Este jueves se publica como gran noticia, en primera plana y grandes titulares: “La Caixa vuelve a Cataluña”. El País tituló la noticia exactamente así, a cuatro columnas. Y de forma parecida La Vanguardia.
Había que leer la letra pequeña para saber que eso no era así. Quienes han trasladado su domicilio social a Cataluña, desde Palma, son la Fundación La Caixa y su filial CriteriaCaixa. Caixabank sigue manteniendo su domicilio social en Valencia. Son tres entidades distintas. Veamos.
1.La Fundación La Caixa es una fundación privada, gobernada por un Patronato del que es Presidente, muy ejecutivo, Isidro Fainé. El vicepresidente es Javier Godó. Y entre los vocales figuran Cruz Roja, Cáritas, Shlomo Ben Ami, Francesc Homs, Pablo Isla, Marc Murtra (presidente de Telefónica) y, por ahora, Alvárez-Pallete (ex presidente de Telefónica).
La Fundación asume la antigua Obra Social de La Caixa y este año 2025 va a destinar 655 millones de euros a sus objetivos filantrópicos (Asistencia Social, Educación, Becas, Investigación, Medicina…). El año pasado atendió a 235.000 beneficiarios. Es la tercera fundación del mundo por patrimonio.
2. Ese dinero lo consigue gracias a los dividendos que cobra de su filial 100% CriteriaCaixa. A su vez, CriteriaCaixa cobra los dividendos de las acciones que posee en Caixabank (31,17%), Naturgy (26,71%), Telefónica (9,99%), ACS (9,36%), Agbar (15%), Colonial (17%), Veolia (5%) y otras. Buena cartera.
3.Caixabank es la madre del cordero en todo este tinglado. Es el Banco nº 1 por negocio en España. Su Activo suma 631.000 M, tiene 46.000 empleados y 4.128 oficinas y su beneficio neto en 2024 fue 5.787 M. Nada mal. Globalmente, Santander y BBVA le superan gracias a su presencia fuera de España. Obviamente, Caixabank cotiza en Bolsa. Tiene 556.000 accionistas. Entre ellos, el Estado (a través del FROB) con un 18%. Pues bien, Caixabank no ha trasladado su domicilio social a ningún sitio. Lo mantiene en Valencia. Es increíble que algunos medios, en su afán de masajear al Gobierno, tergiversen este hecho y exageren excesivamente la importancia del retorno de la Fundación y CriteriaCaixa.
Por qué se han ido las empresas de Catalunya
El clima generado en Cataluña en octubre de 2017 era de absoluta inseguridad jurídica y total inestabilidad. Esto es fatal para la economía. La gente razonable no se tomaba en serio que la independencia prosperase, pero los dueños y directivos de las empresas deben proteger su negocio (pensando en sus accionistas, empleados, acreedores…) y ponerlo a salvo de cualquier amenaza real o potencial.
Esto vale para cualquier empresa, pequeña, mediana o grande, pero, tratándose de una gran corporación cotizada en Bolsa, mucho más. Era vital seguir perteneciendo a un país de la UE, mantenerse en el euro y bajo el paraguas del BCE, seguir cotizando en Bolsa, estar en los sistemas de liquidación reconocidos… Lo otro era lanzarse al vacío.
La huída de las empresas es el efecto más visible del procés. Pero, adicionalmente, hay otro efecto, invisible, pero mucho peor. Es la parálisis en las inversiones, catalanas, del resto de España y extranjeras. Cataluña se convirtió en un territorio hostil para invertir y entró en decadencia: entre 2017 y 2023 el PIB per cápita creció en Cataluña un 1,1%, frente a una media española del 4%.
Cómo se traslada el domicilio social
Para evitar el riesgo de lanzarse al vacío era necesario trasladar el domicilio social a otro lugar de España. Así, la empresa seguiría siendo española y su negocio en una Cataluña independiente sería el propio de una sucursal.
Cambiar el domicilio social exigía un acuerdo de la Junta General de Accionistas. Eso era engorroso y llevaba tiempo. Por eso, los empresarios catalanes pidieron al Gobierno de Rajoy agilizar este tema. Y así se dictó el Real Decreto-Ley 15/2017, de 6 de octubre (fecha crítica), confirmando la facultad del Consejo de Administración para cambiar el domicilio social (facultad que ya estaba en la Ley 9/2015).
