Hace tres semanas, dediqué esta columna a examinar la Recesión Epidémica en Estados Unidos y China y en el artículo de hace un par de semana analicé las enormes caídas que han registrado la producción, la demanda y las rentas en España durante los dos primeros trimestres de 2020, con datos de la Contabilidad Nacional Trimestral (CNTR). Como allí anunciaba, voy a dedicar este artículo a examinar el impacto de Recesión Epidémica en las principales variables del mercado laboral, ocupados, parados y tasa de paro, y dejaré para un próximo artículo los efectos sobre las cifras de afiliados en la TGSS, y el número de parados registrados y, perceptores de prestaciones de desempleo en el Servicio Estatal Público de Empleo (SEPE).
Para el ciudadano de a pie, el PIB puede resultar un concepto abstruso y lejano, pero las cifras de ocupados y parados las percibe como algo mucho más concreto y cercano: entiende perfectamente la diferencia entre estar ocupado o parado, entre contar con una prestación contributiva o un subsidio de desempleo o no contar con ninguna ayuda del Estado. El impacto de la Recesión epidémica en el mercado laboral se refleja con toda su crudeza en las cifras de puestos de trabajo, puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo y horas trabajadas que proporciona la CNTR, con caídas muy similares a las del PIB, en tanto que las series trimestrales de ocupados, parados y tasa de paro que proporciona la Encuesta de Población Activa (EPA) y las series de personas empleadas de la CNTR presentan una imagen mucho más benévola del impacto de la recesión.
La razón de esta diferencia estriba en que los empresarios y trabajadores afectados por Expedientes de Regulación de Empleo (ERTEs) que no han podido desarrollar su actividad a causa del confinamiento forzoso impuesto a las actividades no esenciales mientras estuvo vigente el Estado de alarma impuesto el 14 de marzo, continúan apareciendo en la EPA como ocupados en lugar de parados. Lo cierto es que por culpa de unas Administraciones poco predispuestas a modificar sus pautas y proporcionar una información más acorde con la realidad, especialmente cuando ésta es desfavorable, resulta difícil desde que el COVID-19 irrumpió en España responder preguntas tan simples como ¿cuántas personas hay ocupadas y en cuánto ha caído la ocupación?, ¿cuántas personas hay paradas y en cuánto han aumentado el número de parados y la tasa de paro en España desde marzo? En este artículo y el próximo, intentaremos mostrar el rostro oculto del mercado laboral.
Ocupados, parados y tasa de paro según la EPA
Vamos a examinar, en primer lugar, el reflejo de la recesión en las cifras de ocupados, parados y tasa de paro que proporciona la EPA. El Cuadro 1 presenta las cifras de ocupados, parados y tasa de paro desde el IV trimestre de 2018 (2018T4) hasta el II trimestre de 2020 (2020T2).
La variación de ocupados respecto al trimestre anterior se redujo en 285.600 en 2019T1 y en 1.197.700 en 2020T2 y la variación de ocupados respecto a igual trimestre del año anterior aumentó en 210.200 en 2020TI y descendió en 1.197.700 em 2020T2. Estas cifras nos permiten concluir que, si bien la ocupación en el primer trimestre no se vio apenas afectada por la notable caída del PIB, 4,1% en tasa interanual, la ocupación sí registró una contracción notable, 6,0% en tasa interanual en el segundo trimestre de 2020, aunque esta cifra es muy inferior a la caída del PIB, 22,1%. Esta conclusión la confirma la evolución de las variaciones interanuales del número de parados y de la tasa de paro que, si bien se redujeron todavía en 2020T1, 1,23% y 0,2 puntos porcentuales (pp.), respectivamente, registraron en 2020T2 aumentos de 4,3% y 1,2 pp., respectivamente.
