Josep Pedrerol entrevistó ayer en “El Cafelito” a Rafael Louzán, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Durante la conversación, Louzán reveló que Florentino Pérez le trasladó personalmente su preocupación en favor del arbitraje, asegurando que el Real Madrid había “perdido partidos por decisiones arbitrales” y presionando para que la nueva dirección de la RFEF tomara “medidas al respecto”.
Louzán: "FLORENTINO me dijo: 'los ÁRBITROS nos están PERJUDICANDO, tenéis que RESOLVERLO".
— Iván (@IvaanBlanco26) January 29, 2025
10 penaltis a favor.
0 penaltis en contra.
No hay más preguntas. pic.twitter.com/3epnLNF52f
Las declaraciones del presidente de la RFEF han desatado un tsunami de reacciones en prensa y redes, con sectores del mundo del fútbol interpretando sus palabras como una admisión velada de que el Madrid influye en el arbitraje de los partidos y provocando una avalancha de ataques contra la institución y el club merengue bajo acusaciones de corrupción arbitral.
Los reproches, provenientes en su mayoría de sectores cercanos al Barcelona, han sido respondidos por parte de la afición blanca con referencias al caso Negreira, señalando lo irónico que resulta que los miembros de un club bajo investigación penal por presuntos sobornos arbitrales acusen ahora al Real Madrid de recibir un trato de favor por parte de los jueces de campo.
Cruce de reproches
En medio del fuego cruzado entre merengues y culés, toma cada vez más fuerza la aparición de un tercer sector. Mientras los blaugranas hablan de “escándalo de Estado” y los madridistas sacan a Negreira a pasear, el escándalo parece haber despertado la indignación de la afición del resto de equipos de Laliga, que ven en esta polémica la confirmación de que el sistema está diseñado para favorecer a los grandes clubes en detrimento de los suyos propios.
Y mientras tanto, el Sevilla, Atlético de Madrid, Málaga, Athletic club Bilbao y compañía, con el bozal y la cadena bien amarrados.
— Joalberth Rangel (@JoalberthRangel) January 29, 2025
Lo de Louzán y Tebas es un escándalo mundial.
¡A tomar por culo, todos! pic.twitter.com/UYfYuRDi3o
El resto de equipos, más modestos y que luchan encarnizadamente por su permanencia en los torneos, manifiestan así su hartazgo por un sistema que, afirman, privilegia a los grandes clubes debido a su influencia mediática, recursos y peso financiero e institucional en los órganos de control y arbitraje.
¿Un fútbol al margen del resto?
El alboroto estalla en un momento delicado, con la RFEF aún en proceso de reconstrucción tras los escándalos de la época de Rubiales y el fútbol español bajo la lupa de la FIFA y la UEFA. Si bien es cierto que este debate no es nuevo, la sensación de que los grandes clubes tienen un peso desproporcionado en el funcionamiento y desarrollo del arbitraje parece haberse vuelto insoportable para muchos.
Clubes como el Sevilla, el Villareal o el Athletic protagonizaron ya en temporadas pasadas denuncias contra las decisiones arbitrales en sus encuentros con los gigantes del sector, llegando a insinuar en los casos más sonados la existencia de un “doble rasero” a la hora de la aplicación del VAR, donde las decisiones más polémicas parecen favorecer siempre “a los de arriba”.
La RFEF sigue así enfrentando una complicada crisis de credibilidad, con una afición cada vez más hastiada ante los recurrentes escándalos y el deporte encarando un deterioro de la confianza y la legitimidad de su organización. Mientras tanto, el debate sigue encendido, con las declaraciones de Louzán reafirmando una de las verdades incómodas del fútbol español: las reglas de juego no son iguales para todos.