Marine Le Pen ha sido condenada en el marco de una investigación sobre el presunto uso indebido de fondos del Parlamento Europeo. La sentencia, que llega en un momento clave para la política francesa, reaviva el debate sobre el papel de la justicia en la contienda electoral.
El fallo judicial sostiene que Le Pen y varios miembros de su partido habrían utilizado recursos europeos para financiar actividades políticas en Francia. Sin embargo, la defensa de la líder de Agrupación Nacional insiste en que se trata de una persecución política, argumentando que estos procedimientos suelen activarse en momentos estratégicos, coincidiendo con etapas decisivas de su ascenso en las encuestas.
Sigue en auge y Abascal muestra su apoyo
A pesar de la condena, Le Pen sigue contando con un sólido respaldo electoral. Su discurso, centrado en la soberanía nacional y la seguridad, continúa calando entre amplios sectores de la sociedad francesa, especialmente en un contexto de creciente desafección hacia la clase política tradicional.
El apoyo a la dirigente francesa ha traspasado fronteras. Santiago Abascal, líder de Vox, ha defendido públicamente a Le Pen con un mensaje claro: «No conseguirán callar la voz del pueblo francés».