El Cardenal Robert Sarah vuelve al centro del debate. Conocido por su ortodoxia y defensa de la tradición, el ecuatoguineano, de 80 años, suena como posible papable. Aunque su edad limita su elegibilidad en futuros cónclaves, el veterano cardenal resuena como uno de los favortios para asumir el mando del Vaticano. Su trayectoria dentro la Iglesia refleja un compromiso firme por los valores cristianos y una concepción conservadora de la fe y su impacto en la sociedad. Sus consideraciones sobre la inmigración, el abandono de Europa de sus valores fundamentales y su preocupación por el debilitamiento de la fe en Occidente conforman los pilares de su pensamiento; controvertido y celebrado a partes iguales por distintos sectores dentro y fuera de la Iglesia.
El cardenal Robert Sarah “Me preocupa Occidente, creo que va a morir. No hay natalidad. Están siendo invadidos silenciosamente por otras culturas, otros pueblos, que progresivamente les superarán en número y cambiarán completamente su cultura”. pic.twitter.com/3dLN8ky6Q3
— Emmanuel Rincón (@EmmaRincon) April 21, 2025
Sus tesis
Si bien no rechaza la acogida de migrantes, el Cardenal critica la inmigración masiva hacia Europa, advirtiendo sobre una “pérdida de identidad cristiana”. En 2017, habló de una “invasión silenciosa”, generando acusaciones de xenofobia por parte de la progresía europea. Su Eminencia es clara: aboga por el desarrollo de África para frenar la emigración forzada y por una migración regulada que respete las culturas receptoras. Esta postura, más contundente que la de Papa Francisco, lo alinea con sectores conservadores europeos, aunque insiste en que su preocupación es espiritual, no política.
“La confusión doctrinal y moral está llegando a su punto álgido[…]El mal es el bien y el bien el mal. El hombre ya no siente ninguna necesidad de ser salvado. La pérdida del sentido de la salvación es la consecuencia de la pérdida de la trascendencia de Dios".
— Vicente S. (@vast1966) July 12, 2022
Card. Robert Sarah pic.twitter.com/UHtbvjmmuH
Sus libros, como El día ya está avanzado (2019), y sus críticas a reformas como las bendiciones a parejas del mismo sexo, refuerzan su imagen de guardián de la tradición.¿Podría Sarah, o alguien de su línea, ser el próximo Papa? Su edad es un punto en contra, pero su influencia en el ala conservadora de la Iglesia es innegable. Mientras algunos lo ven como un profeta contra la secularización, otros lo critican por posturas que consideran divisivas. En un mundo polarizado, Sarah encarna el choque entre tradición y apertura, un debate que definirá el futuro no solo del catolicismo, sino también del modelo político y social que deberá definir al mundo civilizado.