El Ayuntamiento de Barcelona tendrá 43 concejales a partir de las próximas elecciones municipales, dos más que los 41 actuales. Este incremento responde al crecimiento de poblacional en la ciudad, según los datos del censo más reciente, que sitúan a Barcelona por encima del umbral que justifica la ampliación de representantes en el consistorio. La normativa vigente establece, como es lógico, que el número de concejales varía en función de los habitantes, activando el aumento demográfico de la capital catalana este ajuste al alza de las regidorías.
El aumento en si no es tan sencillo como puede parecer en primera instancia, puesto que implica una reorganización en la dinámica de la política local y las atribuciones que se imputan sobre los represenatnes centrales -regidores del ayuntamiento, no de distrito- en la gestión diaria de la ciudad. Los partidos deben a su vez analizar cómo este cambio puede influir en la distribución de poder en el pleno, donde cada voto cuenta para formar mayorías y los umbrales de representación -5% de los votos- en relación con la cantidad nominal de sufragios puede hacer bailar las ajustadas cifras que sustentan al actual gobierno. Este nuevo escenario podría o bien dar mayor peso a formaciones minoritarias o bien reforzar las alianzas estratégicas entre los grandes bloques políticos.
El incremento de concejales también plantea un posible aumento en los gastos asociados al funcionamiento del consistorio. Sin embargo, desde el Ayuntamiento se subraya que este cambio refleja «el dinamismo de una ciudad en constante crecimiento y su necesidad de una representación más amplia».
