Ingrid Novoa, México. Afincada en Barcelona. Profesional del derecho en la industria musical, especializada en producción, casting y gestión artística con su agencia The Un Opera.
- Una mexicana que estaba haciendo la carrera judicial en la Suprema Corte de Justicia, experta en DDHH, acaba en Barcelona representando a cantantes de ópera. ¿A qué género musical pertenece este giro en tu vida?
Más que a un género musical, diría que este giro en mi vida pertenece al género de la reinvención. La música clásica y la ópera siempre han sido una pasión personal, pero lo que realmente me atrajo fue la posibilidad de contribuir al desarrollo de artistas con talento excepcional y ayudarles a construir una carrera sólida en un medio que es tan exigente como hermoso.
- ¿Qué llevas, musicalmente, de Alemania y qué de México? ¿Algo de España?
De Alemania llevo la estructura, el rigor y la profundidad en la interpretación de la música. De México, la pasión, el color y la calidez. Y de España, la tradición lírica, la intensidad emocional y la cercanía de su cultura musical con la ópera. Todos estos elementos conviven en mi visión del trabajo artístico.
- Eres esa “shining star behind the artists”. ¿Cuáles son los criterios que te hacen elegir a un artista?¿Qué atributos, aparte de una voz extraordinaria, debe tener un músico para que lo representes? ¿Una técnica vocal perfecta o versatilidad emocional? ¿Qué crees que hace que un cantante de ópera destaque entre otros artistas?
Una voz extraordinaria es un punto de partida, pero no lo es todo. Busco artistas que no solo tengan talento, sino también una visión clara de su carrera, disciplina y un profundo respeto por la música. La técnica vocal es crucial, pero también la inteligencia artística: la capacidad de conectar emocionalmente con el público y transmitir algo más allá de la interpretación correcta de una partitura. El carisma y la capacidad de evolucionar también son esenciales.
- ¿Has trabajado siempre sola? ¿Cómo es un día “normal” en la oficina?
Durante un tiempo trabajé con unos socios provenientes del mundo de la producción teatral, lo cual resultó en una mancuerna magnífica, ya que la ópera tiene un componente teatral y dramatúrgico fundamental. Nos divertimos mucho y logramos una puesta en escena preciosa de La Voix Humainede Poulenc, que llevamos de gira por México durante varios años. Eventualmente, nuestros caminos profesionales tomaron direcciones distintas, aunque no descarto la posibilidad de volver a colaborar con ellos en el futuro.
Desde entonces, he estado al frente de mi agencia en solitario. Si bien me apoyo en mis cantantes para descubrir nuevas voces o encontrar perfiles específicos para ciertos roles,
soy la fundadora y llevo la dirección completa del proyecto. Dicho esto, el mundo de la música clásica y la gestión cultural es siempre colaborativo. Formo parte de una red de profesionales y trabajo con productores, teatros, orquestas y otros agentes del medio.
Un día normal en la oficina implica la gestión de contratos, negociaciones, planificación de giras, asesoramiento a los artistas y mucho trabajo estratégico. Además, acompaño de cerca el desarrollo artístico y personal de mis representados, asegurando que cada decisión tomada impulse su crecimiento profesional.
- ¿Trabajas con cantantes españoles y mexicanos o de todo el mundo? ¿Los buscas o acuden a ti?
Trabajo con artistas de distintas nacionalidades. En un par de semanas voy a audicionar a un bajo islandés, por ejemplo, y con una soprano belga estamos en charlas. Me encanta la multiculturalidad de este negocio, aunque debo decir que tengo un compromiso especial con el talento de México y España. México es un semillero de artistas espectaculares y parte de mi misión es ayudarles a salir y hacer carreras internacionales, lo mismo con el talento español. Es una combinación: la mayoría de los artistas me buscan, otros los descubro en audiciones o por recomendaciones de mis otros cantantes. Siempre estoy atenta a nuevas voces y a quienes tienen algo único que ofrecer. De hecho, también músicos instrumentistas han mostrado interés en ser representados por mí, y estamos en pláticas. Incluso estoy impulsando a una silbadora profesional española increíble, porque me lo ha pedido. Hay tanto talento en el mundo desaprovechado porque no encuentran quién les guíe, apoye y dé a conocer.
- Hace una semana un amigo nuestro en común habló sobre la música y las emociones. Básicamente, decía que los sentimientos son elaboraciones cerebrales de las emociones y que la música es más emocional que sentimental. O sea, precognitiva. ¿Qué es la música?
La música es un lenguaje universal que trasciende la razón. Nos conecta con lo más espiritual y esencial de nuestra existencia. No solo expresa emociones, sino que las moldea, las despierta y a veces las redefine. Es una forma de comunicación pura, que no necesita traducción. Además, la música es vibración y frecuencia, y estas tienen el poder de elevar la energía de todos los seres. Su resonancia impacta profundamente a quienes la escuchan, creando estados interiores y reacciones difíciles de explicar. Para quienes la interpretan, es aún más transformadora: si escuchar música es una maravilla, interpretarla es una experiencia gloriosa.