«La EPA no está registrando fielmente el impacto de la Recesión epidémica en las principales variables del mercado laboral»
El Gráfico 1 muestra la evolución de las tasas interanuales de variación del PIB (línea roja) y el número de ocupados, (línea azul) y como el lector puede comprobar ambas tasas evolucionaron de forma muy pareja y acompasada desde el primer trimestre de 1996 hasta el inicio de la Recesión epidémica. En los dos primeros trimestres de 2020, esa estrecha relación entre ambas tasas se ha alterado apreciablemente, y se puede constatar que las caídas del PIB han sido mucho más intensas que las de la ocupación, lo contrario precisamente de lo que ocurrió en las dos recesiones encadenadas que registró la economía entre 2008 y 2013, con caídas de la ocupación notablemente más severas que las del PIB. En otras palabras, la EPA no está registrando fielmente el impacto de la Recesión epidémica en las principales variables del mercado laboral a causa de que muchas de las personas que figuran como ocupadas en la EPA están sujetas a ERTEs y no están desarrollando actividades productivas en sus puestos de trabajo. En consecuencia, se puede decir que las cifras de ocupados, parados y tasa de paro de la EPA infravaloran sustancialmente los efectos de destrucción de empleo y aumento del paro en el primer semestre de 2020.
El Gráfico 2 presenta las observaciones de las tasas de variación interanual del PIB en el eje de abscisas y de las tasas de variación interanual de la cifra de Ocupados en el eje de ordenadas, desde el primer trimestre de 1996 hasta el cuarto trimestre de 2019. El gráfico incluye también la línea que mejor se ajusta al conjunto de observaciones. Explotando esta relación entre las tasas de crecimiento de ambas variables, se puede estimar la cifra de ocupados en el primer y el segundo trimestre de 2020 que corresponderían a las caídas del PIB de 4,07% y 22,1% del PIB registradas en el primer y segundo trimestres de 2020, respectivamente, Al hacerlo, obtenemos variaciones de la ocupación de -6,21% y -30,15% en lugar de 1,08% y -6,05% incluidas en el Cuadro 1. La diferencia entre la estimación y las cifras de la EPA es tan enorme que podemos afirmar con gran seguridad que la EPA infravalora seriamente las caídas de la ocupación en los dos primeros trimestres de 2020. Con las tasas de variación estimadas para el segundo trimestre de 2020, la cifra de ocupados sería 13.834,6 en lugar de los 18.607,2 (véase, Cuadro 1) que incluye la EPA y la tasa de paro estimada se situaría en 37,04%, en lugar de 15,33% que da la EPA.
El Gráfico 3 presenta la relación entre las variaciones interanuales del PIB y las variaciones interanuales de la tasa de paro desde el primer trimestre de 1996 hasta el cuarto trimestre de 2019. En este caso, cada observación asocia con la tasa de variación del PIB, medida en el eje de abscisas (eje de las X), la variación interanual en puntos porcentuales de la tasa de paro, medida en el eje de ordenadas (eje de las Y). Como el lector observará, la dispersión de los puntos en torno a la línea que mejor ajusta al conjunto de observaciones es mucho mayor que en el Gráfico 2, por lo que las conclusiones que obtengamos serán también más inciertas. En todo caso, los resultados de este ejercicio nos permiten obtener estimaciones alternativas de la tasa de paro, del número de parados y ocupados, danto por buena la cifra de población activa que proporciona la EPA. Con una caída interanual del PIB de 22,1%, la tasa de paro estimada en el segundo trimestre de 2020 es 34,25% en lugar de 15,33% en la EPA, el número de parados 7.889,1 en lugar de 3.368,0 en la EPA, y el número de ocupados 14.806,1 en lugar de 18.607,2 en la EPA,
«Podemos dar por descontado que las cifra de la EPA nos dan una visión incluso más distorsionada del mercado laboral»
Los resultados de los dos ejercicios, aunque deben tomarse con cautela como todas las estimaciones y previsiones, nos indican que las cifras de la EPA sobrevaloran en mucho el número de ocupados e infravaloran la cifra de parados y la tasa de paro de la economía española. Si hacemos la media de ambas previsiones, la cifra que obtenemos de ocupados sería 14,3 millones, la de parados en torno a 8,0 millones y la tasa de paro 35,6%. Nos podemos equivocar mucho, pero podemos dar por descontado que las cifra de la EPA nos dan una visión incluso más distorsionada del mercado laboral.
