El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha afirmado este martes que la Diada de Sant Jordi es «una fiesta inclusiva, de convivencia, una fiesta de alegría, que entronca mucho con el Papa Francisco«. «Es», ha añadido una de la mejores tarjetas de presentación que tiene Cataluña». Illa ha hecho estas declaraciones durante el diálogo que ha mantenido con el escritor Javier Cercas, moderado por la periodista Emma Riverola, en el evento Les veus de Sant Jordi, celebrado en el Palau de la Generalitat.
Sobre el Papa Francisco, que ha fallecido este lunes, Salvador Illa ha asegurado que «su legado es poner en el centro del mensaje de la Iglesia a los pobres, los más vulnerables, los más desvalidos, los que necesitan más el apoyo de las administraciones, de la Iglesia, de todos juntos«. Y ha añadido que este concepto ha sido «el punto cardinal de su mensaje, un mensaje muy pertinente en el mundo en el que estamos viviendo, en este mundo de cambio tan importante».
Un Papa contra Trump
Illa también ha señalado que no ha leído «un documento más contundente contra la política de la Administración Trump que la carta que envió el Papa Francisco a los obispos norteamericanos» y ha añadido que «no se puede edificar el privilegio de unos pocos sobre el sacrificio de muchos«. El presidente, además, ha reivindicado el mensaje del fallecido pontífice en lo relativo a la «fraternidad» y a la idea de «comunidad» en un mundo «de cambios constantes en el que predomina un carácter excesivamente individualista». «Creo», ha asegurado, «que es importante que haya gente con este sentido de comunidad, con esta capacidad de dedicarse a los otros, de pensar que hemos de ser un conjunto».
El presidente Illa, finalmente, ha señalado que la Diada de Sant Jordi es «una fiesta cívica única» y «uno de los mejores días en Cataluña»: «Es amor, es fraternidad, es mostrar tu estima a las personas que más quieres, es cultura, es obsequiar cultura, obsequiar un elemento de mejora y enriquecimiento personal». Y ha defendido la apuesta del «humanismo cristiano» de Sant Jordi frente a los valores del «mercantilismo».