En contra de lo que dice Puigdemont, no fue el Gobierno español el que forzó a las empresas catalanas a llevar su domicilio social fuera de Cataluña. Fue exactamente al revés: las empresas catalanas instaron al Gobierno español para que les facilitase dicho traslado. De esto modo, con datos de EXPANSIÓN de noviembre de 2023, 8.700 empresas trasladaron su domicilio social fuera de Cataluña.
El domicilio fiscal es otra cosa
Para trasladar el domicilio social sólo es necesario el acuerdo del Consejo. No es necesario desplazar consejeros ni directivos ni empleados, ni mover oficinas o instalaciones. No hace falta nada. Es un simple acuerdo de Consejo.
Otra cosa muy diferente es el domicilio fiscal. El domicilio fiscal radica donde está efectivamente centralizada la gestión administrativa y la dirección de los negocios. Para cambiar el domicilio fiscal hace falta desplazamiento efectivo de consejeros, directivos y empleados. Y de medios materiales. Eso no lo ha hecho ninguna empresa catalana importante. Hubiera sido una verdadera catástrofe para Cataluña.
Dónde se pagan los impuestos
Los impuestos estatales (Retenciones sobre las nóminas, Retenciones sobre intereses y dividendos, Sociedades, IVA, Impuestos Especiales…) se pagan en el lugar del domicilio fiscal. El traslado del domicilio social fuera de Cataluña no tiene ninguna transcendencia fiscal. Y el retorno tampoco. Todo lo recauda la AEAT conforme a la misma ley, y da igual en qué provincia sea. Sólo en País Vasco y Navarra es diferente.
Comentarios
1.La huída (=traslado de domicilio social) de las 8.700 empresas que se fueron de Cataluña no tiene, por sí misma, ninguna consecuencia económica ni fiscal. Pero es una decisión políticamente tremenda: patentiza el miedo a que Cataluña se convierta en un Estado independiente. Es un demoledor voto de castigo contra el procés.
Pero está además el efecto invisible de la inseguridad creada por el procés: las empresas mantienen su actividad en Cataluña, pero ralentizan su crecimiento. Y no llegan nuevos proyectos. Eso sí tiene consecuencias económicas adversas. Y se ha notado claramente.
2.Por la misma razón, el regreso a Cataluña de una empresa no tiene, por sí mismo, ninguna consecuencia económica ni fiscal, pero muestra que, en la percepción de esa empresa, la probabilidad de que Cataluña se convierta en un Estado independiente ha disminuído. El resultado de las últimas elecciones al Parlament avala esa sensación: los partidos independentistas suman 59 escaños, sobre un total de 135 (un 43,7%).
El regreso de las empresas significaría que el clima ha cambiado. Que ya no hay miedo y que Cataluña ha dejado de ser un territorio hostil para la inversión. El regreso de la Fundación y de CriteriaCaixa es una señal pequeña, pero podría ser el principio. Las cosas mejorarán cuando desaparezca de verdad el miedo y regresen muchas más. Ya veremos.
3.En el regreso de Banco Sabadell ha influido, además de lo que se acaba de
indicar, su estrategia defensiva frente a la OPA de BBVA.
4.La Fundación y CriteriaCaixa han regresado a Cataluña tras Banco Sabadell como señal de buena voluntad ante Salvador Illa y Pedro Sánchez (y quizá a instancias suyas). Isidro Fainé ha traído dos bonitos yates a Cataluña pero se ha dejado en Valencia el transatlántico. Por algo será.
5.Por ahora, Caixabank (y Naturgy y todas las empresas que se fueron, salvo unas pocas) no han decidido retornar su domicilio social a Cataluña. Si el delirio independentista sigue desinflándose, lo harán. Hace falta tiempo.
6.Junts quiere forzar el regreso de las empresas. Y ha redactado una enmienda a la Ley de Sociedades de Capital permitiendo a cualquier accionista instar ante el juez la identificación del domicilio social con el fiscal. Si esto sale adelante, las empresas trasladarán su domicilio fiscal y será mucho peor para Cataluña.
7.El Gobierno debe seguir manteniendo en vigor la Ley de Sociedades de Capital, tal como está en este tema, así como el Real Decreto-Ley 15/2017, de 6 de octubre. Es lo que de verdad protege a las empresas. Que vuelvan, si quieren, pero que puedan marcharse rápidamente si el clima empeora.