La Universidad de Sussex ha sido multada por la Oficina de Estudiantes (OfS) con 700.000 euros por vulnerar el derecho a la libertad de expresión y de cátedra de Kathleen Stock. En un fallo histórico y tras más de tres años y medio de investigación, la OfS ha concluido que el acoso que padeció la profesora de filosofía debido a una serie de posicionamientos en la línea del feminismo radical, generó en Stock “un efecto paralizante” a la hora de impartir clase. Este acoso fue su día a día, con una campaña constante que incluyó cartelería inundando el recinto universitario, donde se tildaba a Stock de “tránsfoba” y se le advertía que “iba a morir sola”.
Acoso y derribo contra Stock
Además, un numeroso grupo de alumnos exigió formalmente al rectorado que despidiera a la profesora, amenazando con dejar de pagar los 11.000 euros anuales de matrícula en caso de no hacerlo. Por si fuera poco, un centenar de académicos firmó una carta abierta llena de falsedades, en la que se oponían a la concesión de un título honorífico a Stock por su defensa de la libertad de cátedra. No es de extrañar que la profesora decidiera abandonar la profesión en 2021, después de más de tres años de hostigamiento.
La Universidad de Sussex de perfil…
Sin embargo, ¿cuál fue la respuesta de la institución académica durante los tres años de acoso que sufrió Stock? Emitir una Declaración de Política de Igualdad Trans y No Binaria que, tal y como expresó la propia filósofa, impedía contraargumentar la tesis del sexo como producto autodeterminado, una postura que para ella negaba la biología en favor del tarotismo.
Desde la Universidad de Sussex, acusan a la OfS de “perpetuar las guerras culturales” e incluso de haber emprendido una investigación “kafkiana”, como señaló la vicerrectora de la Universidad de Sussex Sasha Roseneil en Politics Home. Por su parte, Kathleen Stock celebró hoy en UnHeard que “la suerte está cambiando en la guerra cultural”.