Junts se ha levantado hoy de izquierdas. El partido atrapalotodo ha formalizado un acuerdo con Moviment d’Esquerres, una formación de corte progresista, que incluye la afiliación de figuras como Toni Comín y Agustí Colomines a sus filas. El convenio, sellado en Bélgica con la presencia de Carles Puigdemont y Jordi Turull, permite la doble militancia y asegura un representante de Moviment d’Esquerres en la ejecutiva de Junts, además de integrar a este partido en el metapartidista espacio «Fem-ho Junts». El pacto se presenta oficialmente como “un esfuerzo por ampliar las sensibilidades ideológicas dentro de Junts”, resultando de lo más curioso teniendo en cuenta que su último movimiento en persecución de este fin fue la fusión con Demòcrates, escisión independentista de Unió de inequívocas convicciones conservadoras y democristianas.
📄 Junts per Catalunya i @MovEsquerresCat signen un conveni per garantir una col·laboració estable
— Junts per Catalunya🎗 (@JuntsXCat) April 11, 2025
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El reciente antecedente no es la única maniobra que genera interrogantes sobre la coherencia ideológica de Junts. En los últimos meses, el partido ha endurecido su discurso, especialmente en temas migratorios, acercándose a posturas que recuerdan a las de Aliança Catalana, una formación que el «consenso democrático» ha decidio categorizar como extrema derecha. Este giro busca contener la fuga de votos hacia opciones más conservadoras, pero choca frontalmente con la alianza anunciada con Moviment d’Esquerres, un partido profundamente progresista que se enarbola de causas como la justicia social. La contradicción es palpable: mientras Junts coquetea con un electorado de derechas para no perder terreno, abraza a su vez una colaboración que lo arrastra contudentemente a la izquierda del tablero ideológico.
Desde su fundación, el partido ha oscilado entre el liberalismo, la socialdemocracia, el centrismo, el progresismo, las tesis woke, el inmigracionismo, la antiinmigración y guiños a la derecha más pristina, a menudo adaptando su discurso según las circunstancias electorales. Esta flexibilidad suele criticarse como oportunismo, y el nuevo acuerdo no parece una excepción. En redes, muchos ven esta alianza como un intento cosmético de lavar la imagen de Junts tras sus recientes devaneos con posturas conservadoras, sin que medie una reflexión ideológica clara.
"Moviment d'Esquerres". "D'esquerres dretanes", casi al filo del extremo, no? 😂
— Iván 🇺🇦🇪🇸🇪🇺 (@IvanPF95) April 11, 2025
Desde la meva ignorància: Això de la "doble militància" (Junts i Moviment d'Esquerres) ho trobeu normal ? Jo ho trobo un poti-poti. 😳
— samotracia55 (@carmenboschmar8) April 11, 2025
En un momento en que el partido necesita consolidar su base y evitar la sangría de votos hacia la derecha, esta jugada parece más una operación de maquillaje que un giro estratégico. La pregunta es si los votantes percibirán autenticidad o solo un nuevo bandazo.