- Entiendo que los conciertos de formato más pequeño, privados, más íntimos, son una gran oportunidad para los talentos emergentes, ¿cuesta organizarlos, buscar financiación, público…? ¿Te implicas en todo el proceso de producción o simplemente llevas un roster y te olvidas del resto?
Los conciertos de formato más íntimo pueden ser un reto logístico, pero son también una oportunidad invaluable. Me implico en todo el proceso: desde la selección del repertorio
junto con mis artistas y programadores, hasta la búsqueda de financiación y público. Es fundamental crear experiencias que conecten directamente con las audiencias.
- Me llama la atención que no hay demasiadas mujeres dirigiendo orquestas o grandes teatros.
Es una realidad, y aunque las cosas están cambiando, lo hacen lentamente. La dirección de orquestas y teatros ha sido un espacio tradicionalmente dominado por hombres, pero cada vez hay más mujeres con talento y liderazgo abriendo camino. El reto es dar visibilidad y oportunidades a tantas mujeres talentosas, tanto para liderar puestos directivos como para dirigir orquestas. Mi agencia representa a una directora de orquesta francesa excepcional, pero no es fácil que le den oportunidades. Hay que tener mucha paciencia y perseverancia al presentarla porque los teatros tradicionales, en muchos casos, siguen prefiriendo contratar a un director. Estamos abriendo camino, pero requiere tiempo.
- ¿Cómo fue esa “primera vez” emocionante cuando llevaste a un cantante a un concierto/recital y sentiste el orgullo y la emoción inaugural?
Fue una mezcla de nervios, alegría y una sensación de realización. Ver a tu artista en el escenario, saber que todo el esfuerzo previo valió la pena y sentir la respuesta del público es una experiencia indescriptible y una satisfacción personal enorme. Tengo la suerte de representar artistas que me hacen sentir muy orgullosa siempre. Me encanta mi trabajo.
Háblame de Barcelona, tenemos uno de los teatros de ópera más prestigiosos de Europa: el Liceu. Tenemos el Palau de la Música, L´Auditori. Cuna de Carrereas, Victoria de los Ángeles o Montserrat Caballé y una quizás no tan conocida como Conchita Supervía…
Barcelona es una ciudad clave en la historia de la ópera y la música clásica. El Gran Teatre del Liceu es un referente internacional, con una programación de primer nivel que ha acogido a las grandes voces de la ópera. Es un espacio que respira historia y tradición, y cabe decir que la actual administración artística también apuesta por propuestas innovadoras y esto es un gusto, basta ver la ópera Alexina B de la emergente compositora catalana Raquel García Tomás, el director artístico hizo una gran apuesta con esta ópera nueva. El Palau de la Música Catalana es un templo del repertorio coral y sinfónico y, de igual manera, tiene en la dirección artística a dos extraordinarias cabezas, Mercedes Conde y Joan Ollé, quienes hacen historia con sus programaciones y procuran también apostar por nuevos talentos. Es un lugar donde la música adquiere una dimensión casi mágica además por la estética modernista que guarda esta sala de conciertos, ir al Palau es toda una experiencia de belleza por doquier. L’Auditori complementa esta oferta con propuestas más contemporáneas y una programación
diversa que equilibra lo tradicional y lo vanguardista. Barcelona ha sido la cuna de algunas de las voces más importantes de la ópera, como José Carreras, Victoria de los Ángeles o Montserrat Caballé, pero también es importante rescatar figuras como Conchita Supervía, cuya voz y estilo dejaron una huella única en la historia del canto. La ciudad sigue siendo un semillero de talento y un lugar donde la música clásica y la ópera tienen un papel central en la vida cultural.
Recomiéndanos un concierto/recital/opera ahora mismo en Barcelona.
En este momento, recomendaría “Lohengrin” en el Liceu, una producción que genera una gran expectación no solo por la magnificencia de la obra en sí, sino por la puesta en escena, que está a cargo de la controvertida Katharina Wagner, bisnieta del propio compositor. Esta producción estaba prevista para presentarse hace algunos años, pero debido a la pandemia no pudo llevarse a cabo. Es para mí una de las citas imprescindibles de la temporada en Barcelona y si quien nos lee es amante de Wagner como lo soy yo, no se la puede perder pues el nivel musical en general es excelso. Además, el Palau de la Música presentará a uno de mis directores de música antigua más consentidos, Tom Koopman, quien será invitado a dirigir los conciertos para violín de Bach con una maravillosa violinista, Alexandra Soumm, y la Orquesta Schubert Filharmonia.
muy interesante
¡ Qué delicia de entrevista!