Un nuevo episodio de crimiladidad se suma a la escalada de violencia que asola Cataluña. Un joven de 29 años resultó herido de gravedad el pasado viernes al recibir un corte de 15 centímetros en la cara tras un apuñalamiento. Tras el suceso, la policía local desplegó un operativo de búsqueda en el Barri Antic de Lleida para localizar al agresor y neutralizar la amenaza, pero hasta el momento no se ha confirmado ninguna detención relacionada con el ataque.
Apunyalen dos persones a Lleida i Balaguer, en un dels casos amb un tall de 15 cm a la cara https://t.co/f1oBm7rlXZ
— Víctor Riverola i Morera (@riverolavic) February 15, 2025
En Balaguer, otro hombre sufrió heridas después de ser atacado con un cuchillo en la plaza Sant Jaume, en el marco de una discusión con otras dos personas. Testigos presenciales alertaron a la policía, que en este caso sí pudo localizar y detener a los presuntos agresores, de entre 22 y 33 años, en la calle del Miracle de la capital de la Noguera.
Una tendencia preocupante
Ambos incidentes se producen en un preocupante contexto de creciente criminalidad en Cataluña. Solo en los primeros 8 meses de 2024, se retiraron más de 6.000 armas blancas de la vía pública; cerca de 25 al día. Casos recientes como el apuñalamiento de un menor por su padre en Horta-Guinardó en noviembre de 2024, la amenaza con arma blanca al personal de un centro de salud en La Mina, Sant Adrià de Besòs, en enero de 2025, o la preocupante ola de cinco asesinatos en una semana en Cataluña a principios de febrero de 2025, reflejan una tendencia alarmante. Estos incidentes evidencian el aumento de la violencia con armas blancas y la creciente sensación de inseguridad en la región.
Ante estos inquietantes casos, las autoridades insisten en que «redoblan sus esfuerzos para contener la inseguridad». Sin embargo, el aumento de la conflictividad en zonas urbanas y el fácil acceso a armas blancas agitan profundamente a la ciudadanía, que observa con preocupación el auge de la violencia en las calles.