Federico Jiménez Losantos ha vuelto a enzarzarse en antena contra Vox. En esta ocasión, el damnificado ha sido el diputado José María Figaredo. El popular presentador de EsRadio ha bautizado al asturiano como “farsantín, porque no llega ni a farsante”.
Considera que se ha renunciado a un programa liberal
La disputa entre representantes y acólitos de la formación política y Losantos responde a una profunda discrepancia en materia de política internacional. Lejos quedan aquellos tiempos en los que el programa económico del partido quedaba en manos de Rubén Manso y la lógica liberal lo impregnaba todo, incluidas sus relaciones con terceros países.
Según Losantos, ahora la rama ideológica predominante en Vox es el “falangismo”. Y con Donald Trump al frente de Estados Unidos imponiendo aranceles “sin ton ni son”, los de Abascal continúan apoyando vehementemente al republicano, insistiendo en que la política arancelaria es fruto del malhacer de los líderes europeos y, en el ámbito nacional, de socialistas y populares.
«Putinejos y socialistas»
“La culpa de la invasión de Ucrania es de Ucrania y del Partido Socialista y el Partido Popular, que apoyan a Ucrania, no del invasor asesino y genocida Putin, al que apoyáis”, criticó con ironía Losantos. “Sois una banda, una panda de mentirosos. Id a Andalucía a defender que están muy bien puestos los aranceles. Putinejos”, añadió.
Posteriormente, ahondó aún más en la cuestión y lanzó una advertencia a Vox: “Sois los esclavos del tirano Trump, también del sicario Putin; esclavos del socialismo de Rusia y de Estados Unidos”.
¿Financiación irregular?
Losantos incluso atribuyó la política exterior que sostiene la formación a una presunta financiación proveniente de “un banco de Orbán”. Finalmente, descalificó abiertamente al partido de Santiago Abascal: “Ahora diréis que sois socialcristianos. No, hombre, no. Vosotros sois falangistas. La Falange, si bien fue heroica en la guerra, fue un desastre en la economía. Aunque vosotros sois un desastre corrompido”, subrayó el presentador, para luego sentenciar: “Suele pasar en los pescados y en la política: lo primero que se corrompe es la cabeza”.