Nayib Bukele, presidente de El Salvador, ha ofrecido a la administración de Donald Trump utilizar su controvertida megacárcel para albergar a criminales condenados en Estados Unidos, incluyendo ciudadanos americanos. A cambio, proponen, su nación recibiría una compensación o tarifa prorrateada por cada preso, qué, en palabras del propio Bukele, «supondría un pago relativamente bajo para Estados Unidos, pero significativo para nosotros» debido a los cambios y valor de sus respectivas divisas, así como las diferencias en el costo de vida entre regiones. Esta medida, aseguran, ayudaría a hacer sostenible el sistema de prisiones salvadoreño, actualmente saturado debido a al alto número de encarcelados.
We have offered the United States of America the opportunity to outsource part of its prison system.
— Nayib Bukele (@nayibbukele) February 4, 2025
We are willing to take in only convicted criminals (including convicted U.S. citizens) into our mega-prison (CECOT) in exchange for a fee.
The fee would be relatively low for… pic.twitter.com/HTNwtp35Aq
Reacciones
La idea ha sido recibida con entusiasmo por gran parte del espacio mediático americano. El Salvador ha adquirido popularidad durante los últimos años por su sistema penitenciario y sus políticas de tolerancia cero contra la delincuencia, centrándose en lo punitivo para desincentivar el crimen a la vez que obliga a sus reclusos a desarrollar tareas en beneficio de la comunidad para saldar sus crímenes.
El CECOT (Centro de Confinamiento del Terrorismo) es la cárcel más grande de América Latina, con capacidad para 40.000 reclusos. Sus dimensiones y enfoque responden al contexto salvadoreño, azotado durante décadas por el crimen organizado y las «pandillas», que han sido contundentemente desarticuladas por la gestión de Bukele.
🚨| Nayib Bukele muestra su éxito en el programa de reinserción de presos:
— El Pelado Trebucq (@peladodelatv) February 3, 2025
“Este programa NO está disponible para violadores y asesinos. Nos ayudarán a construir carreteras, hospitales y escuelas; fabricarán nuestros uniformes y muebles; cultivarán y ayudarán a limpiar.” pic.twitter.com/y9zJMZRWO1
En cuanto a sus nacionales, las reacciones han sido más divididas. Por un lado, sus simpatizantes han celebrado la propuesta, aplaudiendo el acercamiento de su ejecutivo a la administración norteamericana y su enfoque atlantista en el desarrollo de las relaciones internacionales. Este acuerdo penitenciario, por ejemplo, ha venido acompañado del compromiso estadounidense de ayudar a El Salvador en el desarrollo de sus centrales de energía nuclear, evidenciando un tono de cooperación bilateral y generando unas notables expectativas de progreso en la nación centroamericana gracias a la reafirmada amistad entre países.
En un tono menos eufórico, los detractores de la administración de Bukele acusan al mandatario de «convertir el país en el vertedero de occidente«, mostrándose preocupados por la absorción de criminales extranjeros dentro de su sistema de prisiones. Califican al mandatario de irresponsable y le instan a buscar otras vías de desarrollo económico que «no pongan en peligro a la población».
Aunque el enfoque de Nayib Bukele ha sido ampliamente criticado por organizaciones de derechos humanos debido a sus estrictas medidas de seguridad, sus acciones recientes continúan recibiendo aprobación a nivel nacional e internacional. El Salvador ha dejado de ser uno de los países más peligrosos del mundo desde el inicio de su mandato, reforzando ello sus tesis y línea de actuación.
El anuncio se suma a la racha de victorias diplomáticas de los últimos días para la administración Trump, que suma a El Salvador a México, Colombia y Panamá en la lista de naciones con las que ha asumido ventajosos acuerdos internacionales.