La Diputación de Barcelona, presidida por la socialista Lluïsa Moret, ha incorporado a Tolo Moya como asesor de Presidencia, un cargo con un sueldo bruto superior a los 4.000 euros mensuales. Este nombramiento, ya oficializado, ha generado controversia debido a los antecedentes políticos de Moya, quien fue despedido por Esquerra Republicana (ERC) tras el escándalo de los carteles contra los hermanos Maragall durante la precampaña municipal de 2024.
Tolo Moya, acomiadat d'ERC pels cartells de Maragall, fitxa per la Diputació de Barcelona https://t.co/T6KwI3W6sd https://t.co/T6KwI3W6sd
— 324.cat (@324cat) April 19, 2025
Moya fue señalado por el partido como el principal responsable de la difusión de los polémicos carteles, según una investigación interna que no identificó al ideólogo. La filtración de audios de una reunión interna, donde se debatía cómo gestionar la crisis, precipitó su expulsión. ERC lo acusó de divulgar información confidencial a los medios, aunque Moya siempre ha negado su implicación.
El regreso de Moya a la Diputación, donde prestó sus servicios a ERC antes de ser fulminado, se produce bajo un gobierno liderado por el PSC, que cuenta con el respaldo de Comuns, dos diputados díscolos de Junts y la propia ERC. El movimiento ha levantado críticas de los diferentes sectores políticos y mediáticos, ya que los republicanos intentaron cerrar el caso «admitiendo errores en su investigación y pidiendo disculpas por acusaciones injustas a terceros».
Comprant silencis, ERC?
— 🟦 Pilar Rahola (@RaholaOficial) April 19, 2025
"Tolo Moya fitxa per la Diputació després de l’escàndol dels cartells"https://t.co/mP7Uxwhp9C.
El caso, que no parece del todo casual, reaviva los debates sobre mala gestión dentro de la formación independentista y pone de manifiesto las aún existentes tensiones internas en ERC. Mientras tanto, el nombramiento de Moya refuerza a su vez el relato socialista de que las alianzas políticas de carácter más profesional en la Diputación priorizan el pragmatismo sobre la coherencia ideológica.