Marc Murtra, presidente de Telefónica desde su nombramiento auspiciado por el Gobierno de Pedro Sánchez, ultima una reestructuración de la cúpula para definir la nueva hoja de ruta de la operadora tras la OPA socialista. De acuerdo con las informaciones publicadas por El Confidencial, fuentes del sector confirman que propone a exdirectivos de Prisa, como José Miguel Contreras y Fran Llorente —alineados ideológicamente con el Ejecutivo—, junto a ejecutivos de Indra y Banco Sabadell. Emilio Gayo, actual presidente de Telefónica España, será el nuevo consejero delegado, reemplazando a Ángel Vilá.
ÚLTIMA HORA | Murtra provoca un terremoto en Telefónica con el fichaje de directivos de Indra, Sabadell y Prisa https://t.co/kgq1guWSDK
— El Confidencial (@elconfidencial) February 28, 2025
Un nuevo rumbo
Tras su despido de Prisa por la negativa de su presidente a crear un canal de televisión afín al Gobierno de Sánchez, Contreras y Llorente podrían estar negociando su incorporación a Movistar+, relevando a Sergio Oslé y Cristina Burzako. Este movimiento refleja la influencia del PSOE en Telefónica, potenciada por la SEPI como accionista. Las conversaciones con el equipo de Contreras aún no están cerradas, pero buscan reorientar la plataforma de televisión.
Borja Ochoa, procedente de Indra -gigante de la ciberseguridad controlado también en gran medida por el SEPI-, asumirá la presidencia de Telefónica España, mientras Álvaro Echevarría, de Banco Sabadell, será jefe del gabinete de Murtra. Manuel Ausaverri, también de Indra, dirigirá el desarrollo de negocio. Vilá, ligado a José María Álvarez-Pallete, saldrá con una indemnización superior a 15 millones de euros tras la destitución de Pallete en enero.
El consejo está llamado a votar estos cambios a lo largo de la próxima semana, con Carlos Ocaña, representante de Moncloa y nuevo vicepresidente primero, como figura clave de la operación. Pablo de Carvajal y Marta Machicot seguirán en sus puestos, manteniendo el conglomerado parte de la estructura actual. La estrategia de Murtra alinea Telefónica con los intereses del Gobierno mediante talento externo afín a su línea ideológica, constatando el aumento de la influencia del sanchismo en la empresa de comunicación.
