Un nuevo episodio de violencia sacudió el barrio de La Mina en Sant Adrià de Besòs. El pasado viernes, los Mossos d’Esquadra recibieron un aviso de una posible ocupación en el extremo sureste del municipio y se personaron rápidamente en la zona con el objetivo de detener el acceso ilícito. Sin embargo, el recibimiento que encontraron fue absolutamente hostil: improperios, amenazas, golpes y lanzamientos de objetos.
La Mina. Segunda okupación en pocos días del mismo piso. Flagrante. Actúan patrullas, atacados. Llega Arro, agredidos. Sacan detenido y salen como pueden entre lanzamientos y agresiones. Llueve sobre mojado. Hay que estrujar policialmente la zona. No hay mas. Hasta entonces…nada pic.twitter.com/2lGAkKdQxx— Toni-castejon (@CastejonToni) January 25, 2025
Convivencia tarantina
El resultado de esta reyerta fue un detenido, acusado de patear a un agente en la escalera comunitaria, tres mossos con heridas leves y un cuarto policía alcanzado por piedras proyectadas desde los balcones colindantes. Sorprendentemente, Núria Parlón, consellera d’Interior, manifestó que el barrio de La Mina estaba asistiendo a un proceso de «pacificación». La alcaldesa de Sant Adrià, Filo Cañete, en sintonía con su colega, apoyó esta tesis en una entrevista en Cafè d’Idees (RTVE), afirmando que «la situación está controlada, lo del viernes fue un hecho aislado».
📌 Filo Cañete, alcaldessa de Sant Adrià de Besòs, diu que el barri de la Mina està totalment pacificat, però amb la presència de les forces de l’ordre públic | @ajsantadria @pscsantadria
▶️ Recupera l’entrevista de @GemmaNierga: https://t.co/QgTFSQCWwR pic.twitter.com/7UKXH0Vlfe— Cafè d’idees (@cafedidees_rtve) January 27, 2025
Sin embargo, la pequeña localidad de Sant Adrià comenzó el año con un tiroteo a lo Tarantino y cierra este primer mes de 2025, a expensas de lo que pueda pasar esta semana, con una reyerta execrable. Estos incidentes vuelven a ensuciar la imagen de este municipio obrero, donde los trabajadores asisten día tras día a la degradación de su ciudad, normalizándose una convivencia insalubre a golpe de balazos.