El pasado 30 de octubre entró en vigor la Ley 3/2024, de 30 de octubre, para mejorar la calidad de vida de personas con Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) y otras enfermedades o procesos de alta complejidad y curso irreversible. El poder legislativo sabe perfectamente que la ELA es una patología neurodegenerativa, a fecha de hoy, incurable. La edad media de inicio se sitúa entre los 40 y los 70 años, siendo la enfermedad de la neurona motora más frecuente de la edad adulta y con una supervivencia de entre 3 y 5 años a partir del diagnóstico. Esta enfermedad la sufren casi 4.000 personas en nuestro país.
La prevalencia de esta enfermedad se mantiene bastante estable ya que cada año se diagnostica un número de nuevos casos similar a la cifra de muertes por esta patología, entre 800 y 900, aunque la mejora de los tratamientos sintomáticos ha aumentado mínimamente la supervivencia de la enfermedad. La enfermedad, especialmente cruel, afecta a las neuronas motoras del cerebro y de la médula espinal, a las que va matando progresivamente, provocando la atrofia muscular hasta dejar al paciente totalmente inmóvil, sin poder comer, hablar o respirar, pero manteniendo intactas sus facultades mentales y cognitivas. Esto hace que el enfermo sea plenamente consciente de su deterioro.
Los enfermos necesitan mejor calidad de vida, agilizando los trámites administrativos para el reconocimiento de la dependencia y obteniendo ayudas económicas suficientes para poder sufragar los elevadísimos costes que requieren sus tratamientos y curas altamente complejas. De momento, el Gobierno de Pedro Sánchez no ha activado las ayudas prometidas a los enfermos y recogidas en la ley antes citada que regula el reconocimiento de la situación de discapacidad, el procedimiento de urgencia para la revisión del grado de discapacidad, el procedimiento para la calificación y revisión del grado de dependencia y del derecho a las prestaciones del sistema, entre otras cuestiones que buscan dar una mayor calidad de vida a los afectados.
La Confederación Nacional de Entidades de ELA ha denunciado que han muerto 309 personas desde que se aprobó la norma en el Congreso de los Diputados
La Confederación Nacional de Entidades de ELA ha denunciado que han muerto 309 desde que se aprobó la norma en el Congreso de los Diputados. Tres personas cada día es una cifra escalofriante. Muchos de ellos se han visto obligados a recurrir a la eutanasia por no querer ser una carga para sus familias. La situación es dramática para los enfermos y su entorno, hecho que hace aún más vergonzante el silencio y la falta de inversión por parte de los “politicuchos” que gobiernan este país.
Pedro Sánchez y sus mariachis no tienen dinero para ayudar a los enfermos de ELA, pero sí para propaganda institucional, para ayudar a ONG’S en Oriente Medio, para pagarle 14 millones de euros por temporada a Broncano, sufragar 100 actos sobre Franco, para mantener con todos los gastos pagados a miles de inmigrantes ilegales, para traductores en el Congreso, para hospitales en Marruecos, para la fundación animalista de la pareja de la directora del Centro contra el Cáncer, para películas que no ve nadie o para todos los amiguetes de Begoña Gómez.
La oposición debería combatir por tierra, mar y aire esta canallada socialista
Es muy lamentable que el gobierno de una nación dedique recursos a infinidad de partidas presupuestarias accesorias y muy discutibles y se niegue a ayudar a mejorar la vida de compatriotas que lo están pasando francamente mal. Parece que si no eres un inmigrante ilegal que no ha cotizado en la vida, separatista con línea directa con Waterloo o amiguete de los filoterroristas de Bildu tienes menos derechos en España. Es políticamente vomitivo que Pedro Sánchez mintiera a este colectivo y jueguen con sus esperanzas colocándolos al final de la cola para recibir ayudas públicas.
La oposición debería combatir por tierra, mar y aire esta canallada socialista. Tienen la obligación moral de convocar manifestaciones a diario para que todos los españoles conozcan la miserable catadura moral de un gobierno que dice proteger a los más débiles. Tienen que señalar a todos aquellos medios de comunicación que esconden la cabeza bajo tierra para no criticar a su amo y señor subvencionador. España entera debe apoyar a los enfermos de ELA. No valen excusas.