Nuevo cambio de opinión. Pedro Sánchez ha anunciado que España alcanzará en 2025 el 2% del PIB en gasto de defensa, movilizando 10.471 millones de euros adicionales “sin subir impuestos, recortar partidas sociales ni aumentar el déficit”. La propuesta, aprobada por el Consejo de Ministros, pretende ahora financiarse con fondos europeos Next Generation, remanentes económicos y partidas no ejecutadas de los Presupuestos de 2023. El plan ha desatado una oleada de escepticismo entre la ciudadanía y críticas de la oposición, que ven en la promesa una maniobra poco creíble, especialmente tras las declaraciones de Sánchez hace dos meses, cuando afirmó que ese objetivo no era realista para 2025.
Pedro Sánchez: "España cumplirá este año con el 2% del PIB en defensa. Sin subir impuestos, sin tocar un céntimo de euro la inversión en el estado de bienestar y sin mayor déficit público".
— Guaje Salvaje (@GuajeSalvaje) April 22, 2025
Miente.
Es el milagro del pan y los peces en versión sanchista.pic.twitter.com/PMzWZ4OA1Y
La percepción pública, reflejada en redes sociales, apunta a una profunda desconfianza hacia la viabilidad y veracidad del plan. Muchos ciudadanos expresan abiertamente que el Gobierno “oculta los verdaderos costes”, apuntando a recortes encubiertos o futuras subidas fiscales. La oposición ha calificado el anuncio de electoralismo y cuestiona la falta de debate parlamentario, mientras que socios como Sumar critican la opacidad y el giro hacia el gasto militar. Analistas económicos, respaldados por advertencias del FMI, señalan que financiar este aumento sin ajustes fiscales es insostenible a largo plazo, lo que refuerza las crecientes dudas sobre la coherencia del Ejecutivo.
👉🏻 Solo Sánchez defiende su plan
— Onda Cero (@OndaCero_es) April 22, 2025
❗ Todos los partidos políticos, salvo el PSOE, rechazan el plan de Sánchez para incrementar al 2% el gasto militarhttps://t.co/KJIJlhr9Za
De acuerdo con las cifras prsentadas por el Ejecutivo, el plan destinará un 35% a mejorar las condiciones de las Fuerzas Armadas, un 31% a ciberseguridad, un 19% a armamento, un 17% a emergencias y un 3% a misiones de paz. Aunque Sánchez insiste en que no afectará al bienestar social, la contradicción con sus declaraciones previas y la falta de claridad y transparencia sobre la financiación han alimentado la percepción de improvisación.El anuncio no solo pone a prueba la escasa credibilidad del Gobierno, sino que reaviva el debate sobre las prioridades presupuestarias.