Decía Josep Tarradellas que en política se puede hacer de todo menos el ridículo. Y eso es precisamente lo que hicieron este sábado las ministras españolas María Jesús Montero y Yolanda Díaz, vicepresidentas del Gobierno, durante la celebración del funeral por el Papa Francisco en el Vaticano. La líder de Sumar y la ministra de Hacienda no dudaron en comportarse como dos adolescentes más preocupadas por su imagen que por representar a España en el último adiós al pontífice.
La fotografía de Díaz y Montero haciéndose un selfie mientras se desarrollaba la ceremonia no ha pasado precisamente desapercibida y centenares de usuarios de X han mostrado su rechazo a su actitud, totalmente impropia por razón del cargo que ostentan y del momento.