La ocupación según la CNTR
La CNTR de España proporciona estimaciones trimestrales de personas empleadas, puestos de trabajo, horas trabajadas y personas empleadas equivalentes a tiempo completo para el total de ocupados y para los asalariados. En las columnas del Cuadro 2 aparecen, para el trimestre de referencia, las variaciones interanuales de Personas empleadas (PE), Puestos de Trabajo (PT), Puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo (PTETC) y Horas trabajadas (HT). Para facilitar la comparación se ha incluido también las variaciones interanuales del PIB y las variaciones interanuales de la cifra de ocupados de la EPA
El Cuadro 2 muestra que las variaciones interanuales de Personas empleadas (PE) son las más próximas a las variaciones de Ocupados (E) en la EPA, mientras que las de Puestos de trabajo y sobre todo las de Horas trabajadas están más próximas a las variaciones del PIB en la CNTR. Como muchas de las personas que pierden su puesto de trabajo estaban ocupadas a tiempo parcial, las variaciones de Puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo son algo inferiores a las de Puestos de trabajo. Las caídas en Horas trabajadas son las mayores de todas y dan una idea más exacta de la magnitud de los efectos del confinamiento sobre la actividad económica.
El Gráfico 4 muestra el diagrama de dispersión de las variaciones interanuales del PIB en el eje de abscisas (X) y de Puestos de Trabajo en el eje de ordenadas, entre el primer trimestre de 1996 y segundo trimestre de 2020. Cada punto en el gráfico representa la variación interanual del PIB y correspondiente variación interanual de Puestos de trabajo en cada trimestre, y la línea de puntos roja es la línea que mejor se ajusta el conjunto de observaciones y presenta un R2 elevado indicativo de la estrecha correlación existente entre ambas series.
Con una caída interanual del PIB de 22,1% en el segundo trimestre de 2020, la línea ajustada indica que la caída media esperada de Puestos de trabajo en dicho trimestre sería 23,05%, algo superior a la que proporciona la CNTR (22,1%). Si aplicamos esta tasa de variación a la cifra de ocupados en la EPA del segundo semestre de 2019, 19.804.900, obtenemos que el número de ocupados en el segundo trimestre de 2020 sería 15.150,700, en lugar de 18.607.200 que proporciona la EPA; asimismo, se obtiene que la cifra de parados sería 6.824.500 en lugar de 3.368.000, y la tasa de paro estimada 37,88% en lugar de 15,33%. Las estimaciones realizadas en este ejercicio confirman de nuevo algo que ya habíamos constatado independientemente con las ecuaciones de empleo y con la ecuación de la Ley de Okun, a saber, que los resultados de la EPA en los dos primeros trimestres de 2020 no captan ni aproximadamente el impacto de la recesión epidémica en las principales variables del mercado laboral y dan una falsa impresión de normalidad.
¿Cuántos ocupados y parados hay y cuál es la tasa de paro en España?
El Cuadro 3 resume las cifras de las tres estimaciones de ocupados, parados y tasa de paro que he presentado en este artículo. Explotando las relaciones entre las variaciones interanuales del PIB y de la ocupación, entre las variaciones interanuales del PIB y de la tasa de paro (expresada en puntos porcentuales) o Ley de Okun, y, finalmente, entre las variaciones interanuales del PIB y de Puestos de trabajo. Los datos son trimestrales y las observaciones van desde el primer trimestre de 1996 hasta el cuarto trimestre de 2019.
