Michael O’Leary, el consejero delegado de la aerolínea irlandesa Ryanair, fue a cenar el pasado 21 de marzo en un restaurante de Navan, en Meath, y acabó recibiendo su propia medicina.
El empresario reservó una mesa en el Luvida y pidió una botella de vino, gambas, tostadas con champiñones y una lubina. Su sorpresa llegó cuando al recibir la cuenta vio que el restaurante le había gastado una broma, añadiendo un recargo adicional de 37,85 euros en tarifas extra. Entre los recargos se incluía «espacio extra para los pies», «asientos preferentes» y «reserva en zona tranquila». También decidieron ubicar el recibo en la terminal 1 del aeropuerto para acabar de completar la broma.
Cabe destacar que el restaurante no le hizo pagar esas tasas adicionales, sino que simplemente era una burla al CEO de RyanAir por las polémicas tarifas adicionales de la compañía aérea suelo imponer a sus clientes. O’Leary se lo tomó con humor y posó con el personal.
El restaurante publicó el recibo en Facebook, agradeciendo su visita y esperando que no le importaran los “cargos adicionales”: «¡Gracias a Michael O’Leary por elegir cenar con nosotros esta noche! Un placer recibirlo. Esperemos que no le hayan molestado las tarifas extras que le hemos añadido». La publicación se hizo viral y se llenó de comentarios aplaudiendo la broma del restaurante.
Sin duda, esta original broma ha generado simpatía hacia el restaurante Luvida, que aprovechó la oportunidad para poner un toque de humor en una situación cotidiana.