Grandísimas notícias desde el otro lado del Atlántico. Nicolás Maduro, presidente de la dictadura venezolana, ha declarado que «hoy España es nuestra amiga». Estas palabras reflejan un cambio en el discurso del régimen chavista, que apenas meses atrás amenazaba con romper relaciones con España. Por su parte, el gobierno español, liderado por el PSOE sanchista, calla, aparantemente incapaz de rechazar la amistad de un régimen dictatorial acusado, entre otras lindezas, de fraudes electorales, represión y violaciones de derechos humanos.
Nicolás Maduro: "Hoy España es nuestra amiga" pic.twitter.com/tLDlHhKS9I
— ViOne (@viOnemedia) April 30, 2025
Figuras como el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, emérito socialista, llevan años coqueteando con el chavismo bajo el pretexto de la «mediación». Zapatero, conocido por su papel en diálogos fallidos en Venezuela, ha defendido posturas que muchos ven como un blanqueo de la dictadura. Mientras, Sánchez mantiene una ambigüedad calculada, criticando tímidamente a Maduro pero sin cortar los lazos diplomáticos ni condenar con firmeza sus abusos. Este silencio es, a falta de mejor descripción, una bofetada para los 400,000 venezolanos en España, que han huido de la crisis humanitaria causada por el régimen.
Maduro busca oxígeno internacional tras las sanciones de EE.UU. y el no reconocimiento de su tercer mandato, iniciado en enero de 2025. España, con intereses como los de Repsol en el petróleo venezolano, parece un aliado conveniente.En 2024, dos españoles fueron detenidos, acusados sin pruebas de desestabilización, y las amenazas de Jorge Rodríguez contra empresas españolas no han recibido una respuesta contundente del gobierno. En cambio, el PSOE prefiere la tibieza, dejando que Maduro se pavonee llamándonos «amigos».
La oposición venezolana y la comunidad internacional han denunciado con contundencia el fraude de 2024. España, que inicialmente lo reconoció, ahora guarda silencio complice. Los españoles tenemos un gobierno que se arrodilla ante dictadores, manchando nuestra democracia con amistades vergonzosas.
