La Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB) ha evaluado los efectos del programa municipal Transformemos los patios, una iniciativa del Ayuntamiento de Barcelona para rediseñar los patios escolares en centros de educación primaria. Según el estudio, las transformaciones han permitido una mayor diversidad de juegos, un uso más equitativo del espacio entre niños y niñas y una reducción de conflictos, mejorando el bienestar del alumnado, según ha informado el Ayuntamiento de Barcelona en un comunicado.
Uno de los principales cambios observados ha sido la pérdida de hegemonía del fútbol en los patios, lo que ha permitido la recuperación de espacios para otros tipos de juegos y una mayor integración de las niñas en las zonas centrales. Además, la creación de nuevas estructuras como ágoras, porches y mesas de picnic ha generado espacios más versátiles, utilizados tanto para el recreo como para actividades educativas y comunitarias.
El programa también ha tenido un impacto positivo en la sostenibilidad y el confort térmico, gracias a la introducción de más vegetación y sombras, alineándose con los objetivos del Plan Clima de la ciudad.
Valoración de la comunidad educativa
El estudio de la ASPB, realizado en siete escuelas durante el curso 2021-2022, ha combinado métodos cuantitativos y cualitativos, incluyendo observaciones, entrevistas a alumnos y grupos de discusión con docentes. Los resultados reflejan una opinión mayoritariamente positiva sobre las transformaciones.
Los niños y niñas afirman sentirse más cómodos y felices con los cambios en el patio.
El profesorado valora los espacios como más agradables y diversos, destacando el ágora, las gradas, la pista y las zonas con arena.
Entre las propuestas de mejora destacan la incorporación de más elementos para los alumnos mayores, una mejor distribución en patios pequeños y el mantenimiento de la vegetación y el riego.
Un programa en expansión
Desde su lanzamiento en 2020-2021, 70 escuelas ya han transformado sus patios, y se espera que al menos nueve centros más se sumen al proyecto hasta 2027. Con estos cambios, Barcelona refuerza su apuesta por espacios de recreo más inclusivos, sostenibles y educativos, promoviendo una mejor convivencia y bienestar en las escuelas.