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Cataluña se divide ante la amenaza del Ministerio de Educación

La exigencia de adaptar el currículo a la LOMLOE desata un intenso debate entre docentes, estudiantes y políticos

Cataluña se divide ante la amenaza del Ministerio de Educación
Estudiantes secundaria FPT. / X.

El Ministerio de Educación ha agotado su paciencia. La Administración Central declara de manera definitiva que la validez de los títulos de bachillerato en Cataluña irá ligada al cumplimiento del currículo de la LOMLOE, que fusiona las materias científicas en una única asignatura. El anuncio, que viene cociéndose ya desde la negativa del anterior Govern a adaptarse a estos cambios, ha provocado preocupación entre los cuerpos docentes y las famílias, que oscilan entre la indignación y la polarización. Generalitat, profesores, estudiantes y sociedad civil han respondido desde perspectivas diversas, reflejando tensiones entre la autonomía educativa y la uniformidad estatal.

El colectivo docente, respaldado por plataformas como Ciències en Perill, muestra en su mayoría un rechazo contundente a la fusión de materias como Biología, Geología, Física y Química, argumentando que «reduce significativamente las horas lectivas y compromete la preparación de los estudiantes para la selectividad y estudios superiores«. Los profesores defienden el modelo catalán de ciencias separadas, considerándolo más riguroso, y acusan al Ministerio de imponer un currículo que prioriza la homogeneización sobre la calidad.

Los estudiantes, bastante menos organizados, expresan inquietud ante la incertidumbre sobre la validez de sus títulos a partir de 2026-2027. La posibilidad de que los esfuerzos académicos acometidos hasta ahora no sean reconocidos genera, como es lógico, ansiedad, especialmente entre los que quieren acceder a estadios superiores de la educación, como la universidad. Esta preocupación se suma a las demandas previas de claridad sobre la selectividad, evidenciando un malestar generalizado por la caótica gestión educativa que vive Cataluña y afecta directamente sobre el currículum de sus estudiantes.

En el ámbito político, el conflicto es un punto de fricción entre Govern e independentistas. Mientras la consellera Esther Niubó defiende la autonomía educativa de Cataluña, el separatismo critica al ejecutivo catalán por «no resistir con suficiente firmeza» las exigencias de Madrid. El debate trasciende lo pedagógico, entrando en la ya bien conocida dimensión política de las competencias autonómicas y la soberanía nacional.

Por su parte, la sociedad civil refleja la clásica divisón que caracteriza este tipo de debates en Cataluña. Algunos apoyan el modelo catalán por su profundidad académica, mientras otros temen que el enfrentamiento provoque consecuencias negativas para los estudiantes. La percepción de un deterioro educativo es más homogénea, permeando distintos sectores ideológicos.

María Riera
María Riera
Licenciada en Ciencias de la Información por la UCM.

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