El alcalde de Calella, Marc Buch, de Junts, ha pedido en una entrevista expulsar a los inmigrantes que cometan hechos delictivos. Una expulsión que, ha dicho, debería hacerse incluso por respeto a aquellos otros inmigrantes que han llegado a Cataluña a «ganarse la vida». «Es de sentido común«, ha asegurado el primer edil, «pero, incluso, por las personas que han tenido que irse de sus casas y que han venido a Cataluña a intentar ganarse mejor la vida. Por respeto a ellos, el que ha venido a delinquir no tiene sitio en nuestra casa. Hemos de cogerlo y expulsarlo inmediatamente».
Per respecte a les persones que han vingut de fora per guanyar-se la vida, a aquells que han vingut a delinquir els hem d’expulsar immediatament. Hem de fugir del marc mental de l’extrema esquerra que fa que a la que surts del seu discurs t’acusin de feixista i racista. pic.twitter.com/0rzd5ecBij— Marc Buch (@marc_buch) February 21, 2025
Recetas mágicas
Buch ha señalado, además, que es necesario abrir el debate sobre los problemas que está generando en Cataluña la inmigración descontrolada. Y ha advertido que, de no hacerlo, aparecerán «los extremos, con recetas mágicas y proyectos muy pequeños y muy reduccionistas porque no saben hablar de otra cosa». Buch ha señalado que Cataluña, con unos ocho millones de habitantes, recibe anualmente a unos 100.000 inmigrantes y lo ha comparado con lo que está sucediendo en Alemania, donde «tienen una gran crisis porque reciben a 250.000».
Miquel Buch, finalmente, ha señalado que es necesario abandonar el «marco mental» impuesto por la izquierda y la extrema izquierda a la hora de afrontar el problema de la inmigración. En este sentido, el alcalde ha criticado que, cuando se pone el problema sobre la mesa, siempre aparecen las palabras de «fascista» y «racista». «Estamos hablando de personas», ha concluido, «y de un problema que tenemos».