En la madrugada del sábado, Deivinson Alfredo N. P., de 22 años, fue asesinado a tiros frente a la discoteca Chicago Latino en Terrassa desde un coche que se detuvo apenas un instante. Familiares y amigos se reunieron esa misma noche en una ceremonia improvisada con velas frente al local, pero la tragedia escaló al día siguiente. Uno de los hermanos de la víctima, tras jurar venganza a través de sus perfiles en redes, disparó en la barbería La Rabia, hiriendo en el pie a una persona, en lo que parece ser una retaliación contra un clan rival.
Nuevo tiroteo en Terrassa en menos de 12 horas: herido grave un hombre al ser disparado en una barbería https://t.co/CgJotx6LR8
— 𝗠𝗔𝗦𝗤𝗨𝗘𝗣𝗢𝗟𝗜𝗖𝗜𝗔𝗦𝗣𝗔𝗜𝗡 (@masquepolicia) March 9, 2025
El suceso
Los Mossos d’Esquadra investigan ambos tiroteos como parte de una guerra entre bandas dominicanas afincadas en Catalunya, con el tráfico de cocaína como móvil principal. El asesinato inicial se vincula a una deuda impagada de la víctima, mientras que el segundo incidente sería la respuesta del hermano, quien atacó un punto de reunión del grupo contrario. La policía científica y el grupo de homicidios recorrieron el polígono Can Petit en busca de cámaras, mientras la comisaría de Terrassa refuerza su presencia tras los hechos.
Pese a la violencia, Terrassa ha reducido los delitos en un 32% este último año, gracias a operativos conjuntos entre Mossos, policía municipal y la Policía Nacional. Sin embargo, locales como la discoteca y la barbería, señalados como focos de actividad ilegal, estaban ya bajo vigilancia. El Ayuntamiento acumulaba expedientes contra Chicago Latino, y la barbería era sospechosa de funcionar como punto de venta de drogas, lo que llevó a una intervención policial el miércoles previo.
La prioridad ahora, de acuerdo con las autoridades, es evitar que estos tiroteos desaten una escalada de violencia similar a la guerra de mafias dominicanas que dejó seis muertos en Barcelona en 2016. Aunque las cifras delictivas han mejorado, con 22 de los 25 multirreincidentes más activos en prisión, la percepción de seguridad no acompaña. Los Mossos temen que el fin de semana marque el inicio de un nuevo conflicto sangriento en el distrito 6 de la ciudad.