Aquell@s piensen que el humor tiene un límite, seguramente, es porque aún no habrán descubierto a @magnateUSA, la versión tuitera y fake de Donald Trump. Su creador reconoce que «en ocasiones no sé si yo soy el fake o es él» y es que, si algo tiene el presidente de los EEUU, es mucha madera y una gran facilidad para generar parodia.
¿Cómo y cuando se le ocurre abrir esta cuenta?
La cuenta la abrí en marzo de 2016, en plenas primarias republicanas. Trump aún no era oficialmente candidato pero recibía ya bastante atención mediática por sus polémicas declaraciones: que si Obama es negro y, por tanto, nació en África; que si el cambio climático son los padres; que si construir un muro y que lo paguen los mexicanos, etc. Tras leer algunas de sus burradas, pensé que era más que factible que alguien así pudiera presidir Estados Unidos (tierra de la libertad y también de la silla eléctrica), aunque las encuestas decían lo contrario, y que merecía una parodia.
¿Por qué Donald Trump?
Es un personajazo. Un upgrade de Torrente, con pelazo y dinero. Da mucho juego.
Pese a ser uno de los poderes políticos más criticados del planeta, este señor consiguió en 2016 el voto de más de 60 millones y medio de personas.
Y lo más paradójico, ganó con un discurso antilatino en parte gracias a los latinos (fue clave la victoria en Florida, uno de los estados con más población de origen hispano).
¿Cuál cree que es el atractivo de Trump, si es que considera que tiene alguno, para que incluso su fake en Twitter haya conseguido cerca de 100.000 seguidores?
Del personaje real, creo que el atractivo radica en sus formas, o mejor dicho, en la falta de ellas; es decir, en su informalidad: un estilo espontáneo, directo y agresivo que conecta de forma rápida y cercana con un porcentaje amplio de la población estadounidense. Desde luego, su comportamiento a menudo es reprochable y no es ético, pero en un mundo como la política, que tradicionalmente ha pecado de estar alejado del pueblo y de excesiva formalidad y corrección, figuras así destacan. Es, probablemente, el mayor caso de éxito del populismo, y ha servido de efecto dominó para otros como Boris Johnson o Jair Bolsonaro. Un peligro, desde luego, pero que tiene que hacer reflexionar a otros políticos más capaces y deseables en su forma de hacer llegar su mensaje para construir una sociedad mejor.
Respecto al atractivo del personaje fake, habría que preguntar a alguno de mis seguidores. A @NicolasMaduro no, porque me tiene bloqueado (true story).
¿Pensaba que tendría tantos seguidores cuando abrió la cuenta?
No me obsesiona el número de seguidores, ni que me falten 6.243 para llegar a los 100.000; ahora 6.238; ahora 6.235… Ya en serio, nunca me fijé ningún objetivo en este sentido. Probablemente son ya muchos seguidores, sí, y no voy a negar que me gusta ver que aumenta el contador, pero es una simple cifra que no cambia absolutamente nada en mi vida. Lo que me anima a seguir con la cuenta es, simplemente, ver que me contestan a un tuit con un “jajaja” o un gif con una carcajada. Es motivante ver que puedo hacer pasar buenos ratos a gente de sitios muy dispares y en situaciones muy diferentes, en muchos casos complicadas. Creo que Twitter, bien usado, puede ser muy terapéutico y poner mi granito de arena en esta terapia colectiva me gusta. Ahora más que nunca, el humor es la mejor medicina, incluso mejor que la lejía.
«No me obsesiona el número de seguidores, ni que me falten 6.243 para llegar a los 100.000; ahora 6.238; ahora 6.235…»
¿Qué es lo mejor y lo peor de Twitter?
Twitter es la plataforma del ingenio y del desahogo, un lugar donde conectar para desconectar. Es la fábrica de ocurrencias, memes, mensajes irónicos, etc. que días después se ven en forma de capturas de pantalla cutres en WhatsApp, Facebook, etc. Esto es muy relevante porque significa que es la plataforma donde gente con mucho ingenio se siente más cómoda. A ello contribuye su sencillez de uso, su rapidez y capacidad de conectar en tiempo real con la actualidad y de alimentar ésta, su adaptación a las preferencias de cada uno, su opción de mantener el anonimato o la ausencia de postureo, entre otros rasgos distintivos.
