Leo en los periódicos que Pedro Sánchez pasa una semana de vacaciones en Lanzarote y que pasará otra semana en Doñana. Me extraña que estas dos semanas sean unas vacaciones de verdad para el presidente del Gobierno de un país que se encuentra, justamente en estos momentos, en la situación más crítica de los últimos cuarenta años. Es como si, en medio de una tormenta con peligro de naufragio, el capitán del barco se encerrase en su camarote. No puede ser.
Estamos sumidos en tres crisis gravísimas
Es evidente que ahora mismo España está sumida en tres crisis gravísimas:
- Una crisis sanitaria por la pandemia que no cesa, y que no se superará hasta que haya una vacuna fiable.
- Una crisis económica que ha hundido el PIB y ha disparado el paro, la deuda y el déficit.
- Una crisis institucional que pivota sobre dos temas muy delicados: Cataluña y el Rey Emérito.
Herramientas para luchar contra la crisis económica
Tenemos herramientas muy valiosas para luchar contra la crisis económica, a saber:
La Unión Europea ha aprobado un Fondo de Recuperación del que llegarán para España 73.000 millones en subvenciones y 67.000 millones en préstamos.
El Banco Central Europeo está consiguiendo, con sus programas de compra de deuda, que podamos seguir pidiendo prestado a los mercados todo el dinero que necesitamos, sin ningún problema y con un tipo de interés muy bajo: ahora mismo el bono español a 10 años sólo paga el 0,30%. Es magnífico.
Tenemos herramientas muy valiosas para luchar contra la crisis económica. Lo que falta son otras cosas.
Hay mucho más dinero europeo para España en forma de préstamos: 20.000 millones del SURE para pagar los ERTEs, 24.000 millones del MEDE para gastos sanitarios, y lo que nos toque de los 200.000 millones del Banco Europeo de Inversiones. Y hay también mucho dinero español en forma de préstamos de los Bancos, avalados por el Estado, a bajo tipo de interés.
Así pues, hay dinero de sobra para superar la crisis económica. Lo que falta son otras cosas.
Nuestros puntos débiles
Lo peor que le está pasando al país es que, para luchar contra las tres crisis enunciadas, carecemos de un liderazgo sólido. El Gobierno de coalición cuenta con 158 diputados (120 + 35 + 3). Piensa sumar los 6 del PNV y los 10 de Ciudadanos. Así llega a 174. Convenciendo a un canario y al de Teruel llega a los 176. ¿De verdad piensa el presidente arreglar nuestros desastres con esa mínima mayoría? ¿Y piensa resistir con esa mínima mayoría en 2021, 2022 y 2023? Nadie se lo cree. Es urgente articular una mayoría más amplia. Mucha gente está pidiendo esto. Y el Banco de España.
La crisis sanitaria provocada por la pandemia no se superará hasta que aparezca una vacuna fiable. O un remedio terapéutico. Y de eso depende también el repunte de la economía. Mientras tanto, hay que seguir manteniendo la guardia muy alta. No tiene sentido que, tras el fin del Estado de Alarma, el Gobierno central se haya desentendido de la gestión sanitaria, dejándola en manos de unas Comunidades Autónomas carentes de la fuerza del Derecho. Habría que volver al Estado de Alarma, no para confinar de nuevo a la gente, sino para legitimar las medidas de protección que son indispensables.
Para luchar contra la crisis institucional el Gobierno debe protagonizar sin ninguna reserva el papel de defensor absoluto de la Constitución. Y para eso es también imprescindible articular una amplia mayoría parlamentaria.
Las tareas pendientes
Antes del 30 de septiembre de este año el Gobierno debe enviar al Congreso el Proyecto de Ley de Presupuestos del 2021. Queda mes y medio. Ya están tardando en contarnos las líneas básicas del Presupuesto: previsión de ingresos (impuestos y cotizaciones sociales), previsión de gastos, y déficit (que debe ser inferior al 10% previsto para 2020).
Un Presupuesto para el 2021, aprobado con 176 diputados, es casi contraproducente para arreglar esto. Pues esa irrisoria mayoría envía a la UE y a los mercados una señal de gran debilidad en la gestión de la crisis. Y una peligrosa incertidumbre para el 2022 y 2023. Es imprescindible, y urgente, que el Gobierno y el PP firmen un Acuerdo Presupuestario trianual 2021-2022-2023 para que todo el mundo compruebe la firmeza de nuestra decisión. Y para que se vea una senda de reducción del déficit desde el 10% del 2020 a niveles cercanos al 0% en 2023. Y una revisión seria del gasto público. Las subidas de impuestos serán inevitables.
Antes del 31 de diciembre de 2020 tenemos que enviar a la UE nuestro Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia (PNRR) para ir recibiendo las ayudas del Fondo Europeo: 73.000 millones en subvenciones y 67.000 en préstamos. Este PNRR debe ser aprobado por el Consejo Europeo por mayoría cualificada.
No es nada fácil ser eficiente en la inyección de subvenciones en la economía productiva para generar empleo
No veo que el Gobierno haya implementado ningún Programa de Trabajo para elaborar nuestro PNRR. Da la impresión de que se va a diseñar entre la Moncloa y las Comunidades Autónomas. Eso podría valer para cubrir las inversiones públicas en sanidad o infraestructuras, que son muy necesarias y deben hacerse. Pero no vale en absoluto para diseñar las inversiones públicas en la economía productiva, que es la generadora de empleo. Y la generación de empleo (junto con la mejora sanitaria) debe ser el objetivo de nuestro PNRR.
No es nada fácil ser eficiente en la inyección de subvenciones en la economía productiva para generar empleo. Y está claro que hacer esto con éxito (junto con el plan de reducción del déficit) va a ser el punto de mira de la Comisión Europea (y de los socios comunitarios que nos vigilan) para ir liberando las ayudas. Y para hacer esto con éxito es imprescindible recabar la colaboración de las empresas. Echamos de menos la creación de Comisiones sectoriales público-privadas para inyectar recursos en: Sanidad, Infraestructuras, Educación, I+D, Turismo, Transporte, Industrias básicas, Digitalización, Energía, Medio Ambiente …
Si no hacemos esto correctamente tendremos problemas para conseguir el dinero del Fondo de Recuperación (que se libera poco a poco). Ya estamos tardando.
Antes del 31 de diciembre de 2020 tenemos que:
Solicitar los préstamos del SURE (fondo europeo para pagar los ERTEs, el paro y la prestación a autónomos). Para España esto son unos 20.000 millones, cantidad muy parecida a lo que llevamos gastado en estas cosas. El préstamo es a 10 años y a un interés cercano a cero. Parece que esto se va a solicitar. Menos mal.
Solicitar los préstamos del MEDE (fondo de recate europeo) para pagar los gastos sanitarios directos e indirectos derivados de la pandemia. Parece que el Gobierno, con el argumento bobo del estigma, está dudando en pedir o no estos préstamos. Se trata de 24.000 millones, a 10 años y a un interés cercano a cero. Dicen los directivos del MEDE que España ahorraría unos 1.300 millones en intereses. ¿Dónde está la duda?Para devolver estos préstamos (al igual que los 67.000 millones que vengan del Fondo de Recuperación Europeo) tendremos que emitir más deuda pública. Pero eso será dentro de 10 años, en un entorno probablemente mejor que el actual. Mientras tanto, estos préstamos no computan como deuda colocada por España en los mercados, lo que baja la presión sobre los tipos de interés.
Siendo tan transcendental la tarea pendiente, no es posible que Pedro Sánchez esté de vacaciones