Diversos testimonios acusan a Juan Carlos Monedero, fundador de Podemos, de ser un depredador sexual. El comunista dice que son denuncias falsas y que el «amiga yo sí te creo» se debe aplicar a todo el mundo menos a él y sus compinches de la formación morada. Es el segundo capítulo de una saga, que empezó con el caso Errejón, con la que los podemitas se coronan como los más hipócritas del panorama político español.
Los capos del partido morado iniciaron hace unos años una vergonzante campaña política para enfrentar a hombres y mujeres, criminalizar al varón, acabar con su presunción de inocencia e impulsar un conjunto de leyes políticas en España que le daban a la palabra de la mujer un valor mayor que la del hombre. Detrás de mil y una pancartas, se hartaron de decir que las mujeres no mienten cuando denuncian, que las denuncias falsas eran ínfimas y que había que denunciar cualquier conducta que atentara contra la dignidad de las mujeres. Se presentaban ante la sociedad como los campeones del «hermana, yo sí te creo» mientras en la trastienda del partido silenciaban a muchas mujeres que sufrían acoso en un ambiente oscuro, repugnante y lúgubre.
Es el segundo capítulo de una saga con la que los podemitas se coronan como los más hipócritas del panorama político español
Por lo que vamos leyendo en los medios de comunicación, los jefes del partido siempre estuvieron al tanto de las fechorías de Errejón y Monedero, incluida Irene Montero, la ministra de Igualdad en su momento. Todos miraron para otro lado cuando diversas mujeres denunciaban que los jefes del partido las acosaban sexualmente. Hicieron todo lo posible para ocultar los presuntos delitos para no dañar la imagen pública del partido del «sólo sí es sí». Acusaban a todos aquellos que no apoyaban su feminismo extremo de machistas mientras escondían bajo el cajón todas las denuncias por acoso sexual en el seno de su propio partido. Abandonaban a las víctimas si el presunto agresor era un camarada del “partido de las mujeres”. Hipocresía y doble moral de manual.
Visto lo visto, ahora podemos entender como tantas mujeres de Podemos se desgañitaban denunciando a todos los hombres del mundo como violadores en potencia. En el entorno inmediato en el que se movían las cosas iban así. Pensaban que la sociedad era como era la propia cúpula de Podemos.
Procede pedirle a la izquierda «feminista» de este país que, al menos este año, tenga la decencia de ahorrarse lecciones morales
No sabemos aún cuantos depredadores sexuales encabezarán las manifestaciones del próximo 8-M pero estoy seguro que alguno habrá porque, visto lo visto, es bastante claro que estas conductas son un patrón de conducta en el partido que fundó aquel que dijo «la azotaría hasta que sangrase». Lo que sí sabemos es que Monedero y Errejón no estarán. Tampoco Ábalos, ahora que sabemos que contrataba con dinero público a prostitutas por catálogo. Tampoco al putero Tito Berni del que poco se habla. En cualquier caso, sí que procede pedirle a la izquierda «feminista» de este país que, al menos este año, tenga la decencia de ahorrarse lecciones morales sobre los derechos de las mujeres.
No estaría mal que la izquierda pidiera perdón por su cinismo e hipocresía, por haber insultado a todo aquel que no pensaba como ellos, por haber abandonado a muchas víctimas de acoso sexual, por haber excarcelado a 1.400 violadores, por habernos engañado sistemáticamente con cargo al erario público y por crispar las normales relaciones entre hombres y mujeres mientras ellos toleraban las abyectas conductas de depredadores sexuales comunistas en sus propias filas.