Como todas las estimaciones y previsiones, están deben tomarse también con cautela, aunque a la vista de las enormes diferencias que aparecen entre los valores observados de estas variables en la EPA y las cifras estimadas por tres vías alternativas, cabe concluir que la EPA sobrevalora (infravalora) las cifras de ocupados (parados) en una cuantía que podría encontrarse entre 3,5 y 4,8 millones e infravalora la tasa de paro en una cuantía que podría situarse entre 15,7 y 22,5 puntos porcentuales.
«El impacto del COVID-19 en el mercado laboral está siendo mucho más intenso de lo que refleja la EPA»
En síntesis, el impacto del COVID-19 en el mercado laboral está siendo mucho más intenso de lo que refleja la EPA y alcanza una magnitud que de no corregirse con prontitud podría producir un auténtico cataclismo social, puesto que estamos ante desplomes de la ocupación y aumentos del paro de una magnitud que sólo se observan en situaciones sociales muy críticas, en momentos en que las sociedades sufren conmociones muy graves en situaciones revolucionarias o bélicas y se paralizan las mayoría de las actividades productivas no esenciales. De mantenerse esta situación algunos meses más, hay un riesgo elevado de que la caída de la producción, las rentas y la demanda interna acaben afectando también a la solvencia de las entidades financieras y del propio Estado.
La economía española podrá recuperar cierto grado de normalidad productiva cuando las Administraciones reduzcan los nuevos casos de COVID-19 a unas pocas decenas diarias, a cifras similares a las que presenta China desde hace meses, y puedan garantizar que los nuevos focos, que a buen seguro van a seguir produciéndose en tanto no se disponga de una vacuna efectiva, se detectan con rapidez y se utilizan aplicaciones informáticas para realizar el seguimiento de los infectados y evitar la transmisión comunitaria incontrolada al resto de la sociedad. Éste debería haber sido el objetivo prioritario del Gobierno de España desde febrero hasta junio, porque es la única vía segura para recuperar lo antes posible al menos aquellas actividades económicas que dependen de una debilitada demanda interna, y evitar las consecuencias catastróficas de una recesión prolongada. Pero incluso si se dan pasos en la nueva dirección, conviene prepararse para afrontar un período de empobrecimiento prolongado porque la demanda exterior tardará en recuperarse, especialmente la demanda de servicios turísticos.
Desafortunadamente, nuestros gobernantes no parecen ser conscientes de la gravedad de la situación económica y se permiten incluso tomarse unas inmerecidas vacaciones. Por ello y porque el gobierno Sánchez ha gestionado la desescalada casi tan desastrosamente como afrontó la irrupción del COVID-19, improvisando respuestas, sin establecer unas prioridades y objetivos claros de actuación acordados con la oposición para afrontar la emergencia económica. La gravedad de la situación era y es tal que sería incluso deseable acordar la formación de un gobierno de concentración de todas las fuerzas políticas que respaldan la Constitución. Todos ellos debieran haberse arremangado y haberse puesto a trabajar para salir lo mejor parados de esta guerra, tal y como hizo el personal sanitario. En lugar de ello, Sánchez siempre ha dado prioridad a continuar la política frentista y es, por ello, el principal responsable de que la clase política siga sin tomar conciencia de lo mucho que se juegan los españoles en este envite.
[…] Análisis: La Recesión Epidémica II:¿cuántos ocupados y parados hay en España? […]
Cosas importantes:
– La EPA del 1er al 2do trimestre contabilizó 1 millón de inactivos más… y tan panchos.
https://www.ine.es/jaxiT3/Tabla.htm?t=4255&L=0
– Los datos se veran afectados por el parón decretado de dos semanas a la actividad económica no esencial (30 de marzo a 12 de abril), por lo que distorsionará la lectura de la gráfica de dispersión (gráfica 4).
Saludos
Buena notícia:
https://www.libremercado.com/2020-07-28/coronavirus-erte-parados-inactivos-dopaje-epa-segundo-trimestre-1276661717/