ENTREVISTA | David Jiménez Torres: «En España se confunde la moderación con la cercanía a los nacionalismos periféricos»

El columnista de ‘El Mundo’ cree que en España no falta reconocimiento de lo particular sino de lo común

El columnista de 'El Mundo', David Jiménez Torres. AÍDA PRADOS.

Primero en El Español y actualmente en El Mundo, el escritor y columnista David Jiménez Torres (Madrid, 1986) se ha revelado como uno de los analistas políticos más elegantes y perspicaces de la prensa española. En esta conversación con ‘El Liberal’, el autor de Cambridge en mitad de la noche (2018) disecciona asuntos tan variados como la mesa de diálogo catalana, la gestión gubernamental de la pandemia o, incluso, el señalamiento público por presuntos abusos al director de cine Alexander Payne.

Pedro Sánchez ha anunciado que retomará la mesa de negociación con el separatismo catalán en los próximos días. En su opinión, ¿ayudará dicha mesa a superar el problema en Cataluña?

No, porque no es tanto una mesa de negociación como una operación de supervivencia política del Gobierno y ERC. Los pactos entre élites pueden ayudar a resolver conflictos de gran envergadura como este, pero no cuando son meras performances para ganar tiempo para sus protagonistas. Además, para que se produjera una negociación real, ambas partes deberían plantear reivindicaciones. Aquí parece más bien que hay una parte que exige y otra que elige en qué cede y en qué no. Por último, la mesa está fuera de los cauces institucionales y por tanto deja fuera a dos sectores cruciales para cualquier solución que se quiera dar a la situación catalana: el centroderecha español y los catalanes no-nacionalistas.

El expresidente de Sociedad Civil Catalana, Josep Ramon Bosch, ha pedido el indulto a los presos del procés para superar el problema catalán. ¿Sería una medida deseable?

No me parece deseable ni en el plano ideal ni en el pragmático. Los indultos son inviables mientras los separatistas persistan en la idea de que su asalto a la legalidad fue legítimo y que la democracia española no tenía legitimidad para detenerlo, o para juzgar y condenar a sus responsables. Lo que encona el conflicto no es la ausencia de indultos, sino el discurso del ho tornarem a fer y de los lazos amarillos. La «superación» pasa necesariamente por una aceptación de la legitimidad —y no solo de la inevitabilidad— del marco constitucional por parte del separatismo. Es un proceso complicado, pero el asunto es lo suficientemente serio como para no caer en presuntas soluciones mágicas que solo pospondrían el problema unos cuantos años.

«La mesa de negociación catalana es una operación de supervivencia política del Gobierno y ERC. Los pactos entre élites pueden ayudar a resolver conflictos de gran envergadura, pero no cuando son meras ‘performances’ para ganar tiempo»

David Jiménez Torres

PSC y PP se han desmarcado de la alianza a tres que proponía Ciudadanos en Cataluña. ¿Era dicho frente una buena idea?

Es un asunto en el que debe imperar el pragmatismo. Sería buena idea si fuese a funcionar. Entiendo el razonamiento de Cs sobre las ventajas de cara a la ley electoral, pero también hemos visto casos recientes (Junts pel Sí en 2015, Podemos e Izquierda Unida en 2016) en los que una coalición obtiene peores resultados que si los partidos hubieran ido por separado. Claro que es deseable que algún día un frente constitucionalista obtenga una mayoría suficiente como para gobernar en Cataluña. Lo que no tengo tan claro es que el mejor camino para llegar a eso fuese una alianza a tres.

Según el historiador y exlíder de los comunes Xavier Domènech, el Estado sigue «sin reconocer su propia diversidad plurinacional y territorial». ¿Es un diagnóstico certero?

Me temo que no. Este diagnóstico da a entender que dentro de España hay una serie de identidades que surgen orgánicamente de ciertos territorios, casi como si brotasen de los ríos y las piedras, y que «el Estado» no estaría reconociendo, cuando hablamos de procesos históricos y contingentes, en los que también juega un papel el oportunismo político. Por ejemplo, tanto González como Aznar abrieron la puerta a que Pujol entrara en sus gobiernos, y fue él quien se negó a ello. Entonces, ¿quién no ha aprovechado las oportunidades integradoras de la España del 78?

Además, en la España actual lo más común son los sentimientos de doble pertenencia, que es precisamente lo que ampara y fomenta el ordenamiento actual. El problema es exactamente el contrario que el que señala Domènech. Como ha explicado Juan Claudio de Ramón, en la España actual no falta reconocimiento de lo particular sino de lo común.

«Lo que encona el conflicto catalán no es la ausencia de indultos, sino el discurso del ‘ho tornarem a fer’ y de los lazos amarillos»

David Jiménez Torres

Pese a que Cayetana Álvarez de Toledo ha sido una de las voces populares más críticas con Vox, tras su destitución muchos han destacado su presunta cercanía a este partido. ¿Cómo lo explica?

