Tal vez el único catalán que ha salido gallardamente en defensa de Juan Carlos ha sido Salvador Sostres, en Abc —Que el Rey se marche—: «Es más grave que el Rey Juan Carlos se tenga que marchar de España que el exilio del poeta Machado. Estamos escupiendo sobre nuestra historia, sobre lo mejor de nuestra historia, a cambio de escuchar a mentirosos y a lunáticos.»
Sostres advierte vivamente contra «la miseria y el liberticidio al que nos acabarán conduciendo los enemigos de Juan Carlos», contra «la alianza de mequetrefes y de totalitarios que hemos puesto en el Gobierno de la nación», contra la tendencia al suicidio colectivo de este «intratable pueblo de cabreros».
«Que el Rey se marche de España define a España y no al Rey. Lo libres que somos, la paz en que vivimos y nuestro sistema constitucional se lo debemos a él pero preferimos creer a cualquier cortesana, probablemente despechada; y luego nos extraña que Podemos haya llegado a la Moncloa o que los independentistas estén en la Generalitat. Lo que construimos en la Transición se está desmoronando.»