La V Asamblea Estatal de Podemos ha avivado la tensión entre el partido morado y los principales sindicatos. Durante el coloquio ‘Combatir a la ultraderecha en Europa y América Latina’, Pablo Iglesias, exvicepresidente del Gobierno, no se andó con rodeos y lanzó una contundente descalificación a Unai Sordo (CCOO) y Pepe Álvarez (UGT), a quienes envió literalmente «a la mierda».
El desencadenante de estas palabras fueron las recientes declaraciones del líder de CCOO en la Cadena SER, donde se mostró partidario de que PSOE y PP alcanzasen un acuerdo para aprobar los Presupuestos Generales del Estado. En una línea similar, Álvarez defendió la necesidad de que Gobierno y oposición pactasen un decreto antiaranceles.
Contracultura y navajazos en la izquierda
Iglesias no solo apuntó contra ambos líderes, sino que hizo extensiva su crítica al conjunto de liberados sindicales que, según él, comparten estas posiciones. Su intervención giró también en torno a la necesidad de construir poder popular y disputar la hegemonía cultural mediante espacios alternativos como Canal Red y la Taberna Garibaldi, a los que definió como instrumentos de lucha política, no como negocios.
El exlíder de Podemos también tuvo palabras para Alberto Garzón, exministro de Consumo y exlíder de IU, a quien reprochó su alejamiento de los proyectos de transformación radical. “Si quisiéramos ganar dinero, pediríamos trabajo a Pepe Blanco”, ironizó Iglesias. El acto, que pretendía abordar el ascenso de la extrema derecha, terminó por cristalizar una vez más las fracturas entre las distintas almas de la izquierda española.