Pedro Sánchez y sus ministros no pierden ninguna oportunidad para presumir de los grandes logros de la economía española. Estos días se han afanado en esta tarea tras darse a conocer dos datos:
1)El primero es el crecimiento del PIB en 2024. Según el INE, el crecimiento del PIB español en 2024 es el 3,2%, algo superior al esperado. Y muy superior al de los grandes países de nuestro entorno, como Alemania (-0,2%), Francia (+1,1%) e Italia (+0,5%). Somos los mejores de Europa.
De ese modo, el PIB del 2023, que fue de 1,498 billones de euros, pasó a ser en 2024 de 1,593 billones. El crecimiento nominal es el 6,3% pero, descontada la inflación, el crecimiento real es el 3,2%.
2)El segundo dato triunfal es el de la población ocupada al final de 2024, según la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada también estos días por el INE. La población ocupada en el cuarto trimestre de 2024 es 21,858 millones de personas, 468.000 personas más que en 2023. Es la cifra más alta de la serie histórica.
Los datos de la EPA son el resultado de encuestas sobre muestras de población. No coinciden con los datos de afiliación a la Seguridad Social. Según la SS, la afiliación media en diciembre de 2024 es 21,338 millones, 520.000 personas menos que las computadas en la EPA. En todo caso, son las cifras más altas de la serie histórica.
Los datos del paro muestran una coincidencia mucho mayor. Según la EPA, los parados en el cuarto trimestre de 2024 eran 2,595 millones (el 10,6% de la población activa). Según el Servicio de Empleo, los parados registrados en diciembre eran 2,561 millones (el 10,7%). También son los datos más bajos de la serie histórica.
Es normal que el Gobierno presuma con estos datos. Pero hay que examinar las cosas más despacio. Hay varios jarros de agua fría.
Primer jarro de agua fría: el PIB per cápita
El optimismo que parece desprenderse de los datos anteriores se desvanece al examinar un dato mucho más significativo para saber si ese crecimiento del PIB y de la ocupación se han trasladado a la economía real de la gente. Para ello, resulta útil examinar la evolución del PIB per cápita (PIBpc) en los últimos cinco años, desde 2019 (año normal, anterior a la pandemia) hasta 2024. Queremos ver si ha mejorado de verdad el nivel de vida.
Pues bien, en 2019, con un PIB de 1,254 billones y una población media en el año de 46,8 millones de personas, teníamos un PIBpc de 26.797 euros.
Y en 2024, con un PIB de 1,593 billones de euros y una población media en el año de 48,83 millones de personas, tenemos un PIBpc de 32.622 euros.
A primera vista, no está mal pasar de 26.797 euros a 32.622 euros en 5 años. Pero si aplicamos los IPC del período, resulta que los 26.797 euros de 2019 equivalen a 31.971 euros de 2024. En consecuencia, el crecimiento real del PIBpc en esos 5 años es la mísera cantidad de 651 euros, lo que supone un crecimiento del 2% del PIBpc en 5 años.
En conclusión, el PIBpc entre 2019 y 2023 ha crecido sólo un 2%, lo que supone un 0,4% anual. Es un crecimiento irrisorio. La gente no vive mejor que hace 5 años.
Segundo jarro de agua fría: lo que aumenta es la población ocupada
Está claro que el crecimiento del 3,2% del PIB en 2024 no se debe a una mejora del PIBpc, es decir, no se debe a que la gente esté ganando más dinero. Se debe a que ha entrado en el mercado laboral una buena cantidad de personas (procedentes de la inmigración en un 40%). Esas personas tienen rentas bajas, pero son numerosas y contribuyen fuertemente al aumento del PIB.
Según la EPA, el aumento de la población ocupada a lo largo de 2024 es de 468.000 personas (Ojo! en 2023 fueron 749.000). Según la afiliación media a la SS dicho aumento es de 502.000 personas. Esto es lo que hace crecer el PIB.
Tercer jarro de agua fría: baja calidad de los nuevos trabajos
El 90% de los 468.000 nuevos empleos creados son del sector servicios. De ellos, la mayoría son de hostelería (144.000), logística (transporte, distribución y almacenamiento: 64.000), educación (63.000) y comercio (33.000).
No tenemos nada en contra de este tipo de trabajos, pero lo cierto es que no son los más prometedores para generar una economía potente.
Cuarto jarro de agua fría: hay mucho trabajo a tiempo parcial
De los 468.000 nuevos empleos creados en 2024, 177.000 (el 38%) son trabajos a tiempo parcial.
Del total de 21,858 millones de ocupados totales, el 14% (3,06 millones) están contratados a tiempo parcial (media jornada, o menos).Creemos que aquí se incluyen los 813.000 fijos discontinuos que había al final de 2024 (estos son trabajos de fines de semana, o de dos meses al año…).
En todo caso, que entre los 21,858 millones de ocupados haya 3,06 millones que no son ocupados a tiempo completo, rebaja mucho el optimismo sobre nuestro mercado laboral.
Quinto jarro de agua fría: el paro y el paro juvenil
En esto somos tristes líderes. No se puede estar satisfecho con nuestro mercado laboral con una tasa de paro del 10,6%, la más alta de Europa. La media de la UE es el 5,9%.
Y lo peor es el paro juvenil. Tenemos un porcentaje de paro juvenil del 24,9%, el mayor de Europa. Este índice ha descendido un 3,6%, pero todavía hay 434.000 parados menores de 25 años. Tremendo dato.
Sexto jarro de agua fría: seguimos con baja productividad
La baja productividad de la economía española es crónica. El PIB por hora trabajada es inferior a la media de la UE y crece menos. En los 10 años que van de 2013 a 2022 el incremento medio anual de la productividad en España fue del 0,4%. En la UE fue del 0,8%.
Esto significa que somos poco eficientes, que trabajamos mal. Y ello se debe a un conjunto de factores: concentración en sectores de poco valor añadido (hostelería, construcción…), baja cualificación profesional de trabajadores y empresarios, mala organización empresarial, pequeña dimensión de las empresas, poca inversión en I+D+i, deficiente funcionamiento de la Administración y del sistema judicial…
Conclusión
Son demasiados jarros de agua fría. Tenemos más PIB porque tenemos más trabajadores, pero la mayoría están mal pagados y en sectores de poco valor añadido. El Gobierno haría mejor rebajando su optimismo macroeconómico y centrándose en mejorar de verdad el nivel de vida de los ciudadanos, poniendo el foco en empleos de más calidad. Y en que sea posible comprar o alquilar un piso.