Lo peor, en mi opinión, es la creciente censura. Esto no es exclusivo de Twitter y no es más que el reflejo de una sociedad cada vez más sensible y ofendida. El problema es que en Twitter se han creado mecanismos automáticos para sanear y moderar el tono y hay gente que se aprovecha de ello. Esta es una seria amenaza para la red social, he visto a tuiteros con gran talento abandonarla cansados de reiterados cierres absurdos de cuenta. Yo ya propuse una solución a esto: voy a construir un muro en los límites del humor y lo van a pagar los ofendiditos.
«voy a construir un muro en los límites del humor y lo van a pagar los ofendiditos»
¿Alguna vez ha sufrido censura o le han intentado cerrar la cuenta?
Suelo contenerme más de lo que me gustaría. Mis borradores están llenos de tuits que creo que la mayoría de la gente entendería desde el tono cómico de la cuenta, pero hay una minoría cada vez más grande que no (¿por qué dejan entrar a gente de Facebook aquí? xD) y eso me hace recapacitar y frenar. Más allá de eso, he recibido algún toque de atención que me ha obligado a hacer aún más explícito que soy un perfil de parodia.
Desde luego, contenidos no le deben faltar para inundar su cuenta de tuits. ¿Es difícil parodiar a alguien tan histriónico y desvergonzado o, por el contrario, le da la tarea hecha? Dicho de otra forma ¿este señor necesita un fake o lo lleva incorporado de serie?
Con frecuencia tuiteo “yo ya no sé si el fake soy yo o es él”. Claramente soy una parodia de una parodia: estamos hablando de un señor que una mañana se levanta con ganas de comprar Groenlandia, otro día insinúa que inyectar desinfectante es bueno para matar al bicho chino ese y otro día publica un meme suyo con cuerpo de boxeador. Todo muy gracioso, salvo por el pequeño detalle de que dicho señor tiene acceso al botón nuclear.
“yo ya no sé si el fake soy yo o es él”. Claramente soy una parodia de una parodia»
Material, por tanto, hay mucho, pero también tiene su dificultad parodiar a alguien así. La parodia se supone que tiene que ser una exageración de la realidad desde el humor, y en este caso la realidad ya viene casi siempre con un toque cómico y exagerado. Simplemente me limito a soltar tonterías y barbaridades que aunque es evidente que no las ha dicho él, no es descabellado pensar que podría haberlo hecho.
A veces incluso me he anticipado a cosas que luego ha dicho; si no recuerdo mal, la última predicción fue un tuit que puse en el “celebraba” que Estados Unidos llegara a ser el primer país en número de contagios por Coronavirus (AMERICA FIRST!) y días después real Trump hizo unas declaraciones indicando que es una “insignia de honor” estar a la cabeza del ranking de contagios.
Después de cuatro años observación a este personaje ¿ha llegado a alguna conclusión?
Después de cuatro años observación a este personaje ¿ha llegado a alguna conclusión?
Que este personaje será la pregunta más complicada de la Selectividad de dentro de 100 años. Es un fenómeno insólito, no deja de sorprenderme cuatro años después. Un rico excéntrico al frente de la nación más poderosa del mundo que gobierna impulsivamente a golpe de tuits, que genera polémicas y conflictos internacionales casi a diario, y que está lleno de contradicciones (por ejemplo, ser xenófobo y tener una mujer inmigrante).
¿Cree que Melania odia a su esposo?
Joder y tanto! De hecho hay muchos rumores e imágenes más que sospechosas de que usa dobles de Melania para algunos eventos.
¿Qué intención hay detrás de sus tweets? ¿Crítica, solo humor o ridiculizarlo, sin más?
La intención es entretener, principalmente parodiando al personaje y a la sociedad norteamericana desde la ironía y el sarcasmo, pero también con críticas de diferentes temas de actualidad y paridas sin más
¿Qué cuenta de Twitter me recomendaría?
Para echarte unas risas, sin duda, @realDonaldTrump.