La vivienda es, con diferencia, el problema que más preocupa a los catalanes. Así lo avala el CEO, con un 23% de los encuestados categorizándolo como principal desafío a paliar, un dato que se mantiene constante en todas las franjas de edad. Le siguen la inmigración, con un 10%, y la inseguridad ciudadana, con un 9%. La preocupación por la inmigración es especialmente notable entre los simpatizantes de Aliança Catalana, PP y Vox. Estos resultados reflejan un cambio en las prioridades de la ciudadanía, relegando otras cuestiones que históricamente han dominado el debate público como el debate nacional o la situación económic -la cual tampoco se considera buena-.
Principales preocupaciones entre los catalanes

Estado de la economia
En el ámbito económico, la percepción no es optimista: un 39% de los encuestados considera que la situación es mala, frente a un 33% que la ve buena y un 26% que la califica de neutra. Este pesimismo podría influir en el clima político de cara a futuros comicios, en un contexto donde la estabilidad económica sigue siendo un factor importante para los votantes.

Apoyo al independentismo
El independentismo, por su parte, continúa perdiendo terreno. Solo un 28% de los catalanes apoya esta opción como modelo de organización territorial, mientras que el autonomismo lidera con un 36% y el federalismo gana adeptos con un 22%. Además, al preguntar directamente sobre la independencia, un 38% se muestra a favor, pero un 54% la rechaza, consolidando una tendencia a la baja en el respaldo al secesionismo que se viene observando en los últimos años.

Otro dato relevante del barómetro es la diferencia ideológica en la disposición a aplicar cordones sanitarios frente a ciertos partidos. Los votantes de izquierda se muestran mucho más inclinados a esta estrategia que los de derechas, lo que sin duda condicionará las dinámicas de pactos en el Parlament.
El estudio, realizado entre el 15 y el 25 de marzo, pone de manifiesto un panorama social y político en transformación, donde las preocupaciones cotidianas como el acceso a la vivienda ganan peso frente a debates identitarios. Estos se alinean con la reorientación de los partidos políticos con sus propuestas, qu ehan virado de terrenos abstractos a cuestiones más prácticas en un momento de incertidumbre económica y social.