El diario de Carles Puigdemont -7 de enero de 2016 a 21 de diciembre de 2017- escrito por Xevi Xirgo, es, básicamente, una justificación de sus decisiones, sin autocrítica ni revelaciones extraordinarias. Después de una lectura rápida les resumo lo más destacado según mi punto de vista.
1.- Las decisiones que se fueron tomando durante estos años no obedecían a un guión preestablecido producto de una estrategia meditada y un análisis previo de los escenarios que se podían ir produciendo. Al contrario, las decisiones fueron producto de la competencia entre JxCAT y ERC, o, mejor dicho, entre Puigdemont y Junqueras y las presiones de la CUP y, con un papel más secundario, de la ANC y Omnium.
2.- Esto explica que no se tuviera en cuenta ni la falta de apoyo internacional, ni la ausencia de las llamadas ‘estructuras de estado’ ni la obligada reacción del gobierno español, ni la respuesta en la calle de la Cataluña no secesionista.
3.- Lo que les salió bien, el pseudo referéndum, fue más por desaciertos ajenos que por virtudes propias. Primero por la reacción tardía del gobierno español, debió actuar el 6 y 7 de septiembre con la aprobación de las llamadas leyes de desconexión, y después por la innecesaria y contraproducente intervención de las fuerzas de orden en los colegios electorales. Una vez no habían sabido impedir la apertura de los colegios debieron haberse inhibido.
Al final sólo hay dos opciones para el independentismo: la vía escocesa o la confrontación civil
4.- Es ilustrativo que el libro ignora completamente las grandes manifestaciones constitucionalistas del mes de Octubre. Ni se las imaginaron ni parece que las hayan asimilado. Su negación por Puigdemont es significativa, seguramente porque reconocerlas es aceptar que el pueblo de Cataluña no es que no sea unánime, si no que hay una parte muy significativa que es beligerante contra la secesión. No asumir esta realidad, que parece si lo ha sido por parte de ERC, es lo que permite a Puigdemont y los suyos seguir con el mismo discurso como si aquí no hubiera pasado nada. Pero todos saben que no es así. Al final sólo hay dos opciones para el independentismo: la vía escocesa o la confrontación civil. Ninguna de las alternativas garantiza el éxito secesionista, pero la primera evita conflictos, con riesgo de víctimas, y una derrota en toda regla con el consiguiente desalojo del poder, esta vez sí, de verdad.
5.- El gran objetivo de los días decisivos de octubre fue forzar una negociación imposible a la luz de los condicionantes enunciadas con anterioridad: falta de apoyo internacional, obligada reacción del Gobierno español, carencia de ‘estructuras de estado’ y movilización de la Cataluña no secesionista.
6.- El libro nos muestra de forma descarnada la profunda desconfianza de Puigdemont hacia Junqueras, ignoro si recíproca, al que acusa reiteradamente no sólo de desleal sino de cobarde.
El objetivo de las próximas elecciones no es tanto el poder, que también, como la hegemonía total del independentismo
7.- Esta pugna personal y política condiciona el futuro del secesionismo y explica la creación de un partido propio de carácter populista por parte de Puigdemont con la intención de convertirlo en el deseado SNP escocés. Para ello Puigdemont necesita un amplio triunfo sobre ERC, aún a riesgo de perder la Generalitat, y, a la par, impedir que se consolide un centro-derecha nacionalista a partir del PNC, el PdCAT y, en su caso, otras formaciones catalanistas moderadas. El objetivo de las próximas elecciones no es tanto el poder, que también, como la hegemonía total del independentismo. No es extraño la lucha a cara de perro entre las formaciones independentistas que se acrecentará en las próximas semanas.
8.- El libro tiene otros aspectos de interés más anecdótico como el papel de muchos prohombres de la sociedad catalana, políticos o empresariales, la mayoría no salen muy bien parados, la relación con Moragas, la intervención de Urkullu y los Abades de Montserrat y Poblet como mediadores o el profundo desprecio hacía el Arzobispo Omella. Pero estas cuestiones las trataré en otros artículos.
Para terminar quiero destacar que el indudable fracaso del intento de golpe, o del farol, si lo prefieren, no significa que el constitucionalismo haya aprovechado las circunstancias para fortalecerse políticamente. La aplicación del art. 155 no alteró las bases del poder nacionalista, por llegar tarde, debió aplicarse con la aprobación por el Parlament de las llamadas leyes de desconexión, ser breve y no tocar instituciones clave como la CCMA. Ciudadanos no supo aprovechar ser el primer partido de Cataluña, lo que se refleja en las próximas elecciones. La permanente dependencia de los gobiernos españoles de las fuerzas nacionalistas y su falta de convicción para combatir la hegemonía ideológica del nacionalismo es otro elemento muy negativo de cara a revertir la situación. El peligro de instalarnos en un empate de impotencias es muy alto. De ahí la trascendencia de las próximos elecciones que. como ya he dicho en otro artículo, están más abiertas de lo que dice la última encuesta del CEO.