Joe Biden dio ayer su último discurso como Presidente de los Estados Unidos de América. Su intervención recogió un balance de sus cuatro años al frente del Ejecutivo americano, alabando los logros que a su parecer su gestión asumió en materias de revitalización económica, promoción de la igualdad, compromiso contra la pobreza y lucha contra el cambio climático. Denunció a su vez la creciente concentración de la riqueza que se ha dado a nivel global a lo largo de las últimas décadas, advirtiendo sobre los “peligros” que la formación de estas oligarquías económicas suponen sobre la democracia y “los intereses del pueblo”.
In his final words, Biden thanked the American people “after 50 years of public service,” urging them to “stand guard” and “be the keeper of the flame.”
— The Vigilant Fox 🦊 (@VigilantFox) January 16, 2025
Fittingly, the broadcast ended with a long, beeping sound—symbolizing the death of the Biden presidency.
Good riddance. pic.twitter.com/LxNtiFmrd5
Pese al tono positivo con qué valoró su legislatura, su discurso ha sido recibido con profundas críticas en los ámbitos mediático y digital, poniendo en duda el balance de su mandato y condenando sus últimas decisiones como líder del mundo libre.
Críticas y cuestionamientos
Figuras conservadoras del panorama mediático americano, así como comentaristas políticos poco sospechosos de pertenecer a la corriente derechista calificaron el discuso de «pobre» o «farsa», estableciendo una tónica general de descontento y evidenciando una percepción por parte del demos estadounidense manifiestamente distinta a la expresada por el mandatario saliente.
Republicanos y algunos sectores del progresismo americano señalaron al ya casi expresidente como elemento imprescindible en el fortalecimiento de las divisiones ideológicas entre americanos y su ruptura como ente cohesionado. Conservadores clásicos, críticos con la deriva trumpista del Partido Republicano, lo culpabilizaron también del retorno del controvertido líder, en breves presidente de nuevo.
A su vez, personalidades cercanas al Partido Demócrata descargaron contra su tardía salida de la carrera electoral, marcando en definitiva un descontento existente también en los sectores allegados a su espacio ideológico.
Defensores
Por supuesto no todo fueron críticas, y aunque la recepción de las últimas palabras de Biden como presidente parecen evidenciar un descontento generalizado entre simpatizantes y detractores de su partido, también figuras muy destacadas del panorama político americano salieron en su defensa y alabaron su intervención.
Four years ago, in the middle of a pandemic, we needed a leader with the character to put politics aside and do what was right. That’s what @JoeBiden did.
— Barack Obama (@BarackObama) January 16, 2025
At a time when our economy was reeling, he drove what would become the world’s strongest recovery – with 17 million new… pic.twitter.com/Is3SX9DufE
El expresidente Barack Obama lo calificó como un “patriota” que tomó decisiones difíciles en beneficio del país, incluyendo la de no buscar la reelección. David Axelrod, ex asesor de Obama, elogió la sinceridad del mensaje y lo describió como uno de los discursos más destacados de Biden, resaltando su capacidad para “iluminar un camino esperanzador” en medio de los desafíos.
Un balance desigual
Por últímo, el discurso también incluyó un llamado a la unidad y a la defensa de las instituciones democráticas, destacando la importancia de la transición pacífica del poder. Este mensaje contrasta con la postura de su predecesor, Donald Trump, que tras su derrota en 2020 cuestionó los resultados electorales estando muy cerca de generar una importante crisis institucional.
Sin embargo, para muchos, las palabras de Biden no lograron apagar las críticas hacia su mandato. Las voces detractoras lo acusan de dejar un país más dividido, mientras que sus defensores argumentan que enfrentó desafíos excepcionales, desde una pandemia hasta la creciente desinformación en redes sociales.
En definitiva, el discurso de despedida de Biden ha dejado en evidencia las profundas divisiones que atraviesan Estados Unidos, poniendo en duda cuál será el legado de su presidencia en los años venideros.