Lo explico como el resultado de pereza intelectual e intereses particulares, tanto cuando viene de sectores cercanos al Gobierno como cuando lo difunden sectores cercanos al PP. Hay dos confusiones especialmente nocivas en la política española: la que confunde la convicción con la radicalidad, y la que confunde la moderación con la cercanía a los nacionalismos subestatales. Estas dos confusiones han marcado la percepción pública de Álvarez de Toledo. En cuanto a su presunta cercanía a Vox, no hay que entrar siquiera en juicios de valor para comprender que el nacionalismo historizante de Vox es muy distinto del jacobinismo ilustrado de Álvarez de Toledo. Parten de tradiciones políticas diferentes y de ideas distintas del sujeto político.

Para la articulista Leyre Iglesias, en cuanto discurso del odio «Podemos y Vox funcionan como un solo hombre de dos cabezas». ¿Son dos formaciones más parecidas de lo que aparentan?

Puede haber similitudes en cuestiones como el modus operandi en las redes sociales. No es corta la nómina de periodistas o columnistas que se han visto señalados por ambas formaciones en distintos momentos. También hay diferencias muy sustanciales, como la que evidencia la cercanía de Podemos con Bildu y todo lo que esto representa.

Y, en cualquier caso, creo que no deberíamos centrarnos solo en el discurso que emana de dirigentes o de cuentas oficiales. Convendría fijarse en los votantes, entender por qué hay un momento en el que millones de españoles dejan de sentirse representados por los partidos clásicos y deciden apoyar a estas formaciones. Ambos partidos evidencian, entre otras cosas, un cambio en la manera de entender la representación política. Eso es tan importante para comprender lo que puede unirlos como cualquier comparación del discurso.

«No se está utilizando el sistema autonómico para optimizar la gestión de lo común, sino más bien para rehuir responsabilidades. La solución pasa o por mejorar la exigencia a la clase política o por mejorar el diseño del sistema

Ante la incertidumbre en torno a la vuelta al colegio, la ministra de Educación, Isabel Celaá, ha descartado establecer protocolos comunes aduciendo que las competencias educativas están en manos de las comunidades autónomas. ¿Se ha revelado la alta descentralización del Estado un lastre en la lucha contra la pandemia?

Sí, aunque hay que diferenciar entre el diseño del Estado y los rasgos de la élite que puebla ese Estado. Yo creo que un sistema descentralizado podría funcionar con una élite responsable y bien formada. Como no funciona es con una élite que ve en la descentralización una manera de apuntarse tantos fáciles, y de traspasar a otros la responsabilidad en cuestiones difíciles. Esto es lo que hemos visto en la gestión de la pandemia. La clase política no está utilizando el sistema autonómico como un mecanismo para optimizar la gestión de lo común, sino más bien como una manera de rehuir responsabilidades. La solución pasa o por mejorar la exigencia a la clase política o por mejorar el diseño del sistema. A lo que no puede sobrevivir un país es a un sistema mal diseñado que, encima, esté ocupado por una élite ineficaz.

Tras los escándalos protagonizados por el Rey Emérito, hay voces que defienden que sus errores no invalidan la vigencia de la monarquía. ¿Es un razonamiento valido?

Es un razonamiento válido, pero que no debe conducir al mero inmovilismo. Es compatible defender la utilidad de la monarquía y las ventajas de un sistema como el actual con pedir que se mejoren los mecanismos de control sobre la Casa Real. Y no a través del mecanismo simplista de un referéndum monarquía-o-república, sino de una mejor delimitación del tipo de actividades y gestiones en las que pueden participar el monarca y la familia real —y en cuáles no—. Esto no compete solo al Rey, sino también a la clase política y a la opinión pública.

«Es compatible defender la utilidad de la monarquía y las ventajas de un sistema como el actual con pedir que se mejoren los mecanismos de control sobre la Casa Real»

David Jiménez Torres

El director de cine Alexander Payne fue excluido del jurado en el Festival de Lima después de que la actriz Rose MacGowan lo señalase en Twitter por haber mantenido relaciones sexuales con ella cuando tenía 15 años. ¿Son este tipo de señalamientos públicos la mejor manera de combatir los abusos?

Admiro a la gente que tiene un criterio formado y compacto sobre estos asuntos. A mí me resulta muy difícil, por la gravedad de las cuestiones que tratan y porque cada caso es su propio mundo. Evidentemente, que se puedan producir señalamientos públicos sin aportar pruebas, y con graves consecuencias personales y profesionales para el señalado, supone una pendiente resbaladiza y peligrosa. Tampoco veo, en este caso, que el comportamiento de Payne pueda ser relevante a la hora de establecer su capacidad para juzgar productos cinematográficos. A cambio, también es cierto que en muchos ámbitos se han producido desequilibrios de poder que han conducido a abusos.

¿A qué conclusión se llega si metemos todo esto en una coctelera? Por ahora, yo solo llego a que cada caso tiene que tratarse con mucho respeto y prestando mucha atención a las áreas grises. Justo lo contrario de lo que ocurre cuando se convierten en carnaza de redes sociales.

Óscar Benítez
Óscar Benítez
Periodista de El Liberal. Antes, fui redactor de Crónica Global y La Razón; y guionista de El Intermedio.

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1 COMENTARIO

  1. «» La clase política no está utilizando el sistema autonómico como un mecanismo para optimizar la gestión de lo común, sino más bien como una manera de rehuir responsabilidades»», lo que destaco de la entrevista.

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