer disfrutar a la gente es una sensación de sinergia impresionante. Es un trabajo muy deseado. Yo me dedico a esto desde hace más de 30 años. No he hecho otra cosa en mi vida. Y es un trabajo muy goloso, a todo el mundo le gusta. Y ahí es cuando tienes el problema. Por ejemplo, imagine un bar musical en un pueblo de León. Yo soy un DJ aficionado, que veo sesiones en internet porque me gusta. Tengo mi trabajo entre semana pero el fin de semana le ofrezco a mi amigo, que tiene un bar, trabajar allí. Como es el bar de mi amigo, en lugar de cobrar me conformo con que me invite a copas. Eso se llama intrusismo laboral. Alguien que sí que se dedica a esto de forma profesional y ganarse el pan como cualquier otro trabajador no puede hacerlo porque otras personas están trabajando por copas en el bar de su amigo. Es no se puede permitir. A través de la asociación queremos regular esa mala praxis y que el trabajo del DJ sea remunerado. Aunque haya miles de DJ, todos tienen que cobrar y estar asegurados cuando trabajan.
Si uno tiene un beach club, debe pagar al camarero y al DJ, viendo, además, qué aporta a la empresa cada uno de ellos.
Está claro que la repercusión que tiene un DJ no es la misma que la de un camarero. Lo que está claro es que el trabajo del DJ no puede ser gratis.
Tenemos que crear plataformas diferentes a Facebook o Youtube, que no están pensadas para retransmitir música de forma privada.
Julio Posadas
Antes de la pandemia se detectaban ciertos cambios en las costumbres de los jóvenes en lo que al ocio nocturno se refiere. Y en esto tiene mucho que ver internet. Su forma de relacionarse suele ser a través de la red y es en la red donde también encuentran, por ejemplo, la posibilidad de asistir a sesiones de muchísimos DJ vía streaming. ¿Cómo les está afectado esto?
¡Buena pregunta! Aquí entramos en la cuestión de las tecnologías. Los avances tecnológicos siempre han ido por delante de la sociedad. En estos momentos estamos en una situación similar a la que sucedió con los MP3 y la industria musical. Los DJ, gracias a las redes sociales y de forma gratuita, pueden emitir streaming en directo y la gente puede verlos desde su casa. Tenemos entonces un problema en el trabajo y en el cobro de los derechos de copyright de esa música. Además, hay una cuestión de educación. Yo no soy partidario de los streaming gratuitos. Se ha hecho durante la pandemia porque todos teníamos que arrimar el hombro y aportar lo que pudiéramos. Pero de ahí a tener que hacer por derecho sesiones gratis de DJ en redes sociales no puede ser. Los DJ no tienen trabajo porque está el ocio cerrado. Pienso que tenemos que crear plataformas diferentes a Facebook o Youtube, que no están pensadas para retransmitir música de forma privada. Si yo compro un tema, estoy pagando también un canon a través de la comunicación privada para poder escuchar ese tema en mi casa, pero también para que la persona que ha hecho ese tema o esa producción pueda cobrar sus derechos de autor. Pero eso que he comprado no me da derecho a difundir esa obra públicamente. Puede que yo me esté promocionado como DJ públicamente y gratis haciendo el streaming pero me estoy beneficiando de una obra que ha hecho un autor y que no cobrará. No es legítimo.
El problema de los MP3 se solucionó con plataformas como Spotify. Imagino que ustedes quieren ir un poco más allá puesto que un DJ no es solo música, es un espectáculo en sí mismo.
Efectivamente. Yo lo llamaría un Netflix de música. Pagas una cuota cada mes que te da derecho a ver sesiones de DJ de muchísimos géneros pero remunerados. Esa cuota serviría para pagar el canon de comunicación. Cobraría el DJ por poner esa música. Los derechos generados en esas reproducciones se pagarían a la SGAE y, por tanto, directamente a los creadores. Funcionaría el engranaje, que es algo que ahora no sucede.
¿No existe nada similar en otros países?
No, no. Se está intentando a través de redes sociales y con la colaboración de diferentes empresas editoriales para poder aceptar donativos. Por ejemplo, David Guetta hizo un streaming para recaudar fondos para ayudar a los damnificados del COVID-19. Logró más de un millón de euros. Pero esto lo tienen que cobrar los autores originales. Además, hay que ver qué es y cómo tributa una donación. Si tú te has lucrado profesionalmente como DJ, ahora no puedes hacer esto de las donaciones.
Hemos de trabajar para que la gente entienda que la profesión de DJ tiene que ser reconocida y remunerada y por eso nace la asociación.
Julio Posadas
Pero es que tampoco puede ser la solución vivir de donativos. Guetta ha hecho eso por una cuestión concreta pero no puede ser una forma de vida. Está claro que ustedes necesitan un sistema que les permita superar la situación creada por el COVID-19.
Exacto. El DJ no tiene que reclamar donativos. Guetta lo hizo para ayudar a otros y eso está bien. Pero volvemos al problema de la educación y la cultura. Hace 20 años nadie se imaginaba que pagaría por ver el fútbol. Y el fútbol no es cultura. Pero ahora mismo es algo muy normal. Hace 20 años tampoco nos íbamos a imaginar pagar por ver la TV y ahí tiene Netflix. Por eso tenemos que trabajar para que la gente entienda que la profesión de DJ tiene que ser reconocida y remunerada y es por lo que nace la asociación.
