El presidente del PP en Cataluña, Alejandro Fernández, tiene claro que no solo el procés no ha acabado sino que este se ha trasladado al escenario nacional de la mano de un Pedro Sánchez que, en su opinión, forma junto a sus socios de gobierno «un Nuevo Frente Popular» cuyo objetivo es «convertir España en una Confederación Plurinacional, liquidando la nación española y sin respetar la Constitución vigente».
En un artículo de opinión publicado en ABC, Fernández, que acaba de publicar el ensayo A calzón quitao, España, Cataluña y el PP, ha recordado que él mismo ya advirtió en 2021 de la puesta en marcha del «Proceso Español«, que se llevaría a cabo en ocho pasos: «indultos; supresión de la sedición; modificación a medida del delito de malversación; expulsión del CNI de Cataluña; inhibición en el cumplimiento de las sentencias lingüísticas en Cataluña; amnistía; expulsión de la Guardia Civil y de la Policía Nacional de Cataluña y autodeterminación a través de una Confederación plurinacional».
De estos ocho pasos, seis ya se han cumplido, «el séptimo se está ejecutando en cómodos plazos y, por lo tanto, solo quedaría el octavo». Pasos que, ha recordado Fernández, «fueron negados categóricamente por Sánchez», que tildó de «radicales y catastrofistas» a quienes lo denunciaron. «Van a por ello y no se cortan un pelo«, ha advertido el líder del PP catalán, «así que conviene aceptarlo y actuar en consecuencia. En primer lugar, huyendo del autoengaño. El Frente Popular entre separatistas e izquierdas comparte este proyecto. Cierto es que entre ellos no se soportan, que todo indica que Puigdemont y Pablo Iglesias le tienen ganas a Sánchez, pero no nos hagamos ilusiones: no van a romper hasta cerrar este cambio en la forma de Estado. Y siempre que parece que van a romper, acaban pactando en el último minuto de la prórroga».
Ley para la España plural
Alejandro Fernández tiene claro que Sánchez y sus socios, para lograr sus objetivos, extenderán a España «lo peor del proceso catalán». Y se remonta a la ley de Transitoriedad, aprobada por el Parlament en septiembre de 2017, días antes de la celebración del referéndum ilegal de independencia. Una ley que Sánchez «llamaría ley para la España plural o alguna cursilada similar». A través de esta ley, «Puigdemont se convertía en caudillo plenipotenciario, depositario de los tres poderes del Estado y lo hacía de modo transitorio (todos los dictadores dicen que lo son, hasta que llega la utopía) sin obligación de convocar elecciones hasta consolidar su obra».
Ante este posible escenario, Fernández tiene claro que quienes creen en la Nación española, en la Corona y en la Constitución deben dar lo mejor de ellos mismos.
