Donald Trump genera titulares. El presidente estadounidense no descarta presentarse a un tercer mandato. En una entrevista telefónica para NBC, el mandatario ha declarado: «Mucha gente quiere que lo haga […] hay métodos para conseguirlo». sin dar más detalles. Estas afirmaciones reavivan un ya conocido debate sobre la viabilidad de un tercer mandato, un tema en principio limitado por la legislación actual.
Donald Trump tells NBC News that he is ‘not joking’ about the possibility of running for a third term:
— Pop Base (@PopBase) March 30, 2025
“A lot of people want me to do it. I basically tell them we have a long way to go, you know, it’s very early in the administration. I’m focused on the current. I’m not joking…… pic.twitter.com/N873ZyChgk
La vigésimo segunda Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, aprobada en 1951, estipula que ninguna persona puede ser elegida presidente más de dos veces, sean consecutivas o no. Trump, con su primer mandato (2017-2021) y el actual, alcanzaría este límite al concluir en 2029. Para que un tercer mandato fuera posible, sería necesario enmendar la Constitución, un proceso que requiere la aprobación de dos tercios de la Cámara de Representantes y del Senado, seguida de la ratificación por 38 de los 50 estados. Pese a las declaraciones pasadas favorables de algunos legisladores republicanos, el actual equilibrio institucional no parece suficiente para empezar este proceso.
¿Hay otro método? La opinión pública y analistas constitucionales han explorado con anterioridad lagunas teóricas, aunque ninguna es sólida. La elucubración más común es que Trump podría renunciar antes de 2029 y postularse como vicepresidente en 2028; si el presidente electo dimitiera, él asumiría el cargo sin ser «elegido» directamente, esquivando la vigésimo segunda Enmienda. Sin embargo, esto depende de interpretaciones legales no probadas y de una coordinación política improbable. La duodécima Enmienda, que contempla el procedimiento de elección de presidente y vicepresidente, así como otras normas, también complican esta idea, y no hay precedentes que la respalden.
Así pues, y pese a la seguridad que desprende el presidente en sus declaraciones, las leyes actuales cierran la puerta a un tercer mandato.