Hablamos entonces de un proyecto que nace con la pandemia pero que pretende quedarse, que no es algo temporal.
Imaginemos que la pandemia pasa y volvemos a la normalidad. Esto de la plataforma de streaming de DJ no sustituirá a las fiestas. Añadirá. Incluso, mejorará la difusión de eventos en ocio nocturno. Imagine una discoteca en Ibiza y que yo, que soy de Málaga, no puedo ir. Esta discoteca se beneficiará del streaming para poder transmitir, previo pago, sus sesiones. Tenemos que ver lo positivo de lo negativo que nos ha sucedido.
Y más considerando que los admiradores de los DJ los siguen para todo. Hay muchísima veneración hacia estas figuras y hay gente que paga 80 euros de entrada en una discoteca por ver una sesión de 15 minutos del DJ que le gusta.
Claro. Por eso queremos que explicar quiénes somos y lo que hacemos. En muchos países hay ya asociaciones como la nuestra. Y eso que nuestro país es el principal consumidor de ocio.
Es curioso considerando que España es la cuna de la música electrónica. En Ibiza empezó todo y después siguió en Valencia con la Ruta del Bakalao. Pero la realidad es que es un producto español. El Balearic Sound nace en Ibiza y hecho por gente que vivía allí.
Exactamente. El Balearic Sound es cultura porque es un movimiento musical que responde a las necesidades sociológicas que quería la gente entonces. Querían un sonido, querían una expresión musical. Hemos generado todo esto y lo normal es que busquemos que se reconozcan nuestros derechos. Hemos hecho muchísimo por este país. Pero se nos ha visto de una manera más folclórica.
Quizás es que lo que no se termina de entender es que la gran discoteca o el festival están ahí pero no serían lo que son hoy sin DJs ni productores musicales.
Usted piense en Laura, por ejemplo, que trabaja en una panadería desde las 6 de la mañana cada día, de lunes a viernes, hasta las 4 de la tarde. Y está deseando que llegue el sábado para ver Dj Nano o a algún otro y disfrutar de esa sesión. Y lo está pensando a diario. Quiere que llegue ese día para pegarse el festival porque lo necesita. Laura está aportando al sistema a través de su trabajo y lo hace con la ilusión de que llegue el fin de semana y su DJ le haga divertirse. Esa es nuestra labor. Le damos energía, gasolina, a la sociedad.
Tal vez es que a todos se nos olvida lo que era ser joven y tener esa ilusión por el fin de semana.
Está claro. Pero todo el mundo necesita divertirse. Para poder generar algo, tenemos que alimentarnos de energía. Sin esa energía no rendimos. Y una forma de hacerlo es gracias a los DJ. Es así.
No le puedes cortar a una chaval la necesidad de divertirse, igual que no le puedes cortar a un niño la necesidad de jugar.
Julio Posadas
Pero ahora con la pandemia no existe nada de eso. ¿Qué hace hoy un chaval de 20 o 25 años al que se le ha cortado el ocio nocturno y la posibilidad de relacionarse con sus iguales, con todo lo que ello supone?
El cierre del ocio va a provocar más fiestas ilegales. Y eso es así porque a estos chavales no les vas a cortar el salir. No se lo cortan ni sus padres. Es decir, si yo tengo un hijo de 20 años que quiere salir, cuando yo me duerma, se irá por la ventana si hace falta y se irá con los amigos a un botellón en el que se contagiarán porque van todos sin mascarillas. Nadie controlará eso que, en una sala, sí se estaba controlando. El Gobierno se cree que cortando el ocio nocturno acabará con el problema y no es así. El problema es el uso incorrecto e irresponsable. Tú no puedes cortarle a un chaval la necesidad de divertirse, igual que no le puedes cortar a un niño la necesidad de jugar.
Para acabar, ¿volveremos a antes de marzo cuando haya una vacuna o ustedes trabajan ya con un escenario de cambio de costumbres permanente?
Creo que no será lo mismo. Estamos en un cambio de era. Hablaremos del precovid y del postcovid. Es algo que ha afectado a nivel mundial. Yo tengo dos hijos, uno de 16 y otro de seis años. Cada uno lo lleva de una manera diferente. El pequeño tiene clarísimo que tiene que ponerse la mascarilla, lavarse las manos, interactuar con las personas de una forma… Ahora ya no vamos a abrazarnos como antes o a actuar como antes. Aunque haya una vacuna, vendrán otros virus. Y debemos acostumbrarnos a vivir con esto. Está claro que no será lo mismo y que tenemos que acostumbrarnos a esta nueva forma de vida y de profesionalización. Tenemos unas nuevas necesidades que cubrir por cuestiones como el teletrabajo. Y hemos de ir por delante. Nosotros trabajamos con tecnología. La música electrónica es eso. Y esto nos obliga a ir por delante de los cambios para poder ofrecer aquello que la gente necesita.
Si es un sector que tiene capacidad de adaptarse, será complicado, pero seguro que lo harán.
Esperemos que sí.