Tras el fallecimiento del Papa Francisco el pasado 21 de abril, la Iglesia Católica se prepara para un nuevo cónclave que determinará quién será el 267.º sucesor de San Pedro. Con 135 cardenales electores menores de 80 años, el proceso de elección se anticipa como uno de los más diversos y abiertos de las últimas décadas.
Favoritos en las quinielas
Entre los nombres que más resuenan como posibles sucesores destacan:
- Pietro Parolin (Italia, 70 años): Actual secretario de Estado del Vaticano, es considerado un hombre de consenso y con amplia experiencia diplomática.
- Luis Antonio Tagle (Filipinas, 67 años): Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, es visto como una figura que podría continuar el legado pastoral y reformista de Francisco.
- Matteo Maria Zuppi (Italia, 69 años): Arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, es conocido por su enfoque progresista y su trabajo en temas sociales.
- Peter Turkson (Ghana, 76 años): Tiene una destacada trayectoria en el Vaticano, fue presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz y más tarde del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral. Con 76 años, aún es elector y su nombre sigue apareciendo entre los posibles sucesores. Sería el primer Papa negro en tiempos contemporáneos.
- Anders Arborelius (Suecia, 75 años): Primer cardenal sueco y obispo de Estocolmo, ha sido mencionado por expertos como una opción que podría representar una Iglesia más colegiada y menos centralizada.
- Robert Sarah (Guinea, 79 años): Ex prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Sarah es un firme defensor de la doctrina tradicional de la Iglesia y un crítico de las reformas de Francisco. Con un perfil conservador, sería el primer Papa africano de la historia moderna.
- Mykola Bychok (Ucrania, 45 años): Obispo en Melbourne y el cardenal más joven del cónclave, Bychok ha ganado notoriedad por su compromiso con la paz en Ucrania y su enfoque pastoral moderno.
Un cónclave marcado por la diversidad
El próximo cónclave se espera que se inicie entre el 5 y 10 de mayo. Contará con una representación significativa de cardenales de diferentes regiones del mundo, reflejando la globalización de la Iglesia Católica. Esta diversidad geográfica y cultural podría influir en la elección de un Papa que represente una visión más inclusiva y universal.
Mientras tanto, el cardenal Kevin Joseph Farrell, en su rol de Camarlengo, administra los asuntos temporales del Vaticano durante la sede vacante.
Heredero de Francisco
El heredero De Francisco marcará la línea ideológica que seguirá la Iglesia en los próximos años. Francisco será recordado como un Papa atrevido que ha provocado discrepancias dentro de la Iglesia. Durante su papado, el Papa Francisco ha recibido críticas provenientes de diversas áreas. Algunos lo acusan de alinear su narrativa pacifista con los intereses de regímenes autoritarios como los de China, Cuba, Venezuela o Rusia, señalando que su enfoque en el diálogo y la diplomacia en ciertos conflictos internacionales ha sido interpretado como una forma de suavizar las políticas de estos gobiernos. También se ha criticado su alineamiento con el peronismo en la política argentina. Además, desde dentro de la Iglesia, ha sido objeto de reproches por su postura frente a temas polémicos en España como su discrepancia con la Iglesia española en relación a la gestión del Valle de los Caídos. Esta situación ha generado tensiones entre el Papa y algunas figuras conservadoras de la jerarquía eclesiástica española que lo acusan de no ser lo suficientemente firme en defender la unidad de la Iglesia en cuestiones políticas e históricas. También se le ha señalado por su alejamiento del Opus Dei, enfrentado históricamente a los jesuitas.
Por otro lado, también ha recibido numerosas alabanzas por su enfoque renovador y su capacidad para conectar con los fieles de todo el mundo. Su enfoque pastoral ha sido ampliamente valorado por promover una Iglesia más inclusiva. Su postura firme en temas como el cambio climático ha sido reconocida por diversas organizaciones internacionales y líderes políticos. A nivel interno, muchos dentro de la Iglesia aplauden sus esfuerzos por reformar la Curia y promover una Iglesia más transparente y responsable en cuanto a los escándalos de abuso sexual. Su narrativa pacifista ha sido vista como una promoción de la paz en un mundo cada vez más polarizado, ganándose la admiración de sectores progresistas tanto dentro como fuera de la Iglesia. Además, su cercanía con los jóvenes y su uso de las nuevas tecnologías, como las redes sociales, ha acercado la Iglesia a una nueva generación de católicos. Su compromiso con los migrantes ha revalidado la visión de una Iglesia universal y abierta, lo que le ha valido la admiración de muchos por su capacidad para abrazar la diversidad sin renunciar a la fe. Entre estos sectores se le detrae su firme defensa de la vida y no haber avanzado lo suficiente en el papel de la mujer en la Iglesia.