El Gobierno de México, bajo la presidencia de Claudia Sheinbaum, ha aceptado hoy desplegar 10.000 miembros de la Guardia Nacional en su frontera norte como parte de un acuerdo con la administración de Donald Trump. A cambio de este gesto, que supone un importante giro diplomático, Estados Unidos suspenderá temporalmente la imposición arancelaria del 25% sobre los productos mexicanos, una medida que buscaba presionar a la nación hispanoamericana ara fortalecer el combate a la inmigración ilegal y el tráfico de drogas.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) February 3, 2025
Pacto y condicionantes
El pacto, que ha sido alcanzado tras intensas negociaciones entre ambas partes, permitirá que las dos naciones continuen el diálogo en busca de soluciones a largo plazo respecto sus problemas comunes en materia de seguridad y comercio. Washington ha celebrado la decisión de Sheinbaum, calificándola como «un paso en la dirección correcta«. Por su parte, el gobierno mexicano ha destacado este gesto como una muestra de su «compromiso para el entendimiento, la estabilidad económica y la cooperación bilateral».
Trump’s strategy wins yet again!
— Oscar Herrera (@OscarEnjoylife) February 3, 2025
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Esta victoria diplomática se suma a la lista de triunfos logrados por Trump en el ámbito de las relaciones internacionales, sumándose México a Colombia y Panamá como países que se han visto obligados a ceder a las presiones arancelarias del presidente republicano. Si bien el acuerdo brinda a México un respiro frente a los aranceles, el mensaje de la Casa Blanca es claro: la seguridad fronteriza y el combate a la crisis de fentanilo son prioridades innegociables. En tanto y como muestra de buena fe, Washington ha expresado su disposición a reforzar el control del tráfico de armas hacia México, en un esfuerzo conjunto por frenar la violencia del crimen organizado defendiendo así los intereses de ambas naciones.
Las próximas semanas serán clave para evaluar la efectividad del despliegue militar en la lucha contra el tráfico de droga, así como el impacto que esta cesión tendrá en las relaciones comerciales entre estados. Mientras tanto, queda cada vez más claro que Trump no «va de farol», y que se mantiene firme en su postura de aplicar medidas tan contundentes como sea necesario para garantizar el cumplimiento de su agenda y la seguridad de los ciudadanos